Las Santas Patronas de misión navideña

Sta. Justa y Stal Rufina, las Santas de ‘En Sevilla hay que morir’ afrontan una misión en el Espacio Platea: ser las “reinas maga” de la risa sevillana

20 dic 2020 / 11:23 h - Actualizado: 20 dic 2020 / 11:25 h.
"Teatro"
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En las últimas décadas han surgido en el teatro sevillano algunas comedias que se han convertido en todo un fenómeno en cuanto a la acogida del público. Algunas, como ‘Estrella Sublime’, de La Bastarda Española o ‘Tai Viginia’ de Manuel Monteagudo, llevan más de 20 años poniendo el cartel de ‘no hay billetes, al igual que las comedias de Síndrome Clawn, un grupo al que el público sevillano parece haber adoptado.

Es lo que le ha ocurrido también a la joven compañía sevillana, La Pava Teatro y su obra ‘En Sevilla hay que morí’, una comedia protagonizada por dos curiosos personajes, nuestras Santas Patronas, Santa Justa y Santa Rufina, dos santas mártires que, genialmente interpretadas por Eba Rubio y David Sigüenza, saben sacarle a su martirio un torrente de gracia y comicidad plagado irreverencia y desverguenza. Y contra todo pronóstico desde el principio se metieron al público sevillano en el bolsillo, hasta el punto de llevar ya tres años haciendo repertorio y cosechando éxitos.

Tras el obligado parón que ha impuesto la maldita pandemia, las Santas Patronas han vuelto a los escenarios con el firme propósito de seguir haciendo reír de lo lindo al público de nuestra ciudad aunque, de momento, han aparcado sus reivindicaciones para volcarse de lleno en el espíritu navideño, algo que ningún virus debe ser capaz de matar.

Hasta el 3 de enero, quitando los días señalados de fiesta (25 y 1), estarán en el Espacio Platea con ‘Las Santas Claus Operación Navidad’, una misión de lo más altruista en la que, gracias a su santísima magnanimidad, se muestran capaces de cambiar el “pedir” por el “dar”. El propósito está claro: quitarle a la nueva normalidad su halo de tristeza y añoranza. Y es que a falta de Reyes Magos y carteros reales, ellas están dispuestas a pasar de santas a reinas “magas” para, como no podía ser de otra manera, regalarnos durante una hora el milagro de la carcajada mientras invocan al espíritu nadiveño con una gala de lo más hilarante, una rifa de lo más desenfadada y un fin de fiesta emotivo y divertido a partes iguales.

Ubicado en la antigua estación de trenes de Plaza de Armas, el Espacio Platea es el propicio. Cómodas butacas, techos altos, amplia separación y un singular ambigú que nos permite reír con una copa, un refresco o un chocolate caliente en la mano, y lo que es mejor, acabar cantando en grupo, junto a las Santas, esos villacincos que este año no podremos cantar con toda nuestra familia, amigos y allegados en torno a una bandeja de pestiños y mantecados.