El poderío de Pastora Soler enciende Sevilla en el primer capítulo de ‘Sentir’

Llegó el día. Pastora Soler arrancó el martes su primer concierto en el Teatro de la Maestranza

Verónica Ojeda verojeper /
23 dic 2020 / 07:39 h - Actualizado: 23 dic 2020 / 08:57 h.
  • El poderío de Pastora Soler enciende Sevilla en el primer capítulo de ‘Sentir’

Martes, 20:05. El Teatro de la Maestranza enmudece tras quedarse a oscuras y medio segundo después suene una música al ritmo de un latido de corazón, que daba la bienvenida a la gran cantante andaluza. Pastora Soler inicia su concierto con su canción Sentir, uno de los temas más importantes de su gira. Y qué gran comienzo, porque el público sintió más que nunca. La gente aplaudía cómo si no hubiese un mañana y Pastora daba la bienvenida con sus brazos y su sonrisa. Las lentejuelas de su ropa la hacían brillar más que nunca. Empoderada y pisando fuerte con sus tacones hizo brillar a toda Sevilla.

Entre luces moradas y blancas, Pastora se cameló al público sevillano desde el primer instante con su voz poderosa, su baile y su «Ahora soy yo». Todas las personas tenían mascarilla y distancia de seguridad, pero, incluso desde la distancia, podía percibirse las emociones que escondían el brillo de los ojos de cada una de ellas. Una emoción que no pudo contenerse. El Teatro de la Maestranza se levantó para aplaudirla.

A ritmo de percusión entonó los primeros versos de Amiga y, aunque el significado de esta canción esté relacionado con la amistad, el público sintió la canción de otra forma. «Bailarás, aunque hoy no le veas salida. Bailarás, bailarás como nuca en la vida. Ya verás que muy pronto se termina. Y brindarás por la vida». Esos versos hicieron que, el significado de amistad que traslada la canción, vaya más allá. Ahora, el público necesitaba más que nunca ese mensaje de esperanza. Parecía una estrella entre la oscuridad. «Bailarás», cantaba. Y ella bailó y bailó mientras deleitaba a las personas allí presentes con su voz. Nadie pudo contener los aplausos. Luego, cantó Aunque me cueste la vida. Y de nuevo vinieron casi cinco minutos de aplausos.

«Lo primero que quiero hacer es daros las gracias por estar aquí. Lo agradezco más que nunca. Esa es la palabra: ‘más que nunca’. Es la primera vez que canto en el Teatro de la Maestranza después de tantos años. En este templo de la música, del arte y de mi tierra, Sevilla. Me siento en casa, con los míos, más que nunca», afirmaba Pastora. Justo después lanzaba un mensaje a su padre, que falleció hace unos meses: «Mi voz se quiebra y mi corazón late a mil por horas porque es el primer concierto en el que no está la persona que se sentaba en la primera fila y que sé que hoy está más cerca que nunca. Vamos a dar una noche bonita y despedir ya este año. Muchas gracias de corazón».

El poderío de Pastora Soler enciende Sevilla en el primer capítulo de ‘Sentir’

Pastora inundó de amor el Maestranza, a pocos pasos de la orilla del Guadalquivir. Si tú me abrazas y Te despertaré fueron las dos canciones siguientes que cantó bajo el grito «¡Vamos Sevilla!». El público cantaba con ella y los pelos se ponían cada vez más de punta. De repente, las luces se apagaron y un foco la iluminaba solo a ella, que agradecía los aplausos.

«Ya no sé lo que duele más. Si perderte o perderme yo. Si al final te he fallado a ti o a mí. Ya no sé lo que pesa más. Si la mente o el corazón. Si es el miedo a quedarme sola. Volverá la sociedad sin piedad», cantaba. Y lo hacía tocándose el corazón y tirando el soporte del micrófono de la emoción. Sus lágrimas estaban a punto de estallar. El público no paraba de aplaudir.

Y qué diva cuando empezó a cantar la canción Ni una más. Los espectadores cantaban con ella. «Y dirán que fui la responsable del dolor», cantaba mientras se comía el escenario.

El concierto duró aproximadamente dos horas y siempre manteniendo las medidas de seguridad. Mascarillas, controles de temperatura, gel hidroalcohólico, orden y distancia de seguridad primaban en todo momento. En este sentido, Pastora Soler dice: «Yo tenía mis dudas sobre qué sensación tendría al veros ahí sentaditos con mascarillas y yo cantando más flojito. Pero, al ver vuestra expresión, os siento como si no existiese la pandemia. Tenemos que portarnos bien y tener responsabilidad. Después de todo lo malo y la oscuridad, solo puede venir la luz. No podemos olvidarnos de los momentos pasados. Esto nos va a hacer muy fuerte. Después de la tormenta siempre llega la calma».

El poderío de Pastora Soler enciende Sevilla en el primer capítulo de ‘Sentir’

Pastora hizo que todo el teatro se pusiera en pie con La tormenta y un «Abrázame Sevilla». Y se va, volviendo unos minutos después con un vestuario diferente: un vestido rojo y brillante. Tras ese momento, las lágrimas quebraron su voz cuando cantó La mala costumbre; una canción que compusieron para su padre. Una canción que, como nos confesó hace unos días en una entrevista, lanza un mensaje que significa mucho para ella. «No puedo terminar de cantar la canción. Antes siempre lo buscaba con la mirada. Era su canción. La compusieron para él. Es un homenaje a mi padre y una forma de recordar que tenemos que decir siempre a nuestros seres queridos que son lo más importante», dice. «¡Grande!», «Qué arte» u «Ole» se escuchaba durante todo el concierto.

Un poco de Rocío Jurado con su canción Ojos verdes y Se nos rompió el amor cantó Pastora con más poderío que nunca al mismo tiempo que el público tocaba las palmas y pegaba patadas al suelo. «La copla, mis canciones y las de Rocío jurado... soy yo más que nunca», añade la cantante.

El público, de todas las edades, parecía que había vuelto a vivir. Escuchaban Vive, Mi luz e Invencible. «Vamos mundo: vive, vive, vive», decía Pastora.

El poderío de Pastora Soler enciende Sevilla en el primer capítulo de ‘Sentir’

Vivir, pero sin olvidar la realidad. Pastora también lanzaba un mensaje al sector de la cultura: «Mando un abrazo fuerte al sector de la cultura que, como todos, estamos sufriendo y estamos locos por volver. A los músicos, a los teatros, a todos», agradecía Soler con una sonrisa. «Pepe Pulido, Rafa Rabal, José Manuel Conde, El pequeño Carlos y Alberto Miras. Gracias a todos de corazón», añade.

Tras este mensaje que lanzaba, uno de los momentos más inesperados de la noche: canta I will always love you de Whitney Houston, la canción que cantó en el programa de televisión ‘Mask Singer’. Y otro de los más esperados: Quédate conmigo, la canción que cantó en Eurovisión en 2012 y que, hoy en día, sigue presente en la memoria de España.

«Gracias, Sevilla. Sevilla está en mi corazón. Gracias por esta noche. En casa más que nunca, de verdad. Gracias», dice. Y se marcha. Las personas aplaudían hasta que volvió con un vestido plateado y negro que brillaba aún más. Y más flamenca que nunca. La luz roja perfilaba su figura. Las palmas, las bulerías y la guitarra resonaban en todo el teatro.

El poderío de Pastora Soler enciende Sevilla en el primer capítulo de ‘Sentir’

«Muchas gracias por esta noche, por hacerme sentir tantas cosas maravillosas. Estábamos sedientos de acabar el año así y no me queda más que deciros gracias. ¡Vamos a acabar contentos y felices!», expresa antes de cantar Corazón congelado. Las personas bailaban desde sus butacas. Con el teatro desatado y con ganas de otras dos horas de concierto más, la cantante cerró el espectáculo con Guerra fría. «Sevilla te quiero. Si Dios quiere, cantaremos más fuerte y bailando más dentro de poco. Feliz Navidad. Os quiero mi gente, mi tierra», finaliza.

De este modo se vivió anoche el primer Teatro de la Maestranza de Pastora Soler. Un concierto lleno de sentimiento, baile, buena música y significado. Impecable, empoderada y única. Esta cantante andaluza superó con creces las expectativas de su público. Y así, 120 minutos después, Pastora Soler demuestra en el primer capítulo de Sentir que lo que ella hace perdura.