El porqué las librerías no mueren aunque se desangran

Cada 8 de noviembre se conmemora el Día de las Librerías, una fecha fijada en el calendario sin importar cuánto cambien los tiempos

08 nov 2019 / 11:55 h - Actualizado: 08 nov 2019 / 16:31 h.
"Libros"
  • El porqué las librerías no mueren aunque se desangran

Una mujer buscaba un libro. La librera de su barrio, Cris, había montado su negocio en plena crisis junto a la calle Tribulete de Madrid. Hacía un par de semanas que había pasado por allí, cuenta la mujer, para pedir un ejemplar de Mi vida en la carretera, un relato de la escritora Gloria Steinem sobre cómo podemos aprender más acerca de nosotros mismos si mantenemos la mente abierta y experimentamos, sobre todo, a través del viaje.

Pero pasaban los días y el libro no llegaba. Aunque había otras formas de pedir un ejemplar y que éste llegase a la puerta de su casa en menos de 24 horas, esta lectora prefería acudir a la librería de su barrio. Un día sonó el teléfono y al otro lado de la línea estaba Cris, la librera, que le preguntaba por su dirección para acercarle el libro a casa, pues sabía que era algo urgente.

Esta historia que contaba Silvia Nanclares, lectora pero también escritora y activista cultural, en sus redes sociales hace un par de días esconde entre líneas un servicio extra que una web a domicilio, pese a compensarlo gracias a una mayor rapidez y efectividad, no cubre: la persona que hay tras el mostrador, el consejo del librero sobre esa joya que ha llegado en el último pedido o las laberínticas estanterías con ejemplares que ya nadie recuerda pero que tal vez merezca la pena que sean recordados.

Día de las Librerías

Hoy, 8 de noviembre, es el Día de las Librerías y eso nos recuerda que el ser humano siempre ha ido detrás de una buena historia. Una imagen, un buen libro, una crónica trepidante o una película inolvidable. El formato en el que las consume varía, pero el afán por la anécdota, la metáfora o la moraleja son lo que pervive.

Pero no sólo buscamos la historia. También buscamos el lugar y a veces, la cercanía. Las librerías, así como el cine, nunca podrán sustituir la facilidad con la que puede consumirse una historia online, y eso hace que estos espacios a veces también sangren y asuman que con la llegada de Internet, su sitio ha cambiado. Pero en lugar de morir, se agarran a la vida y en ocasiones, también se transforman.

La oferta cambia, la esencia pervive

Ofertas como Un gato en bicicleta, en Sevilla, son a su vez librería, cafetería y espacio de exhibición de arte local, todo ello sin salir del lugar. Junto a la Plaza los Terceros, la Historia de América y también la de la capital hispalense se esconde en la Librería anticuaria que comparte nombre con la plazoleta.

Los precios caen en locales como los de Re-Read, que ya son grandes franquicias de libros usados que no por ello han perdido la historia que guardan. Hoy, Día de las Librerías, cabe recordar que estos espacios sangran, y posiblemente seguirán haciéndolo. Pero nosotros tenemos un parche que aunque no cura sí que frena la hemorragia.