«La Sábana Santa no es obra humana»

El sevillano José Manuel García Bautista publica con el Grupo Planeta el último y más actualizado estudio sobre la Síndone de Turín. Siguen las dudas... pero menos

08 may 2016 / 18:43 h - Actualizado: 08 may 2016 / 18:47 h.
"Libros"
  • El escritor sevillano José Manuel García Bautista, con su libro ‘el enigma de la Sábana Santa’. / El Correo
    El escritor sevillano José Manuel García Bautista, con su libro ‘el enigma de la Sábana Santa’. / El Correo

«Lo primero que hago cuando doy una conferencia es desencantar a los asistentes: La Sábana Santa es falsa, les digo. Pero ese es solo el comienzo», explica José Manuel García Bautista, el sevillano que con más ganas y asiduidad ha estudiado los misterios y rarezas inexplicadas de la ciudad y la provincia, así como los grandes quebraderos de cabeza universales, caso de la Sïndone de Turín, sobre la que acaba de publicar con el Grupo Planeta su más reciente libro, El enigma de la Sábana Santa (Editorial Luciérnaga). En su opinión, compartida por un nutrido grupo de estudiosos del lienzo, una serie de «dramáticos errores» en el análisis del mismo, «perfectamente subsanables con la tecnología actual si se autorizara una nueva investigación científica», llevaron a la conclusión de que se trata de una obra medieval.

«Por un lado, está el deseo subjetivo del creyente», comenta García Bautista: «El creyente quiere que sea el lienzo que envolvió el cadáver de Jesús de Nazaret. Yo mismo no me he sentido nunca tan cerca de la divinidad como delante de la Sábana Santa», y eso que él, por sevillano y amante de las tradiciones de su tierra, ha tenido ocasión de enfrentarse a docenas de tallas procesionales a cual más emocionante paseándose por las calles. Pero aquello es otra cosa. «Cuando entras, entre lo leve que es la imagen y la oscuridad del lugar, la primera sensación en un poco decepcionante porque cuesta ver algo. Pero al poco, los ojos se acostumbran y el cuerpo comienza a emerger de la tela ante la vista. Estás ahí delante, se ha hecho el silencio y tu alma te habla. Y todo tu afán es verle el rostro, y te das cuenta de que hay algo mágico». Pero por otro lado está el aspecto científico, insobornable y riguroso aunque, en su opinión, «incompleto» por haberse hecho obviando el estado de contaminación de las muestras tomadas para el estudio, que han falseado la datación. Salvo que «los falsificadores medievales fuesen tan buenos» que pudiesen conseguir que los niveles de vainillina de la Sábana Santa indiquen que tiene veinte siglos, por no hablar de su tridimensionalidad, de los diversos niveles superpuestos de imágenes que contiene (bajo la imagen del cuerpo está, en algunas zonas, otra similar a una radiografía donde se aprecian hasta las encías), el contenido de polen, el análisis de la sangre, el hecho de que la imagen sea hidrológica, térmica y químicamente estable...». En resumen, y contradiciendo esa afirmación inicial con la que sorprende a la concurrencia cuando habla del tema en público, José Manuel García Bautista determina que «es imposible que la Sábana Santa sea una falsificación medieval. Ni es obra humana».

Como enamorado de todo cuanto carece de explicación, por lo que tiene de lección de humildad para la humanidad engreída y fatua, al investigador y divulgador de misterios acepta no obstante que la Síndone pueda seguir otros veinte siglos más sin explicación, «porque el creyente no la necesita, y el escéptico ya tiene la suya», y nada cambiaría aunque la verdad saltara ante las mismísimas narices de cualquiera de ellos. Lo apasionante para él es que la Sabana Santa no se ha dejado atrapar ni por unos ni por otros, y que «el hecho de que en ella estén todas y cada una de las huellas de la pasión de Cristo seguirá sirviendo de inspiración, consuelo y esperanza para quienes creen en Jesús de Nazaret». Con su libro pasa exactamente igual.