Las Niñas: dignificando con voz la mirada de la juventud (***)

05 sep 2020 / 14:28 h - Actualizado: 05 sep 2020 / 14:31 h.
  • Las Niñas: dignificando con voz la mirada de la juventud (***)

A partir de una óptica adultocéntrica la etapa juvenil se plantea como un tiempo de transición para la cual la juventud es solamente un tiempo en el que el individuo debe asimilar las herramientas necesarias para insertarse en el mercado del trabajo y asumir por completo todas las responsabilidades que le competen. Lo más evidente, formar una familia, comprarse una casa, un coche e irse de vacaciones.

Conviene señalar que no siempre existió el concepto —teórico y sociocultural— de juventud. Como tal, es un término usado como instrumento teórico para definir un subgrupo social determinado. Aparece íntimamente ligado al surgimiento de la sociedad burguesa y se crea para definir, una forma particular de ver y de verse los seres humanos en un periodo particular de sus vidas. Aparece en el momento en el que se necesita compartimentar etapas de la evolución y para explicar los cambios o los pasos de estado.

Celia, la protagonista de Las niñas tiene 11 años, vive en Zaragoza con su madre y es huérfana de padre. Estudia en un colegio regentado por monjas católicas. La llegada a su clase de una nueva compañera más atrevida y rebelde, y la búsqueda de respuestas sobre la muerte de su padre le ayudaran a seguir creciendo como persona.

Miramos y sentimos a través de los ojos de Celia y vemos a un país que a pesar de vivir en el año 1992, en plena democracia, aún no se ha liberado del peso del franquismo. La educación que es un derecho que debe permitir el desarrollo integral de la persona, sigue lastrada por dogmas religiosos, concretamente los de la religión católica. Esos que apoyan la segregación por sexo, reniegan de las relaciones afectivo- sexuales sanas y diversas y de la pluralidad de familias. Los que promueven el celibato o el matrimonio y la procreación entre hombres y mujeres. Los que legitiman el sentimiento de culpa. Dogmas que cortan y limitan la libertad, los mismos que a día de hoy siguen vigentes. En una democracia desarrollada creencias, fe y credos deberían pertenecer al ámbito privado. Desgraciadamente todavía siguen contaminando y formando parte de lo público.

No es banal que las protagonistas sean mujeres. Ellas han sido silenciadas y también han sido las que tradicionalmente en la familia han perpetuado los mecanismos de socialización. También son las que vienen reclamando cambios, las que los están promoviendo y las que lo están gritando. La escena del coro que abre y cierra la película es la imagen de esperanza que queda en la retina: empieza silente en un espacio desierto y finaliza con voces cálidas y armónicas en un auditorio lleno de gente.

Toda la vida del ser humano se desarrolla entre procesos, transiciones y transformaciones y por ello cada etapa y cada momento tiene su sentido propio y, sobre todo, sus expectativas propias. Por ello resulta preocupante e inadecuado ver a la juventud sólo como un tiempo de transición en el que deben ser pospuestas sus necesidades y sus expectativas hasta llegar a otra etapa que se considera plena.

Lo fundamental es considerar a la juventud como un tiempo en sí, con características y expectativas propias. Incluidos sus miedos, sus sueños, sus temores y sus esperanzas Eso es lo que hace Pilar Palomero en esta película y ese es su principal acierto.

Las niñas êêê

España 2020 100 min.

Dirección Pilar Palomero Intérpretes Andrea Fandós, Natalia de Molina, Zoe Amao, Carlota Gurpegui, Julia Sierra, Francesca Piñón.

Drama