El más allá del arte jondo

El director del Flamenco Festival explica las claves de las citas de Londres, Miami y Nueva York

19 feb 2017 / 19:21 h - Actualizado: 20 feb 2017 / 08:21 h.
"Flamenco"
  • Miguel Marín, director de los festivales de Nueva York, Miami y Londres. / El Correo
    Miguel Marín, director de los festivales de Nueva York, Miami y Londres. / El Correo

El Flamenco Festival 2017 ya está en marcha en sus tres sedes. El pasado día 15 arrancó la cita de Londres, que se prolongará hasta el 26; del 2 al 19 de marzo será el turno neoyorkino, y en fechas similares le tocará a Miami. Trece espectáculos diferentes viajarán a estas tres capitales bajo un lema común, Flamenco and beyond (Flamenco y más allá), que para el director, Miguel Marín, quiere decir «que estamos en un momento de explosión de creatividad, de motivación para ir más allá de los cánones establecidos. Se trata de acercar al público foráneo lo que está pasando en España», afirma.

Israel Galván, Eva Yerbabuena, Rocío Márquez o Manuel Liñán son los protagonistas de algunas de las propuestas que viajan este año al Sadler’s Wells Theater, sede del Festival en Londres. «Aquí vamos a mostrar el mensaje de variedad y riqueza del flamenco actual», comenta Marín, quien destaca también una gala flamenca con gente tan diversa como Olga Pericet o Patricia Guerrero, y hasta un tributo a Pat Metheny a cargo de Santiago Lara. «Además, cada año nos ponemos el reto de llevar a artistas al festival por primera vez, y este año ha sido Mercedes Ruiz la elegida».

En Nueva York, gracias a la colaboración de la Fundación SGAE y su ciclo Flamenco Eñe, habrá figuras como Josemi Carmona & Javier Colina, Alfonso Aroca o el cuarteto UHF, algunos de los cuales estarán también en el programa de Miami.

Cuando se le pregunta si le quita el sueño la taquilla, hace una pausa breve y contesta: «Evidentemente, a todo el mundo le gusta la idea de colgar el cartel de Localidades agotadas. Es un índice de éxito indiscutible, pero para nosotros, además, es doblemente importante: dependemos mucho de la taquilla para sufragar el coste del festival, de modo que cuando lo logramos es un éxito y además una ayuda para la supervivencia».

El Flamenco Festival cuenta este año con ayudas de instituciones como el Inaem, la Embajada española en Londres, Acción Cultural, el Instituto Cervantes o la Oficina de Turismo.

«Esto es un desafío cada año», prosigue Marín. «Londres es una ciudad donde para abrirte paso en medio de una gran oferta cultural, tienes que superarte edición tras edición. El espectador puede venir un año por exotismo, pero ese interés hay que mantenerlo. Hay que hacer un esfuerzo enorme por comunicar. Nuestra suerte es que pertenecemos a la programación del teatro, que tiene su público fiel».

Nueva York es otra cosa: «Es más complicado. En Londres todo se presenta dentro de un único espacio, pero en Nueva York la danza es en un sitio, la música en otro... Allí no puedes dar nada por ganado, porque puede que tengas que darlo por perdido».

Miami, por último, «lleva doce años funcionando muy bien. El público latino lo hace más fácil, la comunicación es más cercana. Pero nunca olvidamos de que hay que vender 40.000 entradas en total, eso es mucho».

Para ello, Marín y su equipo confían en que «la programación hace que sea una cita esperada, la gente sabe que en febrero o marzo tiene flamenco en su agenda. Pero queremos llegar a quien nunca haya visto flamenco antes», asegura. Respecto a su relación con otros festivales, comenta que «no tengo visión de competencia, al contrario. Siempre hay una buena colaboración, porque de lo que se trata es de dar entre todos la mayor proyección posible al flamenco. Compartimos entre todos ideas, ya se trate de la Bienal, del Festival de Jerez o el de Holanda», agrega.

Después de todos estos años, Marín puede presumir de haber visto desfilar por los escenarios del Flamenco Festival a lo más granado del género. «Me falta alguno, pero eso es bueno, así se mantiene la ilusión. Nunca está de más que cada año tengas una sorpresa, para el público y para mí mismo, porque yo me siento también un espectador... Pero sí, alguna espinita tengo», admite.

¿Y qué le falta al flamenco, a la vista de su experiencia? «El flamenco, llegar, llega, pero, ¿ha alcanzado su máximo potencial?», se pregunta Marín. «Yo diría que no. Y una de las cosas que falta es que los artistas se rodeen de un equipo artístico completo, de vestuario, escenografía, diseño de luces... no se dedica atención suficiente a estos aspectos, más allá del bailaor, el cantaor o el coreógrafo. Ahí creo que todavía no hemos llegado. Se ha avanzado mucho, sin duda, pero todavía hay mucho campo por delante para evolucionar», concluye.