Sucede en una isla remota, en uno de los restaurantes más prestigiosos del mundo. Allí cada cierto tiempo se celebran experiencias culinarias únicas. Para la ocasión entre las personas que han pagado el cubierto encontramos a un empresario y su esposa, altos cargos de empresas, un artista y su representante, un aficionado ultra, su acompañante y el editor de una revista gastronómica junto a la mujer especializada que ejerce como crítica.
MasterChef es un programa concurso de televisión de origen británico que convertido en franquicia cuenta con más de sesenta versiones en otros tantos países. La idea consiste en juntar a un grupo de personas aficionadas para que compitan cocinando diversos platos bien de forma individual o en grupo. La gracia está en que sus productos serán valorados por un jurado. La cosa tendría su aquel si en la descarnada competición se hablara y se visibilizara un mínimo proceso de aprendizaje. Cosa imposible pues cada temporada consta de trece episodios y por ello, el conjunto de participantes, tiene el tiempo suficiente para familiarizarse con la materia y el ficticio para lograr la maestría. Pero lo realmente alarmante viene con la valoración. Esta la hacen eminencias en la materia que se denominan “chefs”. En español jefes y jefas de cocina. Como podemos ver en la televisión pública, se puede sintonizar en la uno, la figura del/a “chef” se parece más a la de un capitán general reinando entre los fogones que a la de un verdadero maestro. De hecho, su talante extremadamente severo, se debe a que su endiosamiento es tan acusado como sus dotes de mando. Aunque tengan legiones de seguidores y seguidoras, este tipo de programas insultan la inteligencia por machistas y clasistas y encima degradan y denigran a niveles insospechados la educación y la pedagogía.
Lo que sucede es que lo que tenía que ser una velada maravillosa degustando plato tras plato se trunca en mueca triste cuando se evidencia el poder de un chef endiosado pasado de rosca, la debilidad del rico, la veleidad del artista, la miseria del aficionado y la arrogancia de la crítica. Así, lo que iba a ser una fiesta para el paladar se torna en un espectáculo que desnuda un negocio. Queda en evidencia que los sabores, las texturas, los olores, los colores y su rector son invento del mercado. Son el resultado de toda una orquestación que teniendo su parte de arte solo conocemos y aceptamos lo que da relumbrón, la hueca y huera autoridad, la carcasa.
El menú **
Estados Unidos 2022 107 min.
Dirección Mark Myload Intérpretes Anya Taylor-Joy, Nicholas Hoult, Ralph Fiennes, Hong Chan, John Leguizamo, Janet Mc Teer, Judit Light .
Comedia