Entrañable cita con Bach y la AAOBS

La Asociación de Amigos de la Barroca de Sevilla vuelve a apostar por los jóvenes talentos en esta cita ineludible de los prolegómenos de la Navidad

Foto: Luis Ollero

Foto: Luis Ollero / Juan José Roldán

Juan José Roldán

Las calles se llenan de alegría e ilusión, para bien y para mal teniendo en cuenta los tiempos que corren, en estos días previos a las celebraciones navideñas, que para mucha gente son tan hermosos, e incluso más, que los propios festivos. La puerta del Espacio Turina no es una excepción a esta algarabía sevillana; gracias al trabajo ingente y desinteresado de la Asociación de Amigos de la Orquesta Barroca de Sevilla, la afición generosa y puntual de estas citas del Otoño Barroco logran dar carta de naturaleza a estas citas que llegan a su zénit con el ya tradicional concierto navideño en torno a la figura de Johann Sebastian Bach. En los atriles alumnos y maestros comparten escenario, lo que configura decisivamente el carácter entrañable de la velada. Y mientras tanto se aprovecha para servir de trampolín a los nuevos valores, materializado en las becas que anualmente concede la asociación, y que este año ha recaído exaequo en los sevillanos Andrés Murillo y Víctor García, que tuvieron así una oportunidad de oro para lucir sus cualidades. Arropándolos además estuvieron los y las ganadoras de la ayuda en ediciones anteriores, el violonchelista José Manuel Ramírez, los teclistas Irene González Roldán y Santiago Sampedro y el oboísta José Manuel Cuadrado, de todos los cuales hemos ofrecido en su día rendidas cuentas en estas mismas páginas.

Para demostrar la importancia de una batuta sobre el estrado, solo tuvimos que remitirnos a la pieza con la que arrancó la noche, un Concierto para violín nº 1 de Bach que sirvió para exhibir la habilidad de Andrés Murillo al instrumento. Acompañado por los violines de Leo Rossi y Valentín Sánchez, la viola de Carmen Moreno y un continuo de excepción en manos de Sampedro, Ramírez y Ventura Rico al contrabajo, el conjunto careció por esa falta de batuta visible del empaste y el justo equilibrio deseable, empañando en parte el rendimiento de un Murillo que se mantuvo algo tenso y puntualmente desafinado a lo largo de una exhibición en la que sin embargo acertó en brío y agilidad, a pesar de que el tono fue en general demasiado rústico. Es cierto que el BWV 1041 es un concierto extremadamente difícil y delicado, de una intimidad poco frecuente que solo la experiencia puede llegar a superar, y de eso se trata, de que el joven intérprete adquiera la experiencia necesaria que corrobore los méritos por los que sin duda fue reconocido. Murillo acertó sin embargo en la falta de aspavientos gratuitos y la ligereza de la articulación, aunque acusó un sonido demasiado rústico que no malogró por otro lado sus oportunidades de virtuosismo y bravura. Faltó algo de armonía y solemnidad en el andante central, pero acertó en un finale dinámico y rítmico.

Mejor arropado estuvo el más experimentado violonchelista Víctor García, reconocido en los premios del Día de Andalucía del año 2020, que ofreció el Concierto para violonchelo del más avezado de los hijos de Bach, Carl Philipp Emanuel, cada vez más presente en grabaciones y conciertos, dejando constancia de por qué era más reconocido en su época que su propio padre. Aquí la ausencia de batuta visible afectó menos, lográndose en conjunto una interpretación favorable en la que destacó la brillantez ornamental, la exquisitez en la modulación y la rica expresividad del joven intérprete. Aunque su fuerte era el clave, tenemos constancia de muchos de los trabajos de C.P.E. Bach gracias a sus propias transcripciones para otros instrumentos, como este Concierto para violonchelo del que el solista y la Orquesta Residente del Otoño Barroco ofrecieron una versión muy competente y aseada, temperamental en su justa medida y llena de brillo, energía y contraste, destacando un movimiento central perfectamente paladeado y notablemente melancólico.

Bart Vandewege lideró una brillante cantata

Una repentina indisposición del contratenor Carlos Mena, primera elección para dirigir este singular concierto, hizo que el director y compositor belga Bart Vandewege se hiciera cargo de la cantata del Oratorio de Navidad de Bach elegida este año, la cuarta, dedicada a la circuncisión y bautizo de Jesús y destinada al Día de Año Nuevo. Vandewege se halla estos días en la ciudad, preparando citas con la Sociedad Coral de Sevilla, a la que dirigió en este mismo Espacio Turina apenas unos días antes de que se decretara el confinamiento pandémico, con una Pasión según San Mateo de Heinrich Schütz memorable por muchos motivos. En esta ocasión los protagonistas fueron el Coro de la Asociación de Amigos de la Orquesta Barroca de Sevilla, que acompañaron con estilo y responsabilidad a los solistas, cada uno de los cuales tuvo su oportunidad de oro para lucir habilidades. El bajo Javier Cuevas exhibió rotundidad de timbre y proyección, el tenor Ariel Hernández declamó con claridad y un precioso timbre, defendiéndose extraordinariamente en las agilidades, y la soprano Cristina Bayón, protagonizó un ¿Inspira tu nombre, Salvador mío, el menor asomo de espanto? tan emotivo y conmovedor como el propio enunciado, con la notable y precisa complicidad de Jacobo Díaz al oboe y el eco refulgente entre bastidores de, suponemos, Soraya Méncid. Como es habitual, y haciendo honor a su reclamo como concierto participativo, el público fue invitado a cantar el coral luterano Jesus richte mein Beginnen, primero según adaptación al español de Carlos Mena, y luego como bis en alemán. Algunos lo hicimos y al parecer merecimos el aplauso de Vanderwege y los ilusionados responsables de esta entrañable cita pre navideña.

OTOÑO BARROCO ***

Otoño Barroco de la Asociación de Amigos de la Orquesta Barroca de Sevilla. Orquesta Residente del Otoño Barroco. Coro de la Asociación de Amigos de la OBS. Andrés Murillo, volín. Víctor García, violonchelo. Cristina Bayón, soprano.Ariel Hernández, tenor. Javier Cuevas, bajo. Bart Vandewege, dirección. Programa: Bach en Navidad (Concierto para violín BWV 1041, de Johann Sebastian Bach; Concierto para violonchelo Wq. 172, de Carl Philipp Emanuel Bach; Cantata IV del Oratorio de Navidad BWV 248, de J.S. Bach). Espacio Turina. Viernes 17 de diciembre de 2021

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