La guitarra imprescindible

En su segunda semana de andadura oficial, el Festival de la Guitarra dio la bienvenida a dos artistas de estéticas dispares pero un mismo carácter intimista

17 oct 2021 / 10:38 h - Actualizado: 17 oct 2021 / 11:22 h.
  • El artista italiano Aniello Desiderio.
    El artista italiano Aniello Desiderio.

Doce años lleva Francisco Bernier luchando por mantener vivo este Festival de la Guitarra, instrumento imprescindible de nuestra cultura y tan ligado a la ciudad. Así lo han debido entender justamente nuestras instituciones a la hora de apoyar la ingente labor del artista y empresario sevillano y hacer realidad estos años en los que conciertos y concursos se han dado la mano mientras el certamen continúa en parte funcionando como plataforma de lanzamiento de los registros que el propio Bernier va atesorando gracias a su sello discográfico Contrastes Records. Apoyo por lo tanto doble, al festival en sí y a una empresa que lejos de constituir un vellocino de oro se alza como vehículo imprescindible para la proyección y preservación de nuestro instrumento rey en todo el Mundo.

La presente edición, que sus responsables han dedicado al recientemente fallecido Antón García Abril, pero no cabe duda que también dedicarán en sus corazones a Luis de Pablo, fallecido cuando el festival ya estaba en marcha, e invitado de honor en una de sus primeras ediciones, comenzó oficialmente el pasado fin de semana, y entró este en su ecuador, con dos importantes artistas internacionales protagonizando la cita del sábado. Un día muy ajetreado en la ciudad, por la recuperación de algo tan querido entre nuestros conciudadanos como es ver procesionar al Gran Poder, lo que quizás propició un escaso aforo en el Espacio Turina, especialmente en el concierto de la canadiense Marlène Demers-Lemay, que acabó siendo un encuentro intimista entre ella y la veintena de personas que nos acercamos a escucharla. Algo más de suerte tuvo el italiano Aniello Desiderio, quizás porque su hora de arranque era ya más amable para nuestra costumbre. De cualquier forma sigue sorprendiéndonos que en una ciudad con dos conservatorios al menos importantes y la ya larga proliferación de artistas y grupos locales que se ha producido en las últimas décadas, todavía haya citas tan difíciles de superar.

Fragancias a media luz

La propuesta de Marlène Demers-Lemay, formada en Ottawa y con escala importante también en nuestra Pablo de Olavide, giró en torno a la figura de Andrés Segovia y su presencia en París allá por 1924, que tanto entusiasmo suscitó entre compositores en su mayoría profesores de la Schola Cantorum, y que tantas obras le dedicaron. El mismo recorrido que protagoniza su disco bajo Contrates Records, grabado hace casi tres años y titulado significativamente Des perfums, la nuit, algo así como Los perfumes de la noche. Y fragancias fue ciertamente lo que ofreció esta entregada guitarrista, que ilustró además en perfecto castellano las piezas interpretadas y su relación con el maestro de Linares. Así, a una Elegía original para piano y adaptada por la propia Demers-Lemay, de acordes muy breves y espaciados, siguió una Cavatina en cuatro movimientos del compositor polaco afincado en Francia Alexander Tansman, quien compuso varias obras para Segovia, entre ellas esta y también unas interesantes Variaciones sobre un tema de Scriabin. La Cavatina la acometió con mucha delicadeza y una pulsación precisa y limpia, igual que en la pieza del polifacético Georges Migot Pour un hommage à Claude Debussy, de líneas claras y concisas y esa estética relajante que caracterizó la aportación de la canadiense. Una Fantasía de Pierre de Breville, con más color y cambios de registro, coronó su breve intervención, condicionada por exigencias de horario.

La guitarra imprescindible
Francisco Bernier, el director del festival, y la artista canadiense Marlène Demers-Lemay.

Algo distinta fue la actuación del muy reconocido y galardonado artista napolitano Aniello Desiderio, que bajo el epígrafe de Suite española desgranó piezas de reconocible sabor latino, que arrancó precisamente con la pieza de igual título del imprescindible Gaspar Sanz, padre de la guitarra moderna y autor de ineludibles tratados sobre la materia. Desiderio deslizó sus dedos con agilidad e ímpetu hasta alcanzar unos Canarios de tempi muy rápidos en los que llegó a acusar alguna que otra imprecisión y enmarañamiento. No obstante acertó en estilo y espíritu, lo que se acusó también en la larga e imaginativa Diferencias y fuga sobre la Folía de España, una pieza del mexicano Manuel M. Ponce, autor en tránsito entre el XX y el XX que fue considerado en su época padre del nacionalismo musical mexicano. Cabe considerar la interpretación de Desiderio en esta pieza como un dechado de agilidad y de creatividad, sin embargo se le notó algo incómodo, lo que afectó a un resultado que no sobrepasó los límites de la mera corrección, algo que también atisbamos en Escarraman, obra de otro imprescindible, Manuel Castelnuovo Tedesco, de quien solo interpretó el cuarto y fugaz movimiento. Más libre y desenfadado se desenvolvió con El arpa y la sombra, una pieza que el cubano tan querido en Córdoba Leo Brower compuso como signo de admiración a Toru Takemitsu y que rezuma ese aire entre épico y misterioso de la música del genio japonés. Con él llamaron la atención especialmente esos acordes a dos manos sobre el mástil de la guitarra. En próximas convocatorias el aficionado podrá disfrutar de los portugueses Hugo Gamboias y Diogo Passos en el Pabellón de Portugal, y un fin de semana dedicado a la guitarra flamenca, con Daniel Casares y Juan Requena acompañando a la voz de José Valencia.

FESTIVAL DE LA GUITARRA ***
XII Festival de la Guitarra de Sevilla. Marlène Demers-Lemay “Das perfums, la nuit”
: obras de Claude Debussy, Alexandre Tansman, Georges Migot y Pierre Breville; Aniello Desiderio ”Suite española”: obras de Gaspar Sanz, Manuel M. Ponce, Manuel Castelnuovo Tedesco y Leo Brower. Espacio Turina, sábado 16 de octubre de 2021