Francisco Robles da la sorpresa en la 50ª edición del Ateneo de Novela

El periodista sevillano se alzó anoche con el galardón, dotado con 40.000 euros, mientras que la alicantina Alba Ballesta se hizo con el Ateneo Joven

24 jun 2018 / 17:08 h - Actualizado: 24 jun 2018 / 19:49 h.
"Literatura"
  • Francisco Robles, en el centro, con el Premio Ateneo de Novela en la noche de ayer. / El Correo
    Francisco Robles, en el centro, con el Premio Ateneo de Novela en la noche de ayer. / El Correo

Y el premio Ateneo de Sevilla de Novela se quedó en casa en su L edición, la misma en la que la colaboración entre la Fundación Unicaja y Ámbito Cultural de El Corte Inglés logró elevar la dotación del galardón a los 40.000 euros. El periodista y escritor sevillano Francisco Robles se hizo con uno de los premios literarios más prestigiosos del panorama español con su obra El último señorito, presentada bajo el pseudónimo Lola.

Un jurado compuesto por Alberto Máximo Pérez Calero, presidente del Ateneo; Ángel Moliní Estrada, quien actuó como secretario; Miguel Cruz Giráldez, José Vallecillo López, Francisco Prior Balibrea, por parte del Ateneo; Gervasio Posadas Mañe, director de Ámbito Cultural; Rafael Muñoz Zayas, director de Área de Actividades Socioculturales de Fundación Unicaja; Miguel Ángel R. Matellanes y Luis del Val, ganador de la edición XXXV del 2003, decidieron premiar esta obra, «que arranca con una demanda de paternidad fechada en nuestra época, pero que remite a un caso de los años 50», asegura Robles.

«En la historia que cuento, un señorito muy joven deja embarazada a una muchacha también muy joven, hija de unos criados, en la Baja Andalucía. Luego me retrotraigo al inicio de la Guerra Civil, cuando matan al padre del señorito, por lo que éste nace en la contienda y muere en la Transición en extrañas circunstancias. Eso me permite hacer un gran cuadro de la Andalucía de se periodo».

Para Robles, ganar el Ateneo «es un gran honor, sobre todo por los escritores que me precedieron, en especial a los narraluces, a quienes quiero homenajear en esta novela», agrega.

Sevillano de 1963, licenciado en Filología Hispánica entre sus obras publicadas figuran Tontos de capirote (1997), La feria de las vanidades (1998), Las letras del cante, junto a José Luis Blanco Garza y José Luis Rodríguez Ojeda (1998), El fútbol es algo más... que veintidós individuos corriendo detrás de una pelota (1999), Cernuda para jóvenes (2003), Poesía eres tú: Bécquer, el poeta y su leyenda (2004), Mester de progresía: Historia de Sevilla, con Álvaro Pastor Torres (2006), Semana Santa: antología literaria (2006) y Trío de capilla, con Javier Rubio y Juan Miguel Vega, entre otros títulos. Ganó el II Premio Internacional de Novela Solar de Samaniego con su obra La maldición de los Montpensier.

Colaborador habitual de prensa, radio y televisión, también asumió la dirección de la revista El Libro Andaluz de la Asociación de Editores de Andalucía.​

Por su parte, Alba Ballesta conquistó el Ateneo Joven con Distinta Clara, «una novela que arranca cuando Laia, una joven estudiante de Literatura, empieza a investigar sobre una supuesta poeta, Clara Dubasenca de la que no se conoce nada salvo un libro que, se supone, es el tercer tomo de sus obras completas. Así, lo que empieza siendo una investigación académica se convierte en un caso de detectives», afirma la autora.

Ballesta (Orihuela, 1991) estudió Traducción e Interpretación en la Universidad Autónoma de Barcelona, es integrante del colectivo literario Gilles de Rai y en 2014 obtuvo el Premio Joven de Narrativa de la Universidad Complutense de Madrid con su primera novela, Rari nantes. «El Ateneo Joven es una gran alegría, sobre todo por la posibilidad de publicar. Eso ya es un gran premio».

Críticas por la ausencia de mujeres en el jurado

La foto de presentación de la L edición del premio Ateneo de Sevilla de Novela del pasado viernes tal vez no habría llamado la atención hace unos años, pero sí en los tiempos que corren, con una sensibilidad más acentuada hacia la igualdad: ni una mujer entre las nueve personas que participaban en el acto, contando al jurado, al presidente del Ateneo, Alberto Máximo Calero, y al editor de Algaida, Miguel Ángel Matellanes. Las críticas no tardaron en darse en las redes sociales, que se han convertido en un observatorio permanente contra el sexismo.