La XXI Bienal abre las puertas del flamenco en el teatro con el Ballet Flamenco de Andalucía

El próximo sábado día 5 la XXI Bienal de Flamenco de Sevilla estrenará su programación de flamenco en los espacios teatrales con el último espectáculo del Ballet Flamenco de Andalucía

03 sep 2020 / 04:00 h - Actualizado: 03 sep 2020 / 04:00 h.
"Bienal de Flamenco"
  • Imagen de la web de BAF.
    Imagen de la web de BAF.

Tras el ciclo de flamenco experimental que tuvo lugar a lo largo del mes de agosto en los jardines del Monasterio de San Jerónimo, el próximo sábado día 5 la XXI Bienal de Flamenco de Sevilla estrenará su programación de flamenco en los espacios teatrales con el último espectáculo del Ballet Flamenco de Andalucía, ‘25 aniversario’. Como su nombre indica, se trata de un homenaje al BFA, una iniciativa de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía que comenzara, como Compañía Andaluza de Flamenco, en 1994 de la mano de Marío Maya. Hablamos con su actual directora, Úrsula López.

Úrsula, tengo entendido que se trata de un espectáculo que ya fue estrenado a finales del año pasado en el Teatro Maestranza.

Si, fue un espectáculo que creamos con motivo del aniversario del Ballet, que cumplía 25 años. En principio estaba concebido para hacerlo solo esa vez en el Teatro Maestranza, a manera de celebración de esos 25 años de andadura.

Lo que, desde luego, no es moco de pavo teniendo en cuenta el panorama de la danza en nuestro país ¿Y su reposición en la Bienal tiene algo que ver con la dichosa pandemia?

Pues lo cierto es que sí, porque efectivamente, a causa del confinamiento no hemos podido montar nada más. Así que la Bienal nos pidió que repusiéramos el ‘25 aniversario’. Y al hilo de esta reposición hemos decidido llevarlo también de gira por los teatros principales de las ocho provincias andaluzas, para así destacar la excelencia de todas esas figuras que han pasado por el Ballet.

Porque lo que hacéis en este montaje es un recorrido por diferentes coreografías de los anteriores directores del Ballet, desde sus inicios como Compañía Andaluza de Danza.

Eso es. El espectáculo lleva a cabo un recorrido por la historia del Ballet subiendo a escena algunas piezas emblemáticas de los coreógrafos que han conformado su trayectoria desde sus inicios, cuando comenzó su andadura con el nombre de Compañía Andaluza de Danza (1994). Como el Réquiem de Mario Maya; la “Alegre Fantasía” de Enrique Morente que montó Javier Latorre; la seguiriya de José Antonio Ruíz, con esa larga bata de cola cuya imagen se nos quedó grabada en la memoria; El Movimiento Rojo de Cristina Hoyos; El toro de Rubén Olmo de su espectáculo sobre Sánchez Mejías, esa joya de Rafaela Carrasco que es la Rondeña de Montoya... Y lo mejor de todo es que hemos contado con la colaboración de todos sus creadores, salvo la del malogrado Mario Maya. Pero por suerte sí hemos tenido a Manuel Betanzos, que fue el repetidor de Mario en el Réquiem.

¿En qué consiste la figura del repetidor?

Pues es el que dirige los ensayos y está pendiente de los bailarines y bailarines, una especie de ayudante del coreógrafo. Y a falta de Mario, que por desgracia ya no está con nosotros, hemos podido trabajar con Manuel Betanzos, que ha supuesto un apoyo encomiable.

¿Y habrá alguna sorpresa con respecto al estreno el pasado noviembre?

Pues de entrada vamos a contar con la colaboración de dos artistas de lujo que han tenido también una importante relación con la compañía, Ana María Bueno y Javier Barón. La primera es uno de mis referentes en cuanto al baile flamenco sevillano y creo que, por un lado, se merece con creces el homenaje por parte del Ballet, y por otro también el público sevillano se merece el regalo de verla bailar en un escenario. Y qué decirte de Javier Barón, uno de los más grandes bailaores del flamenco, que además ha tenido una significativa relación con la Bienal de Flamenco. Además, no se me puede olvidar que hemos podido contar también con cuatro figuras que han pasado y dejado huella en el Ballet: Diego Llori, que bailará la pieza de Mario Maya; Cristián Lozano, Mariano Bernal y Rosa Belmonte.

Úrsula, tú comenzaste como bailarina, siendo muy joven, de la Compañía Andaluza de Danza que más tarde cambió su denominación por la de Ballet de Flamenco Andaluz ¿Te habías imaginado que llegarías a dirigirlo?

Pues la verdad es que no lo había pensado, pero parece que alguien desde arriba te va llevando. Y que para mí el ballet es como mi casa. Yo entré en 1996, cuando se llamaba Compañía Andaluza de Danza. El director era Juan Antonio Maeso. Él no era coreógrafo, pero el año y medio que estuvo al cargo encargó las coreografías a María Pagés, Manolo Marín y Farruquito. Luego se hizo cargo María Pagés y a ella la sustituyó José Antonio Ruíz. Yo estuve en la compañía 8 años, hasta que me llamaron del Ballet Nacional, en el que estuve otros 2 años más. Y después de aquello ya sentí la necesidad de montar mi propia Compañía. Y bueno la verdad es que yo he tenido una vida muy activa y he bailado con muchas figuras de las que he aprendido. Así que cuando vi la oportunidad de presentar mi proyecto no lo dudé.

Tu nombramiento como directora levantó alguna que otra polémica, debido a tu competencia con Antonio Canales, creo.

Bueno yo en la polémica no voy a entrar. Yo conozco muy bien el BFA y presenté un proyecto muy complejo, para el que conté con la ayuda de artistas como Pedro G. Romero con quien diseñé la pieza central del proyecto, ‘El Maleficio de la mariposa’, la obra que tenía que haber sido estrenada este año en el festival Lorca Granada y que, como te he contado, a causa de la pandemia hemos tenido que posponer.

En ese sentido, supongo que el confinamiento ha sido un varapalo, aunque hay artistas que dicen que han aprovechado para crear.

Bueno para mí el confinamiento ha sido un regalo porque me ha permitido estar un tiempo con mi familia que en condiciones normales no estoy. Y yo que tengo dos niñas, y una de ellas todavía es un bebé, pues lo he disfrutado. Pero en cuanto a la creatividad la verdad es que, a mí, toda esa incertidumbre y ese miedo no me ha servido para crear nada, sino todo lo contrario. Por eso es tan importante que festivales como la Bienal hayan apostado por celebrarse. Es lo que necesitamos los artistas para no venirnos abajo.

En ese sentido habéis notado que el miedo o la incertidumbre os haya influido a la hora de retomar el trabajo.

Pues la verdad es que no. Ten en cuenta que los bailarines y bailarinas del BFA son todos muy jóvenes y tienen toda la fuerza y el empuje para coger al toro por los cuernos. Ya sabes que los bailarines no podemos dejar de bailar, así que, aunque de otra manera, todos hemos hecho alguna actividad durante el confinamiento, y en cuanto que empezamos los ensayos nos pusimos enseguida al día.

Y con respecto a los planes de futuro del BFA, porque no se avecinan buenos tiempos

Si, pero por fortuna el BFA es una apuesta clara de la Consejería de Cultura, es un buque insignia y yo siento que tengo el apoyo directo de la consejera, Patricia del Pozo. Y es que es muy importante que el Ballet continúe dando la oportunidad a los jóvenes artistas a formarse y darse a conocer, y llevando la excelencia del baile flamenco a todas partes. Yo cuento con ello porque creo que la cultura es sumamente necesaria y sus profesionales están abordando la pandemia de forma ejemplar, y no me refiero solo a los artistas, sino todos los que forman parte del mundillo de las artes escénicas, programadores, técnicos, directores de teatros...

No obstante supongo que este año, al menos en la Bienal, los artistas echaréis de menos a ese público extranjero que no sólo llenaba los teatros, sino que aprovechaba su estancia para formarse con los talleres que, al hilo del festival, se ofrecían este mes en Sevilla.

Pues sí, la verdad es que se ofrecían muchísimos cursos y todos se llenaban, porque muchos de los que vienen a la Bienal no son solo aficionados, sino profesionales que ejercen en otros países y aprovechan el festival para formarse un poco más. Pero bueno, la oferta de cursos sigue estando y, aunque este año no venga el público extranjero, yo tengo la esperanza de que podamos atraer a los jóvenes de aquí, que también saben valorar la importancia de aprovechar la concentración de artistas que hay en la Bienal para formarse.