No todas las obras del teatro, aun habiendo triunfado en su momento, llevan bien el paso del tiempo. No es el caso de ‘Las Criadas’ de Jean Genet, a la que se puede considerar como a un clásico del teatro contemporáneo.
Una de las razones de esta condición es que el texto de Genet contiene una rotunda denuncia de desigualdad que imponen las clases sociales, y sobre todo, supone una interesante reflexión sobre la perversión y la crueldad que puede llegar a esconderse en cualquier relación de dominación.
Además, Genet dota a la dramaturgia de una trama compleja, tan curiosa como avanzada a su tiempo. Para ello, mediante un provocador juego de representación dentro de la representación, logra dotar de una cierta condición ficticia, tanto la relación fraternal de las criadas entre ellas, como la que tienen con la Señora, un personaje que, curiosamente, solo vive en la mirada de sus criadas, que ven ella un grado de grandeza al que nunca podrán llegar. De ahí que la admiren y la odien al mismo tiempo. Un odio al que cada noche dan rienda suelta con un curioso ritual que perfila una brutal imagen de la relación de dominación a la que están sometidas. Pero cuando la Señora sale a escena, más que como alguien temible o furibundo se muestra paternalista y condescendiente. Simplemente considera a sus criadas seres inferiores.
He ahí donde radica la vigencia de esta obra. En nuestras sociedades capitalistas cada vez hay más ricos muy ricos frente a pobres muy pobres. Los jóvenes están abocados al paro, por mucho que estudien y la clase media se está convirtiendo en una falacia. Por no hablar de las situaciones de dominación que todavía hoy sufren muchas mujeres. Así las cosas, corremos el riesgo de estar volviendo a la casilla de salida, aquella que provocó que Genet convirtiera el asesinato, en manos de las criadas, en un acto heroico.
Lo malo es que, tal vez por su afán creativo, o tal vez por el intento de recalcar aun más el sugerente efecto especular que propone Genet, Luque ha optado por incidir en el carácter ficticio del relato. Para ello incluso ha elegido a un actor para interpretar el papel Señora, y con ello dota a ese personaje de una imagen grotesca que resta crudeza al símbolo que representa.
Por fortuna, la puesta en escena reproduce una atmósfera inquietante y sugerente gracias al espacio escénico de Mónica Boromello, grandioso dentro de su minimalismo, la impactante música de Luís Miguel Cobo, la exquisita iluminación de Felipe Ramos y la elegancia y pulcritud de la videoescena de Bruno Praena.
El ritmo es fluido, lo que no es fácil teniendo en cuenta que la dramaturgia juega continuamente con los cambios de plano. En ese sentido cabe destacar el dominio y la versatilidad de las actrices, entre las que destaca Ana Torrent con una soberbia actuación.
Obra: Las criadas
Lugar: Teatro Lope de Vega, 13 de marzo
Producción: Pentación Espectáculos y Teatro Español
Autor: Jean Genet
Versión y traducción: Paco Becerra
Dirección: Luis Luque
Música original: Luís Miguel Cobo
Diseño iluminación: Felipe Ramos
Creación de videoescena: Bruno Praena
Interpretación: Alicia Borrachero, Jorge Calvo y Ana Torrent
Calificación: 3 estrellas