El teatro, una “perfecta” plataforma de denuncia social

‘Perfecta’ cierra del ciclo del Centro Atalaya- TNT ‘Ni Una Menos’ con un lleno absoluto de aforo en el día mundial del teatro

28 mar 2021 / 12:39 h - Actualizado: 28 mar 2021 / 12:40 h.
"Críticas"
  • El teatro, una “perfecta” plataforma de denuncia social

Aunque parezca mentira, todavía en pleno siglo XXI las mujeres tenemos que seguir alzando nuestra voz para reclamar nuestros derechos, y el teatro es una plataforma “perfecta” para ello. Tal vez por eso el ciclo promovido por el Centro Atalaya-TNT, ‘Ni una Menos’ que este año celebra su quinta edición, ha elegido cerrar con la obra ‘Perfecta’, justo cuando se celebraba el ‘Día Mundial del Teatro’.

‘Perfecta’ inicia la andadura de ‘La perfecta compañía’, liderada por Manuela Alonso, una joven actriz que además de interpretar ha escrito el texto, que con un lenguaje directo salpicado de poesía nos cuenta cómo el sobrepeso ha marcado su vida, y no precisamente para bien. De hecho esta obra parte de un taller de la Escuela de Cine y Artes Escénicas de Sevilla, donde ella acudió buscando una acogida que no había tenido en las escuelas de interpretación oficiales.

Y no fue solo allí donde sintió esa discriminación. Según nos cuenta es algo que la acompañó desde su nacimiento en el seno de una familia llena de mujeres que le inculcaron que debía aspirar a ser “perfecta”, de ahí el título de la obra que da pie para que la actriz reflexione sobre la necesidad de aceptar nuestra propia diferencia, algo que ella ha logrado tras sufrir toda una gama de conflictos, tal vez demasiados. Y es que, en su afán por denunciar todo aquello que una mujer puede llegar a sufrir por no responder al estereotipo de la mujer delgada y perfectamente arreglada que desde pequeñitas nos imponen -con modelos como la muñeca ‘Barby’- Manuela pasa de hablarnos de su frustración por no tener el cuerpo adecuado para ser artista al acoso escolar que sufrió de pequeña por estar gorda, los trastornos alimentarios y la homosexualidad. Claro que todo ello le sirve para llegar a una hermosa conclusión: el amor no tiene género ni sexo, diga lo que diga la sociedad.

Sario Téllez ha dirigido esta obra con la sensibilidad y la capacidad que la caracteriza para dotar de simbolismo y poesía a los objetos. Así, con unos sencillos elementos de atrezzo y vestuario, Sario logra que Manuela se mueva con dominio por el escenario, con una excelente expresión corporal que arranca más de una carcajada del público y nos demuestra que la seducción y la sensualidad nacen del interior, independientemente de las dimensiones corporales. Se trata, por tanto, de una producción repleta de lirismo que, aunque modesta, cumple plenamente con la función social del teatro.