Los “Muros” de Chiqui Díaz y las obras de “el Vichero”, sus hermanos y amigos, la sala de exposiciones del ayuntamiento de Tomares

¡Atención visitantes: no sólo “Muros”, también hay animales, paisajes y retratos dispersos por la Hacienda Sta. Ana!

En el centro, el Alcalde de Tomares José Mª Soriano y a su izquierda: Chiqui Díaz, Ramón Peña Rubio, Patricio Hidalgo, Martín Lagares y la Concejal de Cultura Carmen Ortiz. A la derecha: Paco Díaz, Fernando Rodríguez, Francisco Naranjo, “El Vichero” y Javier Ayarza. FOTO: T.L.

En el centro, el Alcalde de Tomares José Mª Soriano y a su izquierda: Chiqui Díaz, Ramón Peña Rubio, Patricio Hidalgo, Martín Lagares y la Concejal de Cultura Carmen Ortiz. A la derecha: Paco Díaz, Fernando Rodríguez, Francisco Naranjo, “El Vichero” y Javier Ayarza. FOTO: T.L. / Teresa Lafita Gordillo

Teresa Lafita Gordillo

Se advierte desde aquí que lo que van a ver quienes se acerquen a la sala de exposiciones del Ayuntamiento de Tomares, situada en la Hacienda Sta. Ana, es que esta no es una exposición “normal”, sino algo mucho más raro o mucho más que una colectiva dedicada a la escultura y a la pintura, pues a lo largo de los días en que permanecerá abierta, intervendrán además, cantantes, bailaores y tocaores como Clara Montes y Abraham Carmona; habrá una Mesa Redonda compuesta por artistas, naturalistas, conservacionistas y profesionales afines.

Esta mesa redonda de la que lamento no tener fotografía, ha contado con las intervenciones de Beltrán de Ceballos, ornitólogo y ex presidente de la Fundación Doñana, Manuel Díaz Cerpa, escultor e investigador, Verónica Álvarez, creativa y emprendedora, moderando el acto Antonio Alcántara, presidente de la Asociación Conservacionista y Naturalista Al-Ándalus, entidad que ha promovido también la realización de una serie de bebederos de barro, pintado por los autores participantes en la muestra.

Los actos seguirán hoy 24, con las performances -dibujando y modelando en directo- el escultor Martín Lagares y el pintor Patricio Hidalgo; y otra última que se llevará a cabo el día 13 de abril, un día antes de la clausura de la exposición, en la que se trasladará a los jardines del entorno una fundición al aire libre donde se verá en directo este proceso, una actuación en la que el público se integra desde el primer momento ante el asombro que supone ver el metal en su estado líquido vertiéndose en los crisoles o moldes, como resultado de las altas temperaturas adquiridas en el horno de la fundición. Mientras esta se realiza, los cantaores Clara Montes y Abraham Carmona acompañarán con sus cantes el “nacimiento” de la nueva obra.

En realidad, asombra todo lo que proponen esta familia de fundidores y artistas, que han llevado a la escultura en bronce a la cera perdida, a algo mucho más lejos que una industria artesanal o al arte industrial propiamente dicho, para convertirse cada uno con su estilo propio, en auténticos maestros en todos los sentidos de esta palabra, incluida la de la divulgación de esta difícil, apasionante y ancestral técnica que realizan participando todos juntos en todas las tareas que esta requiere, en su propio taller, la verdadera Escuela de su arte y de sus vidas.

A José Manuel Díaz, el patriarca de la saga, porque continuará en la tercera generación que ya existe y en las siguientes de las siguientes porque la fundición de los metales –en este caso el bronce y el acero, patinado y el inoxidable, los metales que diseñan, modelan, moldean, pulen, funden y repasan en frío ellos- va también mucho más allá de la forja y de la fragua y porque en cualquier caso y como antes apuntamos para ellos, han sabido también crear Escuela con sus modos de proceder y creaciones. Una renovación de la escultura partiendo de los métodos tradicionales y desde dentro.

Comenzando por el padre, conocido como “El Vichero”, a él se le atribuye el rescate de esta técnica cinco veces milenaria tal y como lo hacían los primitivos humanos (antecesores del homo sapiens, fáber, habilis y lo que somos). Esto es, en horno hecho de barro y paja, con sus crisoles, matrices, aberturas para verter el metal, chimeneas para la extracción del humo de la colada, galerías y espacios interiores, todo ello realizado con sus propias manos –incluso prender el fuego, y utilizando instrumentos rústicos de madera y piedra tallada por él.

Sus hijos –Chiqui, Paco y Juan Daniel- no se quedan a la zaga, sino que han dado el salto en paralelo a su formación en la facultad de Bellas Artes, para hacer de esta difícil técnica (en la que hay que controlar el tiempo, la temperatura, las dimensiones de las piezas, las formas y estructuras que las componen, ...), y lograr hacer sus propias creaciones, controlando juntos todos los pasos desde los primeros a los últimos de la escultura, llegando hasta los últimos de la fundición.

Lo habitual entre los escultores –modeladores y talladores- como los que conviven en esta exposición –Martín Lagares y Javier Ayarza- sean también sus propios fundiciones como son “los Díaz”, la troupe, el clan, la gran familia de estos autores que deben modelar y tallar, dibujar, cortar, laminar, incluso diseñar los instrumento -y las piezas- para que el resultado sea el que quieren.

Lo habitual también en pintura es hacerlo con óleos, acrílicos o con las técnicas mixtas más inverosímiles. Lo raro es que estas se hagan en directo, ante el público, en la vorágine de una fiesta flamenca como hace bastantes veces Patricio Hidalgo, o plasme sus paisajes, figuraciones y abstracciones sobre aluminio, como hace Fernando Rodríguez, o evolucione tanto su estilo y además lo aplique en madera, como en la actuales representaciones de su serie “Ciudades en el tiempo” lo hace Paco Naranjo.

Para Chiqui Díaz, quien ha reunido a todos, esta exposición supone una nueva etapa en su vida y creación artística, aunque le va a costar trabajo dejar su animalario, todos sus guepardos, escarabajos, caracoles, lagartijas, mariposas, águilas, ánsares, libélulas, espátulas, gorriones -y toda la serie figurativa que nos ha ido dejando en monumentos y retratos alegóricos- como la representación de la localidad de Salteras, el primer beso, sus esferas donde se refleja el mundo exterior/nos reflejamos. Representaciones figurativas estas últimas donde ya empezó a “romper los muros”, esos que se nos imponen o nos ponemos por tantas causas y que tantas connotaciones tiene en relación con las fronteras, segregacionismos, y el ser nosotros mismos con la valentía que da la sinceridad. Los “Muros” de Chiqui en esta exposición son sinónimos de libertad creativa y personal. Unos muros que se derriban para integrarnos entre todos y con la Naturaleza de la que formamos parte y somos.

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