Bienal de Flamenco

La XXI Bienal de Flamenco de Sevilla, calentando motores

La Bienal de flamenco de Sevilla presenta el espectáculo de Roció Molina, una de las coproducciones de este festival.

27 ago 2020 / 07:44 h - Actualizado: 27 ago 2020 / 07:46 h.
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Contra viento y marea La Bienal de Flamenco de Sevilla sigue empeñada en celebrar su XXI edición y, aunque con algunas restricciones, cumplir con el compromiso adquirido con nuestra ciudad y con los artistas. En ese sentido continua con el ciclo de flamenco experimental en el marco del Monasterio de San Jerónimo -que culminará el próximo fin de semana con las actuaciones de M de puchero, Califato ¾ y Gualberto- y anda ya calentando motores para dar a conocer la programación durante el mes de septiembre.

Así, el pasado miércoles 26 el director de la Bienal, Antonio Zoido, junto al delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, convocaron en el Centro Cerámica Triana, sede de la Bienal, al elenco de ‘Extracto de Trilogía sobre la guitarra’ el espectáculo que Rocío Molina estrenará en este festival, si todo va bien, el 6 de septiembre en el Teatro Central.

Como su nombre indica, se trata de una trilogía que parte de la profunda admiración de la creadora malagueña por la guitarra flamenca, a la que quiere dar un papel protagonista, hasta el punto de pretender que su baile, y con él su ego, se diluya en una fusión absoluta con la música. Para ello, cuenta con la sonanta de Rafael Riqueni, protagonista de la primera de las tres obras que componen la trilogía, y las guitarras de Eduardo Trasierra y Yerai Cortés, que protagonizarán la segunda.

Antes de pasar a dar la palabra a Rocío, Antonio Muñoz, tras acordarse del malogrado bailaor cordobés, José Barrios, comenzó señalando que La Bienal de Flamenco de Sevilla, además ser una muestra de la excelencia del arte flamenco actual y proyectar la ciudad de Sevilla debe, “más allá de las producciones individuales de cada artista, propiciar alianzas efímeras entre distintos artistas para alcanzar una producción única”. Es justo lo que nos propone Roció Muñoz, una artista que siempre se ha preciado de indagar hasta marcar un sello propio y distinto en cada espectáculo.

Pero en esta ocasión Rocío busca todo lo contrario porque, según nos contó ella misma, con este espectáculo pretende no entregarse al esfuerzo y la técnica hasta el agotamiento como ha hecho otras veces, sino dirigirse a lo más profundo hasta conseguir que su baile se funda con la música. En ese sentido, según Antonio Zoido, se nota que Rocío admira profundamente la poesía de San Juan de la Cruz, quien también quería aspirar a que su yo individual desapareciera en sus versos.

La XXI Bienal de Flamenco de Sevilla, calentando motores

Aunque se trata de una trilogía, el festival estrenará solo las dos primeras piezas, dejando el gol, que es como Rocío definió a la tercera, para más adelante. Y es que la dichosa pandemia no solo ha impuesto una interrupción y un distanciamiento demasiado férreo, y demasiado largo para cualquier proceso de creación, sino que ha instalado un sentimiento incertidumbre que irremediablemente se ha colado en la obra. El resultado es que las dos primeras piezas han adquirido una atmósfera que, de momento, según su creadora no casa con la explosión por alegrías que había concebido para la tercera.

La primera, ‘Inicio’ supone una suerte de improvisación con la que Rocío no pretende otra cosa que dejarse llevar por la sonanta de Riqueni, que la bailaora define como inocente. Una música que le provoca un cierto estado de fragilidad maternal. “Después de haber parido, yo quería bailar a Riqueni. Eso me hizo renacer”. Al hilo de esta declaración, Antonio Zoido destacó que cuando vio a Rocío bailando con el guitarrista sevillano, en el marco del pasado festival de danza de Itálica el año pasado, decidió que estos dos artistas tenían que estar en esta Bienal.

La segunda pieza, ‘Al Fondo Riela’, es más compleja. Se dirige al fondo, a lo esencial que hay tras el discurrir de la realidad, y ha requerido un largo proceso (un año y medio) de investigación, tanto con los músicos, Eduardo Trasierra y Yerai Cortés, como con la artista plástica Julia Valencia, que ha creado el espacio escénico y el diseño del vestuario. Según ella, el reto es que a partir del negro se vayan reconociendo formas, distorsiones, sombras y reflejos, que es justo el concepto del que parte Rocío en esta pieza.

Por su parte, tanto Eduardo Trasierra como el joven Yerai Cortés destacaron también el privilegio que supone para ellos trabajar con Rocío Molina. Un trabajo muy diferente al que sería un mero acompañamiento al baile, ya que se dirige a fundirse con movimientos esenciales de una parte muy concreta del cuerpo y el gesto de la bailaora.

Extracto de Trilogía sobre la guitarra junto a Rafael Riqueni tendrá lugar en el Teatro Central a las 13:00 horas, y Al Fondo Riela, Extracto de Trilogía sobre la guitarra junto a Eduardo Trasierra y Yerai Cortés a las 21:00 horas. Que así sea.