Homenaje a Julio Ceballos en Chipiona

El pasado día 24 tuvo lugar en su villa natal, el más que merecido Homenaje que se le debía a quien fue uno de los mejores pintores contemporáneos de Chipiona (Cádiz) y por extensión de los gaditanos o si la hubiera, de la Escuela Gaditana, como fuera sin duda Julio Ceballos, quien nos dejara el pasado mes de julio, aunque gran parte de su ingente obra se conserva esperando que esa mano de nieve becqueriana, se pose al fin sobre ella y de ese modo permaneciera para siempre entre nosotros.

Considerado para muchos historiadores, críticos de arte y artistas plásticos como uno de los principales representantes del arte andaluz, si no fuera porque no se prodigó en otros círculos más cercanos al Poder, al poder del arte, de los comisarios de exposiciones, de los políticos regionales o nacionales o de quienes para entendernos “parten el bacalao”, también lo hubiese sido de las vanguardias internacionales actuales, considerando aquí el arte que se produjo desde los años 50 del siglo pasado, fecha que coincide con sus primeras etapas.

Julio Ceballos fue un polifacético artista que por definirlo simplificadamente, lo calificaría como un solitario, alguien que no frecuentó camarillas, ni se integró en movimientos, ni se adscribió a un grupo generacional concreto.

Esto no quiere decir que no se integrara en los movimientos en voga que se fueron sucediendo en paralelo a su trayectoria, porque en efecto los siguió o al menos estuvo cerca de aquellos con los que más se identificaba como el expresionismo, la gestualidad y la abstracción.

Se le han encontrado algunas influencias con El Greco, y bien pudiera ser por esa técnica suelta que poseía, por los paños al viento, las figuras espirituales, el ritmo y los giros ascendentes, con mucho movimiento y en algunas de sus obras abarrocamiento.

Sobresalen de su producción escenas relacionadas con el Quijote, con la arquitectura monumental de iglesias españolas, con el mundo de la música, la danza, los toros y caballos y aunque escasos, con excepcionales retratos como los que mostramos ahora.

Pero Julio Ceballos fue muchas cosas, sobre todo, un enamorado y entusiasta de su pueblo al que dedicó muchas horas de esfuerzo por convertirlo no ya en El Centro Internacional de la Música del Sur de Europa, como quería, sino en la ciudad termal e invernal que debería ser, gracias a la benignidad del clima, la belleza natural, las riquezas de la tierra y del mar, la gran cultura autóctona manifestada en tantas cosas como el arte, el habla, su arqueología, historia, devociones, fiestas y tradiciones ancestrales que con empeño quiso recuperar.

Una de ellas, fue la decoración de alfombras vegetales por las calles por donde pasaría la procesión del Corpus, hecha con serrín de colores y pétalos de flores, o la decoración ambiental dispuesta en las fachadas del casco antiguo realizada a base de macetas colgantes: un colorido que añadir a la ya de por sí exuberante generosidad de especies que se cultivan por particulares y por la Corporación Municipal, y que puede verse en patios, jardines, terrazas, arriates, plazas y avenidas, como si la fertilidad del suelo lo propiciara.

Ya desde su infancia, mostró aptitudes para el dibujo y la pintura, pero también para su otra gran pasión como fue la música. Para ello, creó en su propio domicilio y estudio, la sede local de las Juventudes Musicales, trayendo a Chipiona orquestas y solistas de prestigio mundial a veces a sus expensas, otras organizando sorteos o preparando “kermeses” que deberían ser objeto –aparte de los recitales y conciertos- de un documental.

El Homenaje que se le rindió en el bellísimo claustro del monasterio franciscano de Regla, obedecía a la entrega oficial del título de Hijo Predilecto de la Villa, ya que no pudo recogerlo al fallecer unos días después de que la Corporación Municipal en pleno, se lo otorgara.

En su lugar fue la familia, comenzando por su hermana Margarita y por dos de los hijos de esta –Julio y Patricia Swift Ceballos- los encargados de recogerlo como muestra de la culminación de una vida y del reconocimiento de todos sus afanes logrados o inconclusos, pero que quedarán ya siempre para el recuerdo, a la espera de otros muchos acontecimientos que deben de seguir a este, entre estos, la creación del Museo Julio Ceballos, que custodie su legado y sus obras en el Centro S. Fernando, propiedad del Excmo. Ayuntamiento de Chipiona.

El emotivo acto que reunió a familiares, admiradores y amigos de Julio, aglutinó a los representantes de todos los grupos políticos representados en el Excmo. Ayuntamiento de Chipiona comenzando por su alcalde Luis Mario Aparcero y todos los portavoces de los grupos políticos representados en las Casas Consistoriales: por Unidas Podemos Francisco Javier Query, por Izquierda Unida Isabel Mª Fernández, por el P.S.O.E. María Naval, por el P.P. Isabel Jurado y por Ciudadanos Manuel Rodríguez.

También intervino en el acto, el Vicario de la comunidad franciscana -en representación del Rector P. Fray Juan José Rodríguez Mejías- el P. fray José Ramón Martínez.

En el brillante discurso que le dedicó Juan Luis Naval Molero, Cronista Oficial de Chipiona, se recordó muchas de las facetas de Julio, anécdotas, experiencias y vivencias compartidas por muchos de los asistentes.

La banda de música Ntra. Sra. De Regla amenizó con composiciones ese gran día que pasará a los Anales del Pueblo, a la espera de que al fin se rotule una avenida, una calle, un Paseo o unos jardines, con el nombre del ya inmortal de Julio Ceballos.