La Gazapera

La constancia flamenca de Montellano

El Festival de Artistas no Consagrados fue muy bien recibido desde su primera edición, en 1978, sobre todo por el mundo de las peñas flamencas de la provincia de Sevilla

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
26 jul 2019 / 09:07 h - Actualizado: 26 jul 2019 / 09:13 h.
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  • Imagen de archivo de Israel Galván en el Festival de Artistas no Consagrados de Montellano. / El Correo
    Imagen de archivo de Israel Galván en el Festival de Artistas no Consagrados de Montellano. / El Correo

Montellano es un pueblo de Sevilla de unos siete mil habitantes. Está en la ladera del Monte San Pablo y es pueblo de casas blancas cerca de El Coronil, Puerto Serrano y Coripe. No es una localidad de gran tradición flamenca, pero tampoco se puede decir que no canten ni los pájaros. De hecho, la peña flamenca local lleva el nombre de El Madroñero, un cantaor aficionado que ya murió, y en la ópera flamenca hubo un Niño de Montellano, del que poco se sabe. Luego, un buen número de aficionados.

En los setenta, algunos de estos aficionados, como Campero o Mariscal, se unieron al militar local Juan Mena Díaz y su hermano Pedro para crear un festival flamenco dedicado a los artistas modestos. No a nuevos valores, que también, sino a esos cantaores que no acababan de hacerse figuras pero que tenían una calidad más que demostrada, como Itoli de los Palacios, Marcelo Sousa, José Parrondo o Fernando Porrito, de Mairena del Alcor. Todos pasaron por Montellano.

El Festival de Artistas no Consagrados de Montellano fue muy bien recibido desde su primera edición, en 1978, sobre todo por el mundo de las peñas flamencas de la provincia de Sevilla. Se creó el festival sin ayuda del Ayuntamiento, pero en unos años ya comenzó a meter el hombro y el festival creció tanto que se convirtió, en los noventa, en una de las citas imprescindible del verano sevillano. A pesar de no llevar nunca a artistas famosos y de no hacer concesiones al flamenco comercial.

Algunas de las figuras actuales del cante, el baile y el toque pasaron por Montellano cuando no eran aún estrellas de lo jondo. El guitarrista Antonio Carrión era un niño cuando apareció por Montellano y al poco tiempo recibió El Madroño Flamenco, una distinción que concede el festival anualmente a jóvenes con futuro. Sara Baras, La Yerbabuena y Pastora Galván tienen esta distinción, aunque eran ya artistas más que consagradas cuando las recibieron.

Este año recibirá la distinción el joven cantaor sevillano Manuel de la Tomasa, nieto del maestro del cante José el de la Tomasa. Cantó por primera vez en la pasada edición y gustó tanto que decidieron concederle el trofeo al joven valor del cante jondo. Por tanto, lo recogerá mañana sábado y cantará de nuevo, siendo el principal atractivo de esta edición. Es un cantaor que ha sido bien recibido por la afición en general y por la de Montellano en especial.

Con Manuel de la Tomasa estarán, en el cante, Elvira Ponce, de Pruna; Carmen Carmona, de Benamejí; e Iván Carpio, de Sevilla. En el toque, Nono Reyes, de Chiclana de la Frontera; y Fernando Rodríguez, de La Puebla de Cazalla. Y en el baile, Isabel Muñoz, de Sevilla. Presentará la periodista local Lourdes Rivas y será en la Carpa a partir de las diez y media de la noche. Una buena cita para mañana sábado.