La Gazapera

Lo de la Bienal, o sea...

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
08 ago 2020 / 08:41 h - Actualizado: 08 ago 2020 / 08:42 h.
"La Gazapera"
  • Lo de la Bienal, o sea...

No lo digo por el aplazamiento de estos dos primeros espectáculos del festival sevillano, que es algo incomprensible. Ya hace años, décadas quizá, que lo vengo diciendo: la Bienal necesita una revisión, puesta a punto, cambio de aceite y filtro, y, sobre todo, una nueva dirección. Es una lástima que el llamado primer festival flamenco del mundo, que lo es, se esté quedando atrás de esta manera tan clara, aunque luego llenan los teatros y celebran el éxito desde los periódicos amigos. Que se hayan tenido que suspender los dos primeros espectáculos de la Bienal por problemas con las empresas de sonido, es de Pepe Gotera y Otilio. Pero en fin, tampoco es cuestión de ensañarse porque soy un hijo de la Bienal y me duele en el alma todo lo malo que le pase al festival. Hijo, sí, porque comencé a ejercer la crítica flamenca ya en serio en la Bienal, en concreto en la edición de 1984, la del Giraldillo del Toque que ganó el sevillano Manolo Franco. Todo lo que he escrito sobre el magno festival está ahí, en el archivo de El Correo y en mi web. Centenares de críticas, entrevistas, previos, reportajes... Lo repaso todo y veo que sí, que hay críticas duras, pero al final me tendrán que dar la razón cuando dije que se corría el riesgo de que cayera en la rutina, y ahí está: la Bienal está moribunda, por muchos teatros que se llenen. Agonizante, que no muerta. Aún están a tiempo de -cuando acabe esta edición, si es que empieza- reunir a personas expertas que amen el flamenco y al festival y que se pongan nuevas ideas sobre la mesa. El modelo pudo ser bueno hace treinta o cuarenta años, y ahora no servir. No soy muy optimista, creo que no van a hacer nada para que cambien las cosas, porque sería reconocer que se han equivocado y que no reaccionaron en su momento, o sea, hace dos décadas, cuando el festival empezó a caer víctima del cansancio y la rutina. La cita y también el flamenco mismo, y habría que empezar analizando qué le pasa a nuestro arte y qué le ocurre sobre todo a Sevilla con lo jondo. La Bienal es un reflejo de cómo está el flamenco en la capital, o al revés. Quizá se han preocupado tanto por lo de universalizarlo, que se han olvidado de la importancia que tiene lo local, que en el caso de Sevilla no es cualquier cosa. Sevilla le ha dado la espalda a su historia flamenca. Por tanto, la Bienal se muere lentamente y la pandemia le puede dar la puntilla. Ojalá no, pero esto huele a desastre. Y si ocurre lo que parece muy probable que va a ocurrir, no levantaremos cabeza en muchos años.