Lauwers entre el gore y la misoginia

Victor Afung Lauwers, representa en nuestro Teatro Central la última producción de su compañía Need Company, que se inspira en las diez tragedias de William Shakespeare

13 nov 2021 / 17:04 h - Actualizado: 13 nov 2021 / 17:05 h.
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La Need Company es una de las citas obligadas de la programación del Teatro Central y este año, marcado por la maldita pandemia, no podía ser menos. En esta ocasión, nos presenta un montaje que, aunque inspirada en las tragedias de Shakespeare, responde fielmente al estilo que Victor Afung Lauwers ha ido perfilando al frente de la reputada compañía belga.

Dicho estilo se caracteriza por aunar la danza contemporánea y el teatro con una espectacular puesta en escena, que remite al universo de las artes plásticas de carácter vanguardista. Al igual que esta última disciplina, Lauwers se decanta por un lenguaje escénico innovador, irreverente y trasgresor que, en esta obra se dirige a sacar a la luz la brutalidad que evoca Shakespeare en sus tragedias. Una violencia que, según el creador belga, suponía una forma de atraer al público de su época. En ese sentido Lauwers se pregunta aquí si hemos avanzado mucho con respecto al tratamiento de la violencia en el arte. Y a juzgar por el resultado no parece haber llegado a una conclusión afirmativa.

La dramaturgia se conforma, además de los textos que escribe el propio Lauwers, con la expresión corporal y la danza, que se incorpora al discurso hablado sin ningún elemento que los conecte. Los números de danza simplemente se van sucediendo, entre pieza y pieza, sin una aparente conexión con los diferentes relatos. Todo lo contrario que las acciones corporales con los que los intérpretes subrayan la violencia intrínseca de los textos.

En ese sentido cabe destacar el elevado grado de entrega y maestría de los actores y actrices, cuyos personajes se pasan toda la obra de una confrontación a otra, con una agresividad tan realista, que por momentos nos transmiten auténtico sufrimiento. Tal vez demasiado porque, al igual que sucede con el género gore, tanto despliegue de agresividad corporal y verbal nos acaba saturando.

Y es que, a fuerza de querer llevar a primer plano la violencia, Lauwers sumerge su relato en una espiral de imágenes brutales y grotescas que, por un lado, abusa de la sangre y las alusiones escatológicas, y por otro renuncia a la poesía -que solo se perfila en la última pieza- y simplifica el discurso hasta rayar con lo pueril. Por no hablar que el tratamiento de los personajes femeninos es más misógino todavía que el del insigne autor inglés.

Cabe destacar la calidad de los elementos formales. El vestuario, diseñado por el propio Lauwers, aporta tintes espectaculares a la obra, al igual que la iluminación de Ken Hioco y la música de Maarten Seghers, que supone un hermoso puente entre la música antigua y la actual. Claro que, para ello, la Nedd Company ha contado con el apoyo a la producción del Tax Shelter del Gobierno Federal Belga y del Gobierno Flamenco, así como una significativa coproducción, a cargo del Festival Grec de Barcelona, Teatre Nacional de Catalunya, Teatro Español y Naves del Español en Matadero, Les Salins - Scène Nationale de Martigues, y nuestro propio Teatro Central. Ojalá nuestros creadores de danza contemporánea puedan aspirar algún día a un apoyo de esas características.

Lugar: Teatro Central, 12 de noviembre

Producción: Need Company

Texto: Victor Afung Lauwers

Música: Maarten Seghers

Dirección, escenografía y vestuario: Jan Lauwers

Dramaturgia: Elke Janssens, Erwin Jans

Interpretación: Nao Albet, Grace Ellen Barkey, Gonzalo Cunill, Martha Gardner, Romy Louise Lauwers, Juan Navarro, Maarten Seghers, Meron Verbelen

Calificación: 3 estrellas