Julio César en Huelva: Tartessos, ¿enigma resuelto?

09 dic 2021 / 10:11 h - Actualizado: 09 dic 2021 / 10:23 h.
  • Julio César en Huelva: Tartessos, ¿enigma resuelto?

Se trata de la segunda parte del artículo titulado: “La Gadir histórica era Huelva: los 10 errores de Adolf Schulten con Tartessos”, y complementa a otro artículo: “Una teoría que rompe el molde histórico: Huelva era Tartessos y la auténtica Gadir”.

La localización de la capital de Tartessos no podía demorarse más: era una necesidad fundamental hoy, para su investigación, y para el desarrollo turístico y cultural de Andalucía, y del suroeste de La Ibérica.

Como veíamos, Avieno llama “Gadir” a la capital, Tartessos, la de las murallas circulares (Ora M., 85).

Además, los peñascos del Estrecho de Gibraltar, usurparon la toponimia “Columnas”, del Odiel, originalmente “de Herakles”, al no ser encontradas, pero Estrabón y Platón, especifican que estaban frente a la capital, en la desembocadura.

Todo el conocimiento, sobre la cultura de Tartessos, atribuida en parte erróneamente, al Valle del Guadalquivir, se basaba en premisas equivocadas: “GADIR” y las “Columnas”, no estaban en Cádiz, sino en Huelva, donde han sido encontradas (habían sufrido el tsunami de 1.030 a.C. en Huelva, y hoy estan semi enterradas).

Hicieron con ello un “Pack” que incluía el Río Betis-Tartessos (Beturia-El Odiel), el Lago Ligustino (Embalse de El Sancho), que no estaba en Doñana, la Laguna Eritia oRoja (El Tintodiel u Odinto), y el Heraclion (Saltés), que no estaban en Cádiz.

Julio César en Huelva: Tartessos, ¿enigma resuelto?

La capital, Tartessos, la Gadir original, Huelva, en la laguna roja o Eritia, el original Betis o Tintodiel, con su Lago Ligustino, y las dos Columnas halladas.

Así, dice R. F. Avieno (Ora Marítima, 26): “Aquí se halla la ciudad de Gadir, llamada antes Tartessos (27). Aquí están las Columnas (28).”

Por otra parte, Estrabón dice: “las desembocaduras del río son 2, y se dice que en el territorio intermedio, se había edificado anteriormente una ciudad (Huelva), a la que llamaban Tartessos, como al río” (Geografía, III.2.11). Tinto y Odiel nacen en Campofrío, son un solo río, como especifica Platón en Critias.

Pero, ¿quién, cuándo y, sobre todo, por qué trasladaron Gadir, de Cádiz a Huelva?: Al parecer, el motivo, fue el ascenso al poder de Julio César, pero sobre todo, su caída.

Julio César gobernó en la Ibérica en 2 ocasiones: primero, cuando fue nombrado cuestor de la Bética, en el año 69 a. C.; luego volvió a la Bética, ahora como propretor de la Hispania Ulterior (el Suroeste), en el año 61 a. C.

Existen indicios (G.C. Aethelman) de que ese “destino” en la Hispania turdetana no fue por casualidad: la familia de Julio César, al igual que la del sevillano Trajano (significa troyano) era de Beturia (Gibraleón). Los “Julios” o “Gen Iulia” aluden a Ilo, el fundador de Troya, abuelo de Príamo, y bisnieto de Dárdano y Bétia-Mirina, la que dio nombre a Beturia, a su río (el Betis original, el Odiel), y a toda la Bética.

Troya nunca estuvo en el Mediterráneo, a penas mencionado por Homero. R.F. Avieno, Plutarco, F. Vinci, y Estrabón, ya localizaron a Ulises y/o el Peloponeso original, en el Atlántico. El problema, es que casi nadie se ha leído La Odisea, y menos, La Ilíada, solo saben, de oídas, lo que otros escribieron de ella, la versión “oficial”.

Las obras de Homero hablan siempre del Atlántico: las rocas errantes (icebergs), el inmenso océano (de Atlante), y su corriente (Gulf Stream), sus focas, sus plátanos (Islas Canarias), su cultura (metalurgia), y sus tradiciones (rito del fuego, campos de urnas).

Las piezas descritas por Homero, han sido encontradas abundantemente, en la Península Ibérica, pero apenas, en la Grecia actual, ni en Turquía, o islas del Egeo, que no cumplen ninguno de las descripciones de Homero. No está la isla alargada, Duliquio.

En mi tercera obra, “Ella: cómo encontramos Tartessos, y las Columnas de Hércules, en Huelva”, demuestro que esa Troya de Homero estaba en la provincia de Huelva (su antepasado Ulises, la visita hasta en 3 ocasiones, en Odisea) Les remito a este enlace.

Que Troya estaba en Huelva, lo dicen Plinio, Heródoto, y Avieno, hasta en 2 ocasiones: cuando localiza el Lago Ligustino en el Odiel-Tartessos (Embalse del Sancho, junto a la capital Ligur, cuya parte inferior, la del pueblo raso, era Gibraleón, también citada como “Asta”), y cuando localiza, al final de la Laguna Eritia o Roja (Tintodiel), el alcázar o fortaleza de Geronte, que no de Gerión (Tartessos), su hermanastro. Esa fortaleza, era la citada capital de los ligures. Y lo dice (ver en mi obra).

Los ligures eran los conocidos “íberos”, una etnia llegada desde el 2.500 a.C. procedentes del Cáucaso, la actual Georgia, conocida hasta hace poco como “Iberia”. En concreto, los fundadores del Imperio conocido como Tartessos, fueron Dárdano (marino nórdico llegado de Tenerife) y Mirina-Bétia (Betis), la hija del escita “Teucro”.

Huelva, Tartessos, no era escita, sino proto-celta (la cultura castreña de Portugal), como se comprobó por su castro (yacimiento del Plan Parcial 8), por su cultura de campos de urnas (rito del fuego), minas, metalurgia, escritura en runas, barcos proto-nórdicos, e ídolos oculados -marinos muy blancos, esbeltos, y de ojos muy claros-.

Como veíamos en mi artículo anterior, casi todo lo que se ha escrito sobre la Historia de la antigua Gadir era Historia de Huelva, incluida la visita de Julio César, al Templo de Heracles/ Melq-Art, como dice Estrabón en III.5; en mi obra demuestro que ese templo estaba en Isla Saltés, Huelva.

La visita, ocurrió hacia el 61 a.C. siendo Julio César Propretor en Hispania Ulterior (Suroeste de la Ibérica). Es mencionada por muchos autores, entre ellos, Diodoro de Sicilia (vimos ya la cita, de V.20.2), Suetonio (Vida de César, 7.1), y Plutarco (Vida de César, 11, 5-6). Diodoro la sitúa en Gadira, una ciudadela-fortaleza...

La relación de Julio Cesar con Turdetania (la Tartessos terminal) fue mucho más estrecha, de lo que se creía, hasta ahora.

Según G.C Aethelman (“El Reino del Olvido”, p. 339-347), Julio alegó su ascendencia ligur (troyana-turdetana) para justificar su llegada armada a Roma (cruzó el río Rubicón con sus tropas) y su autoproclamación como César (dictador), derogando así la República.

De hecho, en los funerales de su esposa, se declaró “Hijo de Venus”, esposa de Anquises, y madre de Eneas, el lider de la resistencia y migración troyana a Italia.

Julio no fue el único en alegar esa ascendencia troyana: los britanos también lo alegaron, para no pagar tributos a Roma, según coinciden 3 fuentes distintas (Ae. 347).

La Eneida (Virgilio), y otros autores, confirman que fueron los descendientes de los ligures-troyanos (Lago Ligustino), los que acabaron fundando Alba Longa, y Roma.

La presencia de Julio César, descendiente del fundador de Troya, Ilo (Julio), y deseoso de reavivar esa herencia, para legitimar su ascenso al poder absoluto, se hizo patente: Plinio certifica que César cambió el nombre de todas las localidades alrededor de Tartessos-Gadir (la original, Huelva), añadiéndoles el suyo: “a Nertóbriga, Concordia Iulia; a Ségida, Restituta Iulia; etc” (Plinio. H. N. III.1.3.14).

También nombró “Pax Iulia” a la localidad portuguesa de Beja, antes Civitas Pacensis (de ahí el gentilicio de los naturales de Badajoz, pacenses), y a Tejada “La Vieja”, en Escacena (nombre nórdico, aqueo), “Iulia Loza” (hoy finca de Peña Losa).

Julio César en Huelva: Tartessos, ¿enigma resuelto?

Sugerencia a arquitectos sobre cómo se deberían mostrar yacimientos.

Una pirámide de cristal protege un atractivo para el turismo de cruceros en el centro de Málaga (puestos de trabajo): antiguas piletas de salazón frente al anfiteatro.

Después de citar a Iulia Loza, Tejada, dice Estrabón: “A continuación se encuentra Gádira, una isla separada de Turdetania por un reducido estrecho (La Nicoba), distante de Calpe (Gibraltar) unos 800 estadios” (Geografía, III.1.8).

Son 146 Km: es otra prueba de que Gadir era Huelva.

Tras la eliminación del dictador Julio César, su anterior mano derecha, Balbo hizo cambios drásticos, siguiendo órdenes del Senado, para que no se encontrara Gadir.

Estrabón, da la clave de la posterior e histórica confusión de Gadir, Huelva, con Cádiz (en Geografía, III.5.3): “a pesar de ser tantos, ocupan una isla de no mucho más de 100 estadios (19 Km.) de longitud, y de anchura en algunos puntos de solo un estadio (184 metros)”. Son las medidas del islote de Cádiz, pero todo lo que dice de su enorme flota, era de Huelva, como vamos a poder comprobar.

Y sigue: “Al principio habitaban una ciudad muy pequeña (Huelva, que perdió tierra al hundirse con el tsunami sus dársenas, excavadas bajo la ciudad), pero Balbo Gaditano, el que logró el triunfo (Balbo) les construyó otra (ciudad) que llaman Nueva (Nueva Gadir, Cádiz), y a la ciudad constituida por ambas (ente jurídico), la llamó Dídima, Gemela, que a pesar de no tener más de veinte estadios de perímetro (o sea, los mudaron a una isla 3 veces más pequeña, Cádiz), no padece estrechez porque son pocos los que residen en ella, debido a que todos pasan la mayor parte del tiempo en el mar (es lo mismo que dijo antes de los de Huelva), y a que otros viven también en la costa de enfrente (Trocadero, El Puerto de Sta. Mª), y en la isla vecina (San Fernando)”.

Se refiere ahí, a Cornelio Balbo, Cónsul en Hispania y sobrino de, Lucio Cornelio, un amigo personal de Cicerón y Julio Cesar. Con lo de “el que logró el triunfo” hace alusión a que ganó la batalla contra Quinto Sertorio, héroe nacional de España y Portugal, en 72 a. C.

Un perímetro de 20 estadios, 3,6 Km. significa que el diámetro de esa isla era de 1.16 Km (3,66 = 2*3.14*R), lo cual coincide con Cádiz.

Luego cita “El Puerto de Sta. María”, al decir que vivían poca gente tanto en San Fernando como “en el puerto que Balbo les edificó en la costa continental”. Observen que ese nuevo puerto está resguardado de tsunamis.

Todo eso, es propaganda de Roma; “sus buenos hijos”, los vencedores como acaba de decir, se dedicaban a apropiarse nuestra Historia. Huelva y Cádiz ya existían miles de años antes, y en ese momento eran colonias.

Balbo, el que la lió con lo de “Nueva Gadira” y “Gemela”, coincidió con Cayo Julio César, nombrado cuestor de la Bética, en el año 69 a. C. Este encuentro resultaría crucial para su futuro: se convierte en consejero y amigo del futuro dictador.

Es de la mano de Balbo, que Julio César va al templo de Hércules en Saltés, a rezar ante la divinidad y, según Suetonio, “al contemplar una estatua de Alejandro Magno se echó a llorar, como avergonzado de su inactividad pues no había hecho todavía nada digno de memoria en una edad en la que ya Alejandro había conquistado el orbe de la tierra”. Recuerden que las fechas a.C. van al revés de las d.C.: de mayor a menor.

La amistad, se vio confirmada con la vuelta de César a la Bética, ahora como propretor de la Hispania Ulterior, en el año 61 a. C., proporcionando Huelva un gran apoyo a la flota romana en la campaña de Lusitania, donde Balbo ya era oficial de la plana mayor de César: “Sus habitantes, son los que envían una flota más numerosa y de mayores barcos tanto al Mediterráneo como al Mar Exterior (Atlántico)”.

Platón dice (Critias 114 e) que era un Imperio, y concreta: “Posidón dividió toda la Península (La Ibérica) en 10 partes, y entregó la casa materna (Critias 113 d) y la parte que estaba alrededor, la mayor y mejor, al primogénito de los gemelos mayores (Atlas), y lo nombró rey de los otros”.

“Gemela” es la misma palabra que utiliza Platón, “Eumelo”, gemelo, aparentemente para traducir “Gadira”, pues dice “en la lengua de la región”, pero en realidad se refiere a que crearon una supuesta gemela o “Dídima” -solo copiaron un santuario u Oráculo-, en Cádiz. Dídima también significa gemela.

Pero Avieno, certifica que esa palabra “Gadira” era una descripción de la doble barba-cana o recinto amurallado, descubierto en Huelva, en las “Motillas” de Ciudad Real, y en Jaén, donde sitúo la Micenas de Homero (V.II)

El gemelo de Atlas, Gadiros - Eumelos, el que da nombre a Gadir, heredó el “Principado”, la joya de la corona, la “Isla sagrada” y dice (Critias, 114 d), que luego, a su muerte, heredaría el cetro de Atlas: “el más anciano transmitía siempre al mayor de sus descendientes la monarquía”.

Observen que Platón, que se basó en escritos más antiguos que Avieno (de Solón y egipcios) lo utiliza en plural, Gadiros: Huelva se llamaba recintos, corrales, cosos.

Solón, la tradujo como “Eumelos”, gemelo. En relación con ese “Eumelos”, Hecateo de Mileto (500 a.C.) se refirió a esa “isla bajo poder de los íberos”, Huelva, como “Mhelousa”, ge-mela. De ahí el nombre de “Melilla”.

Julio César en Huelva: Tartessos, ¿enigma resuelto?

Izqda.: Solón, antepasado de Platón. Investigador, jurista, y uno de los 7 sabios de la actual Grecia. Centro: Platón, científico, investigador, historiador y filósofo de Grecia. Dcha.: el dictador romano Julio César, de familia turdetana.

La parte “mejor”, según Estrabón, era la Turdetana, entre el Ana y el Tetis. Y sigue PLatón:(...) Llamó al primero como al océano, Atlante. Al gemelo que nació después de él le tocó en suerte la parte extrema de la península, desde las Columnas de Heracles (Isla Saltés) hasta la zona denominada ahora (es decir, que no era la original) en aquel lugar Gadírica (Cádiz); le dio en griego el nombre de Eumelo (Gemelo), pero en la lengua de la región, Gadiro (incorrecto: significa Barbacana). Su nombre fue probablemente el origen del de esta región”.

Por tanto, “la casa materna (la de Troya, heredada por Betia/Mirina, hija de Teucro y esposa de Dárdano) y la parte que estaba alrededor, la mayor y mejor (oro), entiendo que era desde la península “de Troia”, en Setúbal, hasta las columnas (Isla Saltés), Gibraleón y Niebla.

A Gadiro (que luego heredaría todo), le tocó la gemela, es decir, “la parte extrema de la península”, Huelva-Atlántida-Tartessos: desde el Tinto hacia Doñana, la Provincia de Sevilla, y el oeste de Cádiz/Córdoba), es decir, el Valle del Guadalquivir, el “Tetis”.

Plutarco (46-125), recoge la llegada de Sertorio, al que luego derrotó Balbo: «tras atravesar el estrecho de Gadira (Huelva), arribó a la derecha a unos lugares fuera de Iberia (se refería a fuera de Cartaya), un poco más arriba de la desembocadura del Betis (Odiel), río que fluye hacia el mar Atlántico y presta su nombre a la región de La Ibérica en torno a él (Beturia-Bética)» (Plu. Sert. 8.1-5).

Plinio confirma el “cambiazo”: se llevaron “Gadir” de Huelva a Cádiz. Se creyó que la Laguna Ligur o Lago Ligustino, arriba del Odiel, era Doñana, pero la realidad es que allí, en 1.200 a.C., ya no había una laguna, sino marismas.

El Guadalquivir no era el Tartessos, ni el Betis. Avieno describe el Odiel (Ora M.): “El río Tartessos (88), fluyendo desde el lago Ligustino (E. de El Sancho), a campo traviesa, envuelve una isla de pleno con el curso de sus aguas. No corre adelante por un cauce único, ni es uno solo en surcar el territorio que se le ofrece al paso, pues, de hecho, por la zona en que rompe la luz del alba, se echa a las campiñas por tres cauces (Odiel ante Peguerillas); en dos ocasiones, y también por dos tramos (Caño del Molino La Vega y Caño de Pescadería), baña el sector meridional de la ciudad (89).”

Fernando F. Díaz (Foto 7) ha presentado el pasado 2 de Diciembre su tercera obra de investigación, ya disponible en Amazon (Foto 6), “Ella: cómo encontramos Tartessos, y las Columnas de Hércules, en Huelva”, donde enumera las localidades que había entre Huelva, Jaén y Málaga, en época clásica: las originales Halicarnaso, Mileto, Tebas, Orcómeno, Corinto, Cadmo, Mirina, etc. Incluye, además, el descubrimiento de Heraclea, la identificación del Heraklion, y la historia de su capital, desde su fundación, hasta el ataque final, a sus murallas, demostrando sus famosos 10 nombres.