- El pintor y galerista Enrique Roldán en su “Museo”, ante un collage repostero, un paisaje de Chapultepec y el bodegón de manzanas del ángulo superior izquierdo, de su autoría, y otras piezas de su colección. FOTO: Carmen Benítez
Hace 57 años ya, que el pintor, escultor, mecenas, promotor, divulgador, exhibidor, profesor y tantas otras cosas más dentro del Arte español, Enrique Roldán (Sevilla 1934), comenzó su andadura profesional también como galerista, después de haber estudiado Bellas Artes en su Sevilla natal, recorrido países de Europa, los Estados Unidos de América del Norte, los Estados Unidos Mexicanos, y otros países de América del Sur.

Aspecto de una de las salas del Restaurante “La Huerta” donde se ha mostrado parte de la colección de Enrique Roldán. FOTO: T.L.
Con todo este bagaje, con todo lo visto y vivido en primera persona en los Museos, otras galerías y estudios de artistas –además de los paisajes y esas otras formas de pintar- se decidió en el ya lejano día 2 de enero de 1965, a instalar en la calle S. Fernando de nuestra ciudad, un espacio que sirviera de referente de lo último que se estaba haciendo también aquí, al margen del clasicismo impuesto por las Escuelas (Superior de Bellas Artes y de Artes y Oficios) y por así decirlo de la clientela o el mercado –esto es: la Modernidad y la Vanguardia, aunque fueran por cronología las terceras que se hacían después de la de los años 10 y 20, y la de los 30 del siglo pasado, y alejado por tanto de los amaneramientos tradicionales vigentes entonces: versiones del romanticismo, del academicismo decadente, de los eclecticismos realísticos, del costumbrismo festero popular y de la figuración obligatoria.

Otro de los espacios con obras de algunos artistas representados. FOTO: T.L.
Él quería entonces y hasta los últimos momentos que duraría esa experiencia (que seguiría hasta hoy por su entusiasmo), dar salida a los entonces jóvenes autores de su generación y las siguientes, y eliminar con ello la caspa de Sevilla, ese mundo anclado en los antiguos modos y modelos de hacer. Con ello se unía a la renovación que empezó a hacerse ya en 1949, en el Club la Rábida, y que continuó a partir de 1951, cuando el entonces Director General de Bellas Artes, apostó por Tapies, Saura, Millares y tantos otros, para que cruzaran -como Enrique Roldán hizo por su cuenta- el Atlántico y el Adriático, para participar en las Bienales de Sao Paulo y de Venecia. Autores que él mismo fue exponiendo en su galería, durante los 7 años que permaneció abierta.

Carteles de exposiciones celebradas en “La Pasarela”. FOTO: T.L.
El caso es que todo esto y visto en la distancia del tiempo, parece que se hacía de manera casi clandestina primero en los bajos del Instituto Hispano-Americano y después en su Galería, sin que ninguna otra acogiera a los artistas “disidentes” hasta que no se abrieron otras y en 1972 el desaparecido Museo de Arte Contemporáneo, referente de tantos artistas que pudieron conocerlo. Contemporaneidad que prosigue hoy en sedes institucionales como el CAAC y en salas alternativas, en Colegios Profesionales como el COAS,...si quiera sea con exposiciones temporales.

Una de las obras de su “etapa mexicana”, de Enrique Roldán. FOTO: T.L.
Lo cierto es que después de él, el pionero, el que arriesgó su trabajo, esfuerzo, tiempo y dinero, continuaron abriéndose galerías, algunas de las cuales cerraron sus puertas o marcharon a Madrid, como Álvaro, Imagen Múltiple, M.11, Juana de Aizpuru, La Máquina Española, Melchor, (no estoy teniendo en cuenta los años de apertura/ traslado/triste desaparición, ni sus directores), o continuaron como “la Decana” Magdalena Haurie, que lleva abierta 47 años ya.

Una muestra de una de las esculturas y lienzos de Enrique Roldán. FOTO: T.L.
Con la selección de 40 autores de su colección personal, todo un referente para el estudio del arte, ha querido recordar a “sus” artistas, algunos que pasaron por sus diferentes sedes, pues después “La Pasarela” (en alusión a la de hierro construida en 1896 y derribada en 1921), se instaló en la calle Zaragoza y finalmente en el Pasaje Andreu, en pleno corazón del Barrio de Santa Cruz.

Obras de Mª Roldán Benítez junto con los carteles “anunciadores” oficiales y menús de la casa. FOTO: T.L.
Nombrar a los artistas que han expuesto con Enrique Roldán, es recordar a los grandes nombres de la plástica del Informalismo, Expresionismo –también Cromático- la Pintura Gestual, el Conceptualismo Organicista, el Minimalismo, la Nueva Figuración, la Pintura Social, la Abstracción Compositiva, los nuevos modos de interpretar el Arte en todos los que él ha expuesto, como:

Lienzo de Jaime Pandelet. FOTO: T.L.
Canogar, Farreras, Hernández-Pijuán, Millares, Mompó, Lucio Muñoz, Rivera, Torner, Zóbel, Saura, Sempere, Mauri, Nicomedes, Equipo Crónica, Cuadrado, Cortijo, Girón, Agudo, Ramos Guerra, Tapies, Suárez, Soto, Sierra, Salinas, Duclós, Henz, etc., etc.

Cuadro de Gonzalo Beltrán. FOTO: T.L.
He titulado a Enrique Roldán, como el “Galerista de los Maestros/el Maestro de los Galeristas”, pero podría considerársele “Maestro de Maestros” atendiendo a los autores andaluces que ha exhibido en “La Huerta” -el Restaurante de su hija pintora y restauradora María Roldán Benítez- como son:

Paisaje de María Calvet. FOTO: T.L.
Roberto Alberto, Antonio Agudo, Antonio Barba, Gonzalo Beltrán, Antonio Carmona, Paco Cortijo, Paco Cuadrado, Paco Díaz, Mª Luisa Díaz Velázquez, Teresa Duclós, Manolo Egido,Paco García Gómez, Jaime Gracían, Lola Henz, Jofra, Carmen Laffón, José Luis Mauri, Manuel Manzorro, Alejandro Mateos, Jaime Pandelet, Pecero Segura, Enrique Ramos, Antonio Rojas, Juan Romero, Mª Roldán, Diego Ruiz Cortés, José Ruiz Cañizares, Joaquín Sáenz, Manuel Salinas, Pepe Soto, Fernando Verdugo, Juan Aº García Ruiz, Regina Pérez, Cecilia Ybarra, Gutiérrez Montiel, Pepe Méndez, José Mª Méndez (su hijo), Roberto Reina, Águeda Sánchez Lancha y él mismo.

“Minero”, de Antonio Agudo. FOTO: Adela Agudo Tercero.
Artistas y Archivo que deberían considerarse como tantas otras cosas de “La Muy Noble y Leal...” como un legado, un Centro de Estudios e Investigación, considerando los carteles, hemerografía y Catálogos que conserva.

Lienzo de Estirado. FOTO: T.L.
Enrique Roldán, los artistas coetáneos, son un Museo desde que comenzó a pintar, dibujar y esculpir, “allá” en 1954. Un autor y una época que deberían ser mucho más conocidos porque forman parte de esas generaciones con las que nos formamos, seamos profesionales o admiradores de ese acto de generosidad que es el Arte. Por todo esto, “Quique”, es un ejemplo a seguir, exhibir, a ceder, donar, ...con tal que no se dispersen las colecciones y obras de los artistas, como ha venido ocurriendo hasta ahora entre otras cosas, y lo más flagrante, por las familias de los propios autores. Afortunadamente no es su caso, ya que saben valorar el arte y las vidas que hay detrás de él/de ellos.