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Portada del Catálogo y Cartel de la Exposición “Navegantes IV. (El Regreso)”, realizado por Manuel Márquez
En el artículo anterior, omití por cuestiones de espacio algunos datos que considero relevantes y por eso regreso a esta exposición –regresamos todos los que quieran volver a verla- porque organizar cualquier muestra supone tener en cuenta muchos detalles y desde luego en una Colectiva no es nada fácil:
Antonio Belzunce. Generación de fractales.
Ni reunir a una serie de autores con un mismo tema, que estos tengan acabada sus obras para el día de la inauguración, colgar los cuadros para las obras bidimensionales, preparar la sala (con aspectos “nimios” como la limpieza, la seguridad y la iluminación), que estén listos los pedestales para las tridimensionales, las cartelas, carteles y catálogos digital o en sala, etc. Unas labores, estas, a la que generalmente no solemos prestar atención –como tampoco a los transportes- a no ser que sea por defecto.
Antonio Bautista Durán. Nauta Hispalense.
No es el caso de esta y por eso desde aquí es de agradecer el esfuerzo de todos los que la han hecho posible, incluyendo también al personal del Centro Cívico y a su Delegada de Distrito.
Batur Baslar. Naval
Tampoco incluí entre los artistas a Manuel Márquez, quien se ha encargado de hacer el diseño y la maquetación de textos y fotos de presentación en el Catálogo editado por la Imprenta Municipal y la cartelería -y junto con Fernando Murillo, el comisario- atender a la prensa, facilitar las fotos y el catálogo digital.
Celia Márquez Goncer. Circunnavegación o Circunterra.
Tampoco incluí a algunos autores y eso sí que lo considero un acto de justicia, porque una colectiva es algo así como la democratización del arte en donde caben todos los estilos, todas las opciones metodológicas, las técnicas, procedimientos, y todo lo que interviene en el arte.
Jesús Conde Ayala. La Espada Cruz
Me disculparán si hago referencia a mi Tesis Doctoral, para la que la Prensa fue un factor imprescindible sin el que no hubiese podido completar no sólo parte de la biografía de los artistas que estudié, sino una cuestión tan importante como aquella y como es el Ambiente de la época donde estos desarrollan sus trayectorias.
Por eso lo hago ahora, intentando resaltar con ello también, la labor que realizan las instituciones públicas a favor de la Cultura en general y en el del arte en particular, que es de lo que se trata y lo que nos une a la sociedad civil al margen de ideologías. Por eso también los menciono ahora e incluyo una de sus obras, sin que esta segunda parte implique ninguna otra consideración. Son: Antonio Belzunce, Antonio Bautista Durán, Batur Balsar, Celia Márquez Goncer, José Murillo Casas, Jesús Conde Ayala, Juan Torres y Luis Lomelino Amérigo.
José Mª Godoy Vázquez. La Espera
La exposición –además de resaltar la heroicidad de estos navegantes- encierra muchas claves, íntimos homenajes que pasan desapercibidos si no se tiene la suerte de que nos lo refieran, para a su vez informar a los lectores de EL CORREO DE ANDALUCÍA WEB.
Juan Torres. Enlace en la Patagonia: Wilson Ramírez y Lilith Fernández.
Uno de ellos puede ser el que le rinde José Fernando Murillo a su padre, José Murillo Casas, pies aunque se le clasifique entre los aficionados, porque profesionalmente no se dedicó a la pintura, sí cultivó la pintura y ejerció de ilustrador en periódicos y revistas de la primera mitad del siglo XX.
Luis Lomelino Amérigo. Pecio con mástiles.
Una época muy difícil para la plástica, por la escasez de materiales, las circunstancias devenidas de una Guerra Civil y una Mundial, y una Posguerra no menos dura. Por eso, es de admirar el esfuerzo que hicieron él y todos los artistas de su generación, por continuar adelante ofreciendo belleza, armonía,... sin la que la vida hubiese sido mucho más triste y nos hubiésemos quedado sin arte desde luego, considerando las circunstancias de la represión, las depuraciones y los exilios. ¡Por los artistas navegantes! Hasta la próxima travesía: buen rumbo a todos.