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VISTA GENERAL DE SALA CON TAPICES DE TERESA LANCETA.
El pasado 5 de junio abrió al público la nueva sala de Exposiciones PIE FLAMENCO (Plataforma Independiente de Estudios Flamencos Modernos y Contemporáneos) en la c/Descalzos 8 de Sevilla, con la muestra “Tejido Doble” formada con tapices de TERESA LANCETA y aguadas de CEJA STOJKA, que podrán visitarse hasta el 2 de julio.
Después, en el mes de julio, las obras de TERESA LANCETA volverán a compartir el espacio con MÓNICA VALENCIANO, para regresar en septiembre con las de NATHALIE BELLON.
De alguna manera estas cuatro mujeres –TERESA, CEIJA, MÓNICA y NATHALIE- de épocas y lugares de origen diferentes, se relacionan entre sí a través de sus creaciones, o lo que es lo mismo a través de su mundo interior que se manifiesta a través de dibujos, pinturas, tapices, baile/danza o performances. También, en una unión -a veces sutil y otras evidentes- con el –o con lo flamenco- con lo jondo, con parte de la esencia gitana como ahora o como sucede pocas veces, con ese pellizco que se produce entre los tres: el duende, el arte y lo jondo.
Detrás de esta nueva aventura artística que irá interconectando todas las artes con el flamenco, se encuentran algunos conocidos por su amplia experiencia en la organización de exposiciones, programación de cursos, publicaciones, ciclos de conferencias y eventos relacionados con las artes (plásticas, visuales, performativas, música, baile, flamenco, danza, etc.), como son JOAQUÍN VÁZQUEZ, PEDRO G. ROMERO, JULIO CRIADO y CAROLIINA ALARCÓN, a los que se suma el equipo formado por ENRIQUE FUENTEBLANCA (Documentalista), FELISA ROMERO RUBIO y JAIME QUINTERO BALBUENA (Comunicación).
Para esta primera experiencia han contado con las autoras, sus descendientes, museos, galerías y editoriales -entre ellos, la Kunstvereim de Stuttgart (Alemania), el MNCARS, la galería Kai Dikhas de Berlín, CentroCentro de Madrid y la Virreina de Barcelona- en una relación de intercambio que contribuya a mejores conocimientos en la multiplicidad cultural que tenemos/somos, con el fin de integrar tantas causas que pudieran separarnos.
MARINA, DE TERESA LANCETA
Antes de pasar a la exposición y dado el carácter reivindicativo entre otras cosas de la Memoria –entendida esta desde los modos de hacer ancestrales y en lo referente a la Historia- convendría hacer unas puntualizaciones para los que no conocen bien la obra de ambas, sobre todo las expuestas ahora que son textiles y tinta sobre papel, dos técnicas que rara vez se muestran, aunque cada día ganan adeptos, se practican más y hasta diría que son tendencia.
En primer lugar las diferencias entre las artes y las artesanías es algo ya tan trasnochado que no deberíamos dedicar ni un segundo, si consideramos el propósito ex profeso del autor/autora de hacer arte desde el momento mismo en que comienza a idear la obra.
Después está obviamente la originalidad si quiera inspirada en modelos, estilos, técnicas o modos de hacer tradicionales y por tanto en este sentido formal -sólo formal y de metodología- pudieran parecerse.
Por supuesto que también, por el hecho de ser piezas únicas aunque formaran parte de una serie y aunque a veces -por propia iniciativa o la del comitente- los autores realicen una o varias réplicas, además de las originales.
Puede decirse incluso que original es el trazado o la idea del autor/-a, mientras que manos –anónimas o tampoco- son las que se encargan de efectuar la obra.
También va a influir la consideración que se le dé -y parece increíble que aún no lo haya hecho ni en los libros de Arte, ni en los Museos de Bellas Artes, ni en las Facultades Universitarias de Bellas Artes- de relegar a los textiles, el dibujo, el mobiliario, la cerámica, la forja, los vidrios, etc. a las artes “aplicadas”, cuando son perfectamente autónomas de la misma manera que un cuadro al óleo, lo es. Al respecto de esto hay excepciones y entre ellas, que el mismo autor/-a haya cultivado también las “nobles”, sin considerar la magnificiencia, dificultad, etc. de aquellas.
En último lugar, la consideración que se otorga a las obras y a sus creadores en las culturas donde se hagan o exhiban. Por eso mismo la P.I.E. nace con estos propósitos, también de integrar todas las artes.
Las clasificaciones y catalogaciones clasistas y clasicistas en cuanto al empleo del óleo sobre lienzo versus tinta o lápiz/lápices sobre papel, son otras de las circunstancias que prevalecen en el imaginario de los que por circunstancias personales, no se han acercado todavía al arte, a pesar del esfuerzo que hacemos galeristas, centros de arte (diferenciándolos de artes y costumbres populares), historiadores y críticos ¡¡¡de arte!!! Y por supuesto, los autores.
El lienzo, el color, el formato, ...van a ser otras cuestiones –en este contexto para nada secundarias- que han ganado la partida en la consideración de los directivos de museos, en detrimento de muchísimo de lo que se produce en estudios o talleres de los autores (no continuemos por favor separando artesanos de artistas).
Continuaría el argumento, pero pienso queda claro el propósito de los miembros de la P.I.E. y de quien esto firma, si no fuera porque le quitaría espacio a TERESA LANCETA y a CEJIA STOJKA, cuyas obras van a impactar de diferente manera.
RED DE S. LUIS, DE TERESA LANCETA
La de TERESA porque es un canto a la vida, una celebración de la cotidianidad y lo doméstico, del dinamismo de la creación, de lo que nos transmite un cierto orden geométrico en medio de tanta confusión mediática, de lo que nos comunica la belleza –aparentemente, pero nada simple- de unas piezas compuestas por miles de filamentos de lanas, hilos, algodón,...construidos a base de tramas y urdimbres en telares verticales.
La de CEJIA por lo contrario, es una advertencia ante la maldad y la muerte, para ser una reivindicación de la paz y en ese sentido también son gritos para que jamás vuelvan todos los nefastos acontecimientos vividos por ella misma y por gran parte de la humanidad cada vez que se provoca un conflicto y sus consecuencias devastadoras, y da igual entonces que estos se hayan ejercido sobre gitanos, judíos, colectivos aún discriminados por sus opciones sexuales, razas, credos, o una cosa aparentemente tan útil como es el dinero.
TERESA LANCETA (Barcelona 1951) opta desde los primeros momentos de su trayectoria por los textiles, en concreto por la realización de alfombras y tapices a los que trata como piezas únicas, elaboradas a mano, considerando cada obra como una entidad propia y asumiéndola por tanto dentro la creación artística.
SEVILLA, DE TERESA LANCETA
En su múltiple y ya variadísima producción, iniciada a fines de los 70 del pasado siglo, TERESA LANCETA ha tenido ocasión de inspirarse en etnias, culturas tribales como pueden ser las del Atlas, prosiguiendo hasta la actualidad en que sigue sorprendiendo con nuevas creaciones y mostrando sus creaciones por el mundo.
Por todo esto y porque su obra ha tenido siempre el propósito de revalorizar los telares y a las personas anónimas que han venido realizándolos –casi siempre mujeres- es considerada como una de nuestras autoras –¿plásticas, textiles, visuales?- más internacionales.
Cada una de las pieza expuestas tiene un título, que plasma de manera simbólica –o de alguna manera evoca- los lugares habitados por ella, vividos en la profundidad de su vida, pues para tejerlas ha debido hacer un ejercicio introspectivo y plasmar lo que le han supuesto –o son- Sevilla, Orán, Alicante, Tijarafe, Madrid, ...
CHARO, DE TERESA LANCETA
También los nombres que están detrás de las obras dedicadas –o mejor, que representan- a mujeres cuyas fuertes biografías le ha impactado como MARINA, CHARO o ROCÍO (los tres tapices que se exponen aquí) y que hace acompañar de páginas sueltas con pequeños relatos mejor que biográficos, existenciales: obras en paralelo que le han inspirado y escrito a partir de ellas. Textos para que puedan leerse junto a sus tapices, y tapices que a su vez pueden leerse en el anverso o en el reverso junto o independientemente de los textos, pues ambas partes son distintas y nos cuentan también muchas historias: la del antiquísimo arte de tejer, la de las lanas, las telas, los orígenes geométricos y formales, la combinación de colores y texturas,...la de la vida de TERESA LANCETA mientras los tejía, las de las que han estado y están en todas ellas.
BERGEN BELSEN.MAMMA, DE CEIJA STOJKA
CEIJA STOJKA: En contraposición a la serenidad que nos transmiten los ordenados y equilibrados tapices de TERESA LANCETA, colgados de los techos y repartidos por los espacios que delimitan la galería, en las paredes de la sala se expone una pequeña, pero durísima parte de la obra de CEIJA STOJKA (Kraubath in der Mur, Estiria, Austria, 1933- Viena 2013), quien tuvo una de las biografías más intensas del siglo XX. De etnia gitana procedente de una familia de tratantes de caballos originaria de Hungría, a los diez años es deportada junto a su madre y ermanos (su padre lo hizo un año antes y nunca más volvió), a campos de concentración nazi, de los que milagrosa o azarosamente pudo ser liberada en 1945.
SIN TÍTULO, DE CEIJA STOJKA
Su vida desde entonces discurrió por otros derroteros (curiosamente vendiendo alfombras), hasta que a fines de los 80 cuando contaba 56 años de edad, pudo ir reconstruyéndola con los recuerdos de lo que fue su infancia nómada antes de la II Guerra Mundial y lo que pudo vivir en Aushwitz-Birkenau, Ravensbrück y Bengen-Belsen (los tres campos de exterminio por donde pasó) y que constituirán a partir de entonces el núcleo esencial de su obra. Una obra personalísima que comienza a hacer pública gracias a la realizadora alemana KARIN BERGER, en 1991.
Una pequeñísima muestra del Horror se reúne en las paredes de este nuevo espacio –remodelado por ISIDRO LUCUIX del estudio FLOP- produciendo las mismas sensaciones de cuando las hizo, o de cuando las vivió en primera persona, pues no de otra manera puede entenderse su autobiografía pictórica, sino desde el Holocausto y el genocidio –el porrajmos- que se ejerció también sobre el pueblo gitano.
1944, DE CEIJA STOJKA
Su creación va a sobrecoger además de por los temas, porque sabemos –ella misma lo ha confesado publicando (dictándolos) varios libros donde narra su experiencia ante el abismo- por el expresionismo al que recurre en trazos, pinceladas y figuras; al color que fundamentalmente es el negro de la tinta sobre el papel; por el simbolismo narrativo personalísimo que representa a través de grandes ojos, pájaros negros de mal agüero, el chusqué, las alambradas, detenciones, barracones, vigilantes de las S.S., ejecuciones, chimeneas, calaveras, ...: en definitiva, la derrota moral que esquilmó entre millones de personas a gran parte de los Lovara, la etnia zíngara y nómada a la que pertenecía.
Pintura emocional, existencialista, llevada hasta sus últimas consecuencias de representación utilizando recursos inconscientemente barrocos por la multitud de elementos descriptivos y del mismo modo minimalista e ingenuista en su plasmación y en las que pueden verse connotaciones con MUNCH, NOLDE, ENSOR, el mismísimo GOYA si no fuera porque ella en su analfabetismo teórico –que no vital- no los conoció.
SIN TÍTULO, DE CEIJA STOJKA
Pinturas que no necesitan sonido porque gritan. Pintura política, activista, memorialista, comprometida, para que nunca más haya otro ABADDÓN, hecha con la razón y las vísceras, en pro de los Derechos Humanos y de la etnia calé –o caló- y de todas las razas y toda cuanta discriminación.
Se ha integrado a CEJIA STOJKA en el Arte Bruto, la pintura infantil, interpretando que su obra se basa en los recursos del cartelismo, los bestiarios, las ilustraciones de prensa, las caricaturas deformantes de la realidad –y del realismo- con el detallismo de las miniaturas,...pero esto no es lo que interesa. Lo que le interesaba a ella y a nosotros, es que estemos atentos para que su premonición, aquella que escribió en el dorso de una de sus obras “Temo que AUSHWITZ sólo esté dormido” no se cumpla nunca más, y más en estos tiempos en que otro nuevo orden mundial se impone.
KARLI, MEIN BRUDER BEKAM 75 HIEBE. EIN BÜNDEL GESCHLANGENER, DE CEIJA STOJKA
En veinte años de creación, CEJIA STOJKA nos legó algo más de 2.000 obras, también alegres, cromáticas y figurativas, que recreaban los campos sembrados de girasoles –otro de sus símbolos, en este caso, de renacer- de las caravanas, las gallinas, ... y la vida en general en los campamentos donde se transmitían las costumbres, las músicas –que ella también cantaba-
Como ella, me agradaría cerrar este artículo con la misma ramita que incluía en sus obras a modo de firma, o junto a ella, porque esa rama significa también la esperanza en el presente y en un futuro donde ese Nuevo Orden Mundial sea más justo y donde el exterminio desaparezca de los diccionarios y del planeta.
Volveremos de nuevo a TERESA LANCETA y a SEIJA STOJKA, porque nos enseñaron otros modos de hacer y conocer su mundo y el nuestro. Más interiorizado en TERESA, quien en su voluntad de tejer y de representación abstracta y simbólica, nos ha llevado a culturas remotas que nos precedieron. Más exteriorizada en CEIJA por la brutalidad de los acontecimientos que describe en estas obras. Hasta el próximo pues y mientras tanto: ¡sastipen thaj mesticen!