La poeta Andrea López Kosak gana el III Premio Internacional de Poesía Juan Rejano

El III Premio Internacional de Poesía Juan Rejano se consolida con un fuerte énfasis en su carácter internacional

25 jul 2021 / 10:00 h - Actualizado: 25 jul 2021 / 12:10 h.
"Literatura","Literatura - Aladar","Poesía"
  • Imagen cortesía de la autora.
    Imagen cortesía de la autora.

La poeta Andrea López Kosak (Bahía Blanca, Patagonia Argentina, 1976) se ha alzado con el III Premio Internacional de Poesía Juan Rejano, dotado con 3.000 euros y su publicación a través de la editorial Pre-Textos. Se trata de una iniciativa del Ayuntamiento de Puente Genil que cuenta con la colaboración de la Fundación Juan Rejano y la Asociación Cultural Poética, en su constante compromiso con la promoción del arte, muy especialmente la literatura, y para rendir homenaje a uno de sus escritores más ilustres. Los encargados de dar a conocer el fallo del jurado han sido el alcalde pontano, Esteban Morales; la concejala de Cultura, Eva Torres, y el presidente de la Asociación Cultural Poética, Antonio Roa.

El alcalde ha resaltado que se trata de «un concurso que está comenzando a consolidarse de manera internacional, como muestra la participación masiva que ha tenido en esta tercera edición». Por su parte, Eva Torres ha sido la encargada de desvelar el nombre de la ganadora, la argentina Andrea López Kosak con su obra «Animales de costumbres», mostrando, además, su «satisfacción porque haya sido una mujer, y además de Argentina, lo que supone poner el énfasis en el carácter internacional del concurso». La concejala también ha valorado el hecho de que «los trabajos presentados han tenido una enorme diversidad tanto estilística como estéticamente», conformando un total de 690 obras válidas.

Por último, el presidente de la Asociación Cultural Poética, Antonio Roa, ha repasado el curriculum de la ganadora y los premios obtenidos a lo largo de su carrera literaria. «Animales de costumbres» es «un excelente ejemplo de cómo la poesía es también un extraño canto de la naturaleza que nos rodea, de aquella que nos oculta en nuestro interior el acceso a un animal que a veces nos visita como un presagio», ha dicho Roa, añadiendo que el jurado «ha destacado de este libro la palabra precisa en su belleza, cargada de significante y sonidos transmitiendo a los lectores fuerza y ritmo».

Como miembro del jurado, ha sido una sorpresa que hayamos coincidido todos en elegir este libro de una poeta de la que no se conoce nada en nuestro país.

Amablemente me ha proporcionado unos poemas inéditos que tengo el placer de ofrecer como primicia al suplemento Aladar.

Molinos

Un lugar feliz, dijiste.

¿Qué esperabas

de un lugar? Los lugares no son felices ni tristes, una llega y

se acomoda, como puede, se adapta al clima a la distancia

que la separa de la despensa

más cercana a la habitación caliente se toma una cerveza helada, anota cosas en un blockcito, y se va mirando por la ventana del colectivo los cardones nevados al costado

del camino de tierra que cortan

las cabritas. ¿No es esto acaso un atisbo del viaje al lugar al que nunca

llegamos, que tanto pretendimos nombrar como si existiera? ¿O creés que la felicidad es una cama

una mesa que no compartimos en una habitación de la que

nos hubiéramos llevado el cenicero?

Tinogasta

Quisiera ponerle palabras a este color el sol del amanecer en el adobe

de las casas al costado del camino con el gusto a mate recién hecho en el primer asiento del colectivo

donde no viaja nadie más que nosotras

y el colectivero sube el volumen de una chacarera y me voy, nos vamos, sintiendo

bien

bien, bien.