Entrevista | María Moreno Bailaora
“En ‘Verso libre’ me permito por primera vez experimentar todo lo que soy”
Con el mismo vértigo de siempre, pero “con otro cuerpo” más valiente y libre, la bailaora gaditana trae el próximo 17 a la Bienal una original “performance itinerante y mutable en la que puede pasar de todo, menos que se vaya la cobertura”
María Moreno durante su espectáculo 'Verso libre', incluido dentro del programa de la Bienal de Flamenco de 2024 / Susana Girón
La voz de María Moreno suena chispeante al otro lado del teléfono cuando intenta transmitir a este periódico que más allá del día (17 de septiembre), el lugar (el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo) y las horas (21 y 23 horas) poco sabe o puede adelantar de Verso libre, una “performance itinerante abierta y mutable” que presenta en esta Bienal y en la que asegura “que puede pasar de todo”.
Tras retarse en el desafío de construir un espectáculo en torno a un único palo, como hizo en la anterior edición con o../o../.o/o./o. (soleá), la bailaora se permite aquí fluir en una propuesta que tritura el programa de mano para ofrecer una experiencia única “que cada vez vivimos como un estreno, adaptando la temática, el desarrollo y el elenco a lo que me sugiere cada lugar”, explica.
En este sentido, haciendo gala de la espontaneidad, naturalidad y frescura que caracteriza su baile -y su persona-, la gaditana actúa como guía de una suerte de tour jondo en el que invita a sumergirse en una aventura en la que el movimiento se pone al servicio del espacio y su relato sonoro. Así, a través de unos cascos, el público irá recibiendo los estímulos de la artista y de los músicos que la acompañan: el polifacético y sorprendente Raúl Cantizano (a la guitarra y samplers) y el reconocido percusionista Manuel Masaedo, que se suma por primera vez al proyecto estrenado en el Festival de Teatro Iberoamericano de Cádiz (FIT) y que ha recorrido ya diversos espacios singulares del país.
“Lo más especial del proyecto es que me permite hacer flamenco en sitios donde normalmente no se puede por el tema acústico; hurgar en la sonoridad de los distintos lugares y dejarme llevar por la energía. Es una fantasía disparar por los auriculares todo lo que me vaya inspirando el momento”, explica feliz esta artista “dispar” que confiesa beber lo mismo de Rocío Jurado que de Israel Galván y a la que le apetece lo mismo colocarse encima “todas las batas de cola” que retarse con nuevos lenguajes coreográficos.
La intención aquí es desprenderse de la inquietud que produce lo imprevisible y sustituir el ansia de perfección por la búsqueda de lo orgánico. Y eso, como reconoce la creadora, una de las protagonistas del cartel de la anterior cita jonda, pasa por atreverse a jugar, a interactuar y a improvisar; e incluso por desprenderse del corsé de bailaora.
Me permite hacer flamenco en sitios donde normalmente no se puede por el tema acústico; hurgar en la sonoridad de los distintos lugares y dejarme llevar por la energía
Este desafío lo vive Moreno como “un sueño” en el que por fin “me atrevo a experimentar con libertad absoluta y expresar lo que siempre he pensado o sentido pero que no me he atrevido a hacer en un teatro, todo lo que soy”. De hecho, este Verso libre, en realidad, nace en paralelo a su propuesta sobre la soleá, como un laboratorio de experimentación “donde iba probando cosas que me interesaban”.
En cada pase (ambos con entradas agotadas) se vivirá, por tanto, una experiencia distinta que dependerá del estado de ánimo de la artista, pero también de la luz, la atmósfera y los asistentes. “Es mágico ver cómo cada uno reacciona de una forma diferente frente a lo que ve. En el mercado de Cádiz, por ejemplo, me vine muy arriba porque estaba entre mi gente y se respiraba una alegría increíble, y en el Museo de Valladolid fue muy emotivo porque una mujer, al verme sudando, sacó un pañuelo y me lo dio”, recuerda.
María Moreno en 'Verso libre' / Susana Girón
La única limitación en este caso es técnica, ya que el funcionamiento de los cascos exige una serie de particularidades “para que no se vaya la cobertura”, bromea la que es considerada por muchos como una de las bailaoras más refrescantes, inquietas y magnéticas de su generación. Por lo demás, el espectáculo se desarrolla con “los elementos externos mínimos” para “aprovechar al máximo lo que el lugar relata por sí mismo”, argumenta.
Para ello, Moreno ha estado escudriñando los rincones del Monasterio de la Cartuja para elegir las tres localizaciones principales de la performance en las que ha priorizado “el estado al que quiero que me lleven”. El CAAC se convierte de este modo en personaje principal de la obra, sirviendo de inspiración e hilo conductor a la artista tanto por su historia, como por su propio corpus sonoro y sensorial. Una idea que sigue la estela de la insólita y extraordinaria experiencia que ya protagonizó Andrés Marín en la Bienal de 2020 con La vigilia perfecta, una liturgia danzada concebida como una serie de segmentos secuenciados desde el amanecer al anochecer -en las horas litúrgicas- en distintos emplazamientos del Monasterio, desde las estancias que conservan las trazas de la vida monacal e industrial, a las huertas y jardines que hablan del paisaje como proyección del cuerpo y del espíritu.
Una imagen captada en 'Verso libre' / Susana Girón
En esta línea, justo un día después de visitar con el equipo el Museo de Arte Contemporáneo, adelanta que hará una primera parada en un patio árabe, otra en una implantación de plantas “que me trasladan a toda esa influencia oriental que a mí me encanta” y la tercera uno de los grandes patios del Monasterio.
El vértigo de la Bienal
Premio a la Mejor Intérprete Femenina de Danza Flamenca y al Mejor Espectáculo en los Premios Lorca 2024, nominada en tres ocasiones en los premios Max de las artes escénicas y con dos Giraldillos en su vitrina de éxitos (el Revelación por De la concepción y el del Momento Mágico por More (no) More), la trayectoria de esta gaditana universal está vinculada desde sus inicios a la Bienal de Flamenco de Sevilla, donde se le ha visto crecer y donde hasta ahora había estrenado cada una de sus cuatro propuestas anteriores en solitario.
María Moreno estrena este 17 de septiembre 'Verso libre' en la Bienal de Flamenco de Sevilla / Susana Girón
Esta vez, por el contrario, sintió que no era el momento de estrenar en la cita sevillana, aunque viva su actuación “con la misma adrenalina y el mismo vértigo de siempre”. Es verdad, se sincera, que “al principio pensé que iba a ser una Bienal más tranquila, pero, ya ves, todo lo contrario”, sonríe al otro lado del teléfono.
En parte la decisión, tal y como ella misma reflexiona, viene de un momento vital y artístico en el que se siente “más valiente y capaz de tomar mis propias decisiones sin miedos”. Consciente de que la experiencia y los años le aportan ahora una madurez, seguridad y solidez que le hacen sentirse “mejor y más fuerte que nunca”. Definitivamente, “vengo con otro cuerpo”, sostiene pletórica.
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