La Catedral pone a Murillo en su sitio

La exposición ‘La mirada de la santidad’ muestra las obras que el pintor realizó para el templo metropolitano. Diversas mejoras técnicas en la iluminación ponen en valor los cuadros y permiten observarlos en el lugar para los que se crearon

Manuel Pérez manpercor2 /
07 dic 2017 / 13:47 h - Actualizado: 07 dic 2017 / 18:37 h.
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  • La sala capitular la preside la Inmaculada Concepción, una obra curva que se adapta a la bóveda. / Manuel Gómez
    La sala capitular la preside la Inmaculada Concepción, una obra curva que se adapta a la bóveda. / Manuel Gómez
  • Ocho tondos de santos acompañan a la imagen concepcionista. / Manuel Gómez
    Ocho tondos de santos acompañan a la imagen concepcionista. / Manuel Gómez
  • San Isidoro de Sevilla es una de las primeras obras de Murillo para la Catedral. / Manuel Gómez
    San Isidoro de Sevilla es una de las primeras obras de Murillo para la Catedral. / Manuel Gómez
  • La visión de San Antonio es uno de los reclamos de la exposición. / Manuel Gómez
    La visión de San Antonio es uno de los reclamos de la exposición. / Manuel Gómez

Contemplar la obra de Murillo en el lugar para la que se creó. Esa es la credencial que el Cabildo Catedral presenta de cara al Año Murillo. Bajo el nombre La mirada de la santidad, la Seo hispalense acogerá desde este viernes y hasta el próximo 8 de diciembre de 2018 una muestra encaminada a completar la ruta que se ha programado para celebrar el IV centenario del nacimiento del célebre pintor.

El canónigo prefecto de Liturgia de la Catedral de Sevilla, Luis Rueda, afirmó que la muestra murillesca persigue dos objetivos. En primer lugar, se trata de profundizar en el «contexto topológico» para «exponer la obra en el lugar para la que fue pintada». En segundo lugar, la exposición tiene un sentido «catequético y evangelizador» que busca, a través de los lienzos de Murillo, «una llamada a la santidad, tal y como refleja su obra».

La exposición ha sido comisariada por la conservadora de bienes muebles de la Catedral, Ana Isabel Gamero, actuando de subcomisario Joaquín de la Peña. Gamero destacó que se han acometido «numerosas mejoras», en especial en la iluminación, para resaltar la obra de Murillo. Por su parte, De la Peña auguró la visita de un total de dos millones de personas, aproximadamente, y puso de relieve el «esfuerzo del Cabildo para equilibrar la exposición con el uso natural de la Catedral», lo que supone «una dificultad añadida».

EL SELLO DE MURILLO EN LA SEO

El pintor sevillano trabajó durante más de treinta años para el Cabildo Catedral. Su primer trabajo fue un encargo del canónigo Juan Federigui y se puede observar en la Sacristía Mayor del templo catedralicio. Se tratan de dos lienzos realizados en 1655: San Isidoro de Sevilla y San Leandro. Este encargo fue un ejemplo de la buena fama de la que gozaba Murillo en la alta sociedad de la época.

Sin embargo, el principal reclamo está en la capilla bautismal, donde se encuentra el imponente y recién restaurado cuadro La visión de san Antonio (1656). Según Gamero y De la Peña, el lienzo pone de manifiesto la importancia de admirar la obra en el lugar para la que fue creada. Además, se ha instalado una nueva iluminación artística que realza la luminosidad de la propia obra, cuyo juego de claroscuros dota de protagonismo al reluciente rompimiento de gloria. Además, la nueva iluminación permite ver las huellas de los años en el lienzo, como el surco que ha quedado alrededor de san Antonio como prueba de un caco que quiso llevárselo de recuerdo. Un grabado de la época recuerda el estado de la obra tras el percance.

La sala capitular cobra protagonismo en esta muestra. Murillo dejó aquí su sello con el aderezo de los frescos decorativos y la hechura de un cuadro, Inmaculada Concepción (1667-1668) y ocho tondos que representan a santos como san Hermenegildo, san Fernando, san Isidoro, san Leandro, san Pío, san Laureano, santa Justa y santa Rufina. En este caso, contemplar la obra en el lugar para la que se pintó tiene un incoveniente: se antoja difícil observar piezas de 64 centímetros de diámetro situadas a unos 12 metros de altura. Por esta razón, se han colocado reproducciones en alta definición en el antecabildo de la Catedral, con unos textos que profundizan en la vida de cada santo.

Otras obras que se podrán contemplar son El ángel de la Guarda (1665-1668), El bautismo de Cristo (1667-1668), La Virgen entregando el rosario a santo Domingo de Guzmán (1638-1640), que procede del Palacio Arzobispal, o La venerable madre sor Francisca Dorotea (1674), si bien de esta última se mostrará una reproducción hasta que vuelva la original, que se encuentra en la exposición de Santa Clara. Asimismo, en el trascoro se han colocado paneles para profundizar en la vida y obra del pintor, así como visualizar su evolución pictórica.

LA MIRADA DE LA SANTIDAD

Aunque la principal ventaja de esta exposición, que es lo que realmente la enriquece, se halla en ese hilo conductor de mostrar las obras en sus espacios originales, el Cabildo Catedral ha querido dotar a la muestra de un sentido «catequético y evangelizador», según Rueda.

En este sentido, es imprescindible imbuirse de la época que vivió Murillo y que fue la que marcó su pintura. La Sevilla del siglo XVII fue una ciudad en decadencia, azotada por la peste negra e inmersa en un contexto sociopolítico marcado por el concilio de Trento y el espíritu de la Contrarreforma.

Según De la Peña, la doctrina contrarreformista de Trento «es la clave de Murillo», ya que la Iglesia instó a los prelados a «hacerse cultura en la cultura de su tiempo» y los animó a encargar numerosas obras de arte que difundieran la vida, obra y milagros de los santos con el objetivo de fomentar el pietismo popular.

Murillo sí fue capaz de captar esta nueva sensibilidad social que buscaba otro tipo de arte más amable y cercano, lejos de la pintura de otros artistas coetáneos que mantuvieron una línea mucho más oscura, tenebrosa y pesimista como Juan Valdés Leal y su obra In ictu oculi.

LAS VISITAS

La exposición permanecerá abierta desde el 8 de diciembre hasta el 8 de diciembre de 2018 y estará incluida en la ruta cultural de la Catedral de Sevilla, cuya entrada no variará de precio. Las visitas podrán realizarse de lunes a sábados de 11.00 a 18.00 horas (la taquilla cierra a las 17.00) y domingos de 14.30 a 19.00 (taquilla hasta las 18.00). La actividad litúrgica de la Catedral puede hacer modificar estos horarios, por lo que es recomendable prestar atención a la web de la Catedral. Cabe recordar que los residentes en la diócesis de Sevilla podrán acceder de manera gratuita al propio templo catedralicio y a la exposición.