Una suerte de narración dramatizada que aborda con toda su crudeza el conflicto de un chico transexual. Es lo que nos propone esta obra, con la que Víctor Palmero, conocido por su papel en la popular serie 'La que se avecina', supera con creces el reto de pasar del registro cómico al dramático.
La historia, que él nos cuenta en primera persona, comienza cuando el personaje es un adolescente cuyo referente más cercano es su hermano mayor, un “machote” homófobo que se cree con el derecho de agredir a los homosexuales. Un día lo lleva a un parque donde unos chicos se prostituyen por dinero y le incita a ser su cómplice en darle una brutal paliza a uno de esos chicos. Pero al contrario de lo que su hermano esperaba, ese violento episodio despierta en él un apetito sexual hacia los hombres que hasta entonces había reprimido. A partir de ahí la dramaturgia se centra en su lucha por aceptar su condición, algo que no casa con su necesidad de ser amado por su hermano. Una necesidad que se hará cada vez más patente a lo largo de su periplo vital, que lo llevara a instalarse en la capital, donde acabará drogándose y prostituyéndose, primero como Johnny Chico, y luego como Johnny Chica.
Y es que en la capital el personaje, huyendo de su soledad, conoce a una transexual que le incita a actuar en su cabaret vestida de mujer, y Johnny descubre que tiene más éxito como chica. Ahí es donde la dramaturgia resbala porque, a fuerza de querer mostrar la lucha por la propia aceptación del personaje, no nos queda claro si se siente de verdad una mujer encerrada en un cuerpo de hombre o si simplemente se viste de mujer para lucrarse, tanto en el plano económico como en el anímico. Porque, y eh ahí lo más interesante, además que denunciar la cruel homofobia de algunos grupúsculos sociales que llegan incluso al extremo del asesinato, lo que el personaje reclama, por encima de todo es amor, un sentimiento que pasa, irremisiblemente, por la aceptación de su condición, tanto por parte de los demás como de él mismo.
La puesta en escena de Eduard Costa se centra en el texto y su interpretación, que Víctor Palmero aborda con entrega, soltura y maestría, demostrando un auténtico dominio del género dramático. Tal vez demasiado porque en ocasiones el relato le lleva a sufrir más de la cuenta lo que, más que emocionar, puede llegar a provocar el rechazo del espectador.
La ficha
Obra: Johnny Chico
Lugar: CICUS, 2 de junio
Compañía: Moriarty&Holmes
Director: Eduard Costa
Interpretación: Víctor Palmero
Escenografía: Luis Crespo
Música original: Juanjo Ballester
Calificación: 3 estrellas