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Francisco Acosta: «Con mi piano, llevo la música clásica a todos los públicos»

El director de la Escuela Municipal de Música de Las Cabezas de San Juan publica por fin ‘Classical Music History’, una didáctica adaptación al piano de los 30 mejores hitos de la música clásica, desde las Cantigas de Alfonso X a Puccini

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
27 ago 2022 / 17:31 h - Actualizado: 27 ago 2022 / 17:32 h.
  • Francisco Acosta: «Con mi piano, llevo la música clásica a todos los públicos»

El pianista Francisco Acosta, director de la Escuela Municipal de Música de Las Cabezas de San Juan y residente desde hace años en Los Palacios y Villafranca, acaba de publicar, a través de las plataformas digitales internacionales de música en streaming, su último disco, que es en puridad “el sueño de mi vida”, según reconoce en esta entrevista después de cuatro años no solo trabajando en el mismo, sino ofreciendo conciertos que no han perdido el espíritu didáctico del proyecto. Acosta hubiera dado cualquier cosa por vivir en tiempos de las Schubertiades, aquellas tertulias de artistas en torno a la música que se bautizaron con el apellido del bohemio austríaco que las inventó, Franz Schubert, a comienzos del siglo XIX, que es justamente “el siglo de la Historia viva del piano, este instrumento rey”, sostiene este profesor que siempre disfruta más allá de sus clases, este humanista que goza tanto con lo que interpreta como con lo que lee, y que acostumbra a amenizar con su Roland numerosas ceremonias y eventos culturales.

Con tres discos en su haber (Hydromuria, Andrómeda e Historia del Piano), en este último ha grabado, en una hora y cuarto de duración, la mayoría de los temas que ha interpretado en directo en estos últimos años, desde las Cantigas a Santa María del rey Sabio hasta la Rapsodia sobre un tema de Paganini, que compuso en 1934 Rajmáninov para piano y orquesta y que Acosta se lleva a su terreno del piano solo, como ocurre con el resto de piezas. “No he incluido aquel última tema de mis conciertos del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, por una cuestión de derechos de autor, aunque sí quiero interpretarlo en algunos de mis conciertos”, ha explicado el pianista.

Es muy ilustrativa la hora larga de música comprendida entre el Canon en Re del alemán Pachelbel, de 1680, “la pieza clásica más popular de todos los tiempos”, y el O mio babbino caro (Oh, mi papá querido), el aria de la famosa ópera de Puccini, de 1918. Entre uno y otro, el pianista de Los Palacios y Villafranca no se ha olvidado en su selección el italiano Antonio Vivaldi, “uno de los músicos más prolíficos de la historia”. Del tránsito del Barroco a la Neoclasicismo, el pianista rescata la Cantata BWV 156 del gran Johann Sebastian Bach, cuya obra es “el hito musical más importante de la historia” y cuya música “se ha utilizado como sustento de la armonía académica más ortodoxa”. Por supuesto, no falta Wolfgang Amadeus Mozart, «el genio más precoz» de toda esta historia, que tocaba el clavicordio y el violín con solo cuatro añitos. Tampoco se olvida del gran genio romántico que fue Beethoven ni de Félix Mendelssonhn, niño prodigio, siempre rodeado de escritores y filósofos y amigo de Goethe (además de rescatador de la obra de Bach). El disco de acosta, ya disponible en Spotify, de Acosta rescata el poético lied En las alas del canto, Op. 34/2. Acosta se ha acordado igualmente de Robert Schumann, y, cómo no, del ruso Tchaikovsky, con su ballet de El lago de los cisnes, ya de 1877. En la historia de grandes músicos interpretados a piano, acercándonos ya al siglo XX, restan el checo Anton Dvorák, a la sazón director del Conservatorio Nacional de Nueva York; el francés Camille Saint-Saëns, que por su afición a la ciencia compuso su fantasía zoológica El carnaval de los animales; o el austríaco Gustav Mahler...

-Francisco, lanzas un disco que primero fue concierto itinerante...

-Efectivamente, hace cuatro años que estrené el primer concierto de estas piezas con tanto afán divulgativo y didáctico... De hecho, hace muchos años, aquellos conciertos que luego supusieron mi disco Historia del piano también supusieron un aprendizaje en muchos institutos de Andalucía gracias a un acuerdo con la Junta. Sigo creyendo en la importancia cultural de la música clásica como beneficio intelectual, cognitivo y social.

-El disco no tiene formato físico.

-De momento, no. Hoy en día la práctica general a la hora de consumir clásica es lanzarla en estas plataformas digitales internacionales. La era digital se impone con mucha fuerza. El usuario puede escuchar mi música cuantas veces quiera, y también pagando, por supuesto, y de esas reproducciones yo obtengo un beneficio económico gracias a la publicidad inserta.

-¿Se hace uno rico siendo pianista?

-No. Esto da para una cervecita de vez en cuando. Para ganarse el pan hacen falta millones y millones de reproducciones y, por supuesto, mucha suerte. Pero cada mes recibo un pormenorizado informe de la empresa agregadora musical, EmuBands, con sede en Reino Unido, y te puedo asegurar que lo vivo con mucho regocijo. Sentir que tu música llega a todos los puntos del planeta es realmente motivador.

-¿Estás satisfecho con la calidad del resultado?

-Sí, mucho. Estoy feliz. Al tratarse de una divulgación de la música clásica para todos los públicos, he querido ofrecer música al alcance de los oídos más profanos, y también para los otros, faltaría más. La calidad técnica está más que lograda.

-¿Dónde se ha grabado el disco?

-Se ha masterizado en un estudio de grabación de Huelva, concretamente en el estudio de un amigo y compañero mío del Grado en Musicología que estoy terminando en la Universidad Internacional de Valencia. Es la interpretación que siempre soñé y ahora muestro el resultado con toda la emoción que encierra esta bella música que ha perdurado en el tiempo.

-La música clásica sigue cautivando, a pesar de otros géneros, ¿no?

-Sí, el término “clásico” tiene ese poder catártico que a todos nos beneficia. Con mi piano pretendo llevar la música clásica a todos los públicos.

-Un trabajo que ahora recompensa con un buen resultado.

-Sí, han sido casi cinco años de concienzudo y esmerado trabajo, de mimar cada selección musical y someter la ejecución pianística a mil variantes expresivas hasta dar con el espíritu de la obra. Todo bajo la premisa de una interpretación ad libitum, personal y carente de prejuicios.


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