José Mercé recibirá el Compás del cante

El 18 de octubre, el cantaor jerezano será galardonado en el Hotel Alfonso XIII

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
14 oct 2016 / 10:30 h - Actualizado: 14 oct 2016 / 10:34 h.
"Flamenco","La Gazapera","José Mercé"
  • Mercé, durante su actuación en la Bienal el pasado 2 de octubre en el Teatro de la Maestranza. / Manuel Gómez
    Mercé, durante su actuación en la Bienal el pasado 2 de octubre en el Teatro de la Maestranza. / Manuel Gómez

El próximo martes será el acto de entrega del Compás del Cante al cantaor jerezano José Mercé, una de las grandes figuras de esta época. En el Hotel Alfonso XIII (20.30 horas), con lo que el acto vuelve al lugar donde siempre ha sido y donde hemos vivido noches de arte y emoción viendo recoger el preciado galardón a figuras de la talla de Pilar López, Mario Maya, Paco de Lucía, Farruco, Manolo Sanlúcar, Matilde Coral o Enrique Morente. En ese lujoso hotel fue donde dijo Fosforito, al recoger la estatuilla de Jesús Gavira, que Cruzcampo era una cruz que se llevaba con agrado, o algo así.

Esta distinción nació a mediados de los ochenta para reconocer la regularidad de los cantaores en los festivales de verano, recayendo la primera en el ya desaparecido cantaor Manuel Mairena. Nada hacía presagiar entonces que el Compás del Cante llegaría a ser reconocido como el Óscar del Flamenco, como alguien lo definió. Enseguida cambiaron los criterios de la concesión y empezó a reconocerse la trayectoria de los artistas más importantes, lo que fue un acierto, porque en aquellos años no había muchos premios de este tipo y grandes figuras del género se fueron al otro mundo sin un galardón de esta importancia.

Este año tocaba premiar la faceta del cante y el jurado decidió conceder la estatuilla a un cantaor de Jerez que empezó a sonar precisamente cuando nació el Compás del Cante, en los ochenta. Aunque llevaba ya años cantando como profesional, desde adolescente, rompió como figura en aquellos años y se hizo imprescindible en los festivales de verano, teatros y peñas. No era fácil meter la cabeza entre tantas figuras y él lo consiguió a base de cantar por derecho, defendiendo una escuela de gran importancia como es la de Jerez, en concreto la de su propia familia, artistas descendientes de María la Luz, madre del cantaor Paco la Luz, quien hizo su carrera en Sevilla, donde murió en 1901.

José Mercé es sobrino carnal de un gran cantaor jerezano ya desaparecido, Manuel Soto Monge El Sordera, de los mejores de aquella tierra. La influencia que ejerció en él es innegable, su bravura y sentido del compás, la entrega en el escenario y el pellizco. Sin embargo, Mercé tuvo la posibilidad de relacionarse con otras muchas figuras de Jerez y de fuera de Jerez, como fueron Terremoto, el Tío Borrico, el Sernita, Antonio Mairena, Lebrijano y Camarón.

Tenido por camaronero, desde luego no es uno de sus muchos imitadores, aunque la influencia sea innegable. Quizás ocupó un poco su espacio cuando comenzó la decadencia del genio de San Fernando, en los ochenta, pero Mercé tiene otro sonido y, desde luego, otra escuela, la jerezana. Y sigue en ella, sobre todo cuando canta por seguiriyas y bulerías, que son sus dos palos, sin olvidar las soleares, las tonás, las bulería por soleá, las alegrías y los tangos.

Consagrado en la línea más clásica del cante, sus inquietudes musicales lo llevan a dar un giro total a su carrera, entrando en una etapa mucho más comercial y, lógicamente, de más éxito dentro y fuera del mundo del flamenco. El disco Del amanecer, producido por el guitarrista Vicente Amigo (1998), es la clave de ese cambio, del giro que lo lleva a ser el cantaor más famoso y cotizado del momento. Dos años más tarde grabaría Aire, repitiendo éxito, y entra de lleno en una incansable búsqueda del pelotazo discográfico con Lío, Confí de Fuá, Lo que no se da, Ruido y Mi única lleve.

Ahora parece que quiere volver a una línea más clásica. Incluso, anda inmerso en los preparativos de una antología de palos del cante, adelantándonos parte de su contenido en la pasada Bienal. Cumplidos ya los sesenta años, seguramente ha entendido que ha llegado la hora de regresar a la vieja escuela, a sus raíces, a los palos más tradicionales, en vista de que no es fácil mantener el nivel de éxito y venta de discos.

La concesión del Compás del Cante, una distinción que ha premiado poco a los artistas comerciales, puede ser el punto de retorno. El martes, el Alfonso XIII se llenará de críticos y aficionados cabales que siempre le apoyaron y que dejaron de hacerlo en la misma medida cuando emigró de lo puro. En cualquier caso, Mercé es uno de los grandes del cante contemporáneo y este reconocimiento viene a premiar el conjunto de su obra y una trayectoria importante.