La XXI Bienal de flamenco de Sevilla transcurre durante todo este mes de agosto con un ciclo que responde al espíritu inquieto, subversivo e irreverente del arte contemporáneo. No en vano se trata de una serie de propuestas donde el flamenco se convierte en fuente de experimentación. ‘Flamenco is not a crime’, el espectáculo que se representó el pasado sábado día 22 en el Monasterio de San Jerónimo del grupo Los Volubles, es un claro ejemplo.
Se trata de una propuesta que sus creadores, los hermanos Pedro y Benito Jiménez definen como “Live Cinema”, o lo que es lo mismo, “cine en vivo”. Consiste en una suerte de montaje audiovisual que, aunque parte de un material grabado, se conforma, al igual que ocurre con los recitales en directo, como un espectáculo único ya que las proyecciones se combinan en directo, junto con la música, de forma improvisada, respondiendo a la inmediatez, el ritmo y el ambiente al que va dirigido. Además, el montaje incluye en cada actuación piezas nuevas, de manera que podría contemplarse como un espectáculo nuevo, aunque ya fue estrenado en 2019 el festival flamenco de Nimes. Hablamos de todo ello con Pedro Jimenez.
Vosotros comenzáisteis como fundadores, en vuestro pueblo El Viso del Alcor de Zemos98, un festival de cortos experimentales que se ha ido decantando por el arte contemporáneo.
Antes de eso hubo otro festival de música indie que se hizo en El Viso del 93 al 97, gracias a la radio del pueblo, que hizo un labor importante de fomento de la cultura. Zemos surgió de las cenizas de ese festival, y poco a poco fue derivando hacia el terreno del arte contemporáneo.
¿Mostrábais ya en aquella época interés por el flamenco?
Mi hermano y yo siempre contamos que cuando íbamos en autobús desde nuestro pueblo, El Viso del Alcor, a Sevilla donde estábamos estudiando, íbamos escuchando con nuestros cascos la música electrónica propia de aquella época (mediados de los 90) mientras que en la radio del vehículo sonaba a toda pastilla Radio Olé. Y luego tuvimos la oportunidad de conocer la discotequeca flamenca de la radio de El Viso, que es maravillosa".
¿Cómo surge la idea de este espectáculo?
"Nosotros ya veníamos trabajando desde hacía tiempo en torno al flamenco con el Niño de Elche, Raúl Cantizano y Santi Berber, con los que hicimos un espectáculo para el festival Sonar de Barcelona, pero en realidad este montaje en concreto fue un encargo de Chema Blanco, el director de festival flamenco de Nimes. Él quería contar con nosotros para inaugurar la edición del año pasado y nos pidió que diéramos un paso más en la experimentación del flamenco, que hasta entonces, aunque había estado siempre presente en nuestros espectáculos, no constituía el núcleo central".
Pues lo de mezclar el flamenco con la música electrónica no debe ser nada fácil
"Bueno nosotros, a fuerza de escuchar flamenco, nos dimos cuenta de que podía haber una relación entre esa revolución musical que se estaba dando en ese momento con la música electrónica y los sonidos de las voces flamencas. Sobre todo en los cantes sin acompañamiento de guitarra. Por eso en este espectáculo recurrimos a los palos que, como las tonás, cantan a palo seco figuras que forman parte del patrimonio del cante flamenco, como La Paquera, Tía Anica la Piriñaca, Juan Talega, Chocolate, El Torta, Menese, o incluso Camarón, cuya voz aparece en off en algunos momentos. Aunque también contamos con una representación del cante actual con cantaores como El Niño de Elche, cuya voz también aparece en off, y cantaoras como Mª José Llergo, que es una artista cordobesa que también coquetea con las músicas urbanas.
En vuesto espectáculo os atrevéis también con la remezcla del hip hop e incluso el conocido reguetón de la gasolina de Daddy Yankee. Y con ello, contra todo pronóstico, conseguís un producto sensorial muy potente, con un ritmo frenético que incita al espectador a mover el esqueleto. Pero la pandemia marca sus férreas normas, que por supuesto la Bienal cumple a rigurosamente, y el público se tuvo que conformar con bailar como “La Chana”, sin moverse de sus asientos.
"Si, la verdad es que para nosotros fue un poco extraño porque estamos acostumbrados a que el público baile y salte a compás del montaje. Ten en cuenta que el lema de la obra, que aparece en inglés en la pantalla, es "luchamos juntos, bailamos juntos". En ese sentido tuvimos que replantearnos las mezclas y marcar más el ritmo. No sé si lo logramos".
Pues tras ver la respuesta del público, que agotó el aforo y no paró de moverse en sus asientos y acompañar con sus palmas, yo diría que lo conseguísteis. Claro que contais con un material de archivo de baile maravilloso, como la pieza de La Chana bailando sentada, cuya fugacidad contrasta con la fuerza y la pasión que ella imprime a su baile. Y no es la única bailaora mítica que nos muestra el audiovisual
"No claro. De hecho esa es nuestra aportación al movimiento del Live Cinema, que no es un movimiento nuevo. Hacer remezclas en directo es algo que se viene haciendo desde hace tiempo, sobre todo en el marco de algunas discotecas. Las de Ibiza cultivan mucho este género. Pero por lo general son espectáculos en los que las imágenes van en función de potenciar el ritmo de la música para incitar al baile. En nuestro caso, nos distinguimos porque, además, incorporamos un amplio material de archivo. Así, en este montaje aparecen los pies de Carmen Maya y el baile de Sara Lezana, en dos fragmentos de la mítica película dirigida por Francisco Rovira, ‘Los Tarantos’; el poderío de Manuela Vargas, en la película de 'España otra vez', y el zapateado más famoso del cine español, a cargo de Carmen Albeniz en la película de García Pelayo, 'Manuela'. Y Sacamos también algunas piezas de intérpretes del baile más actuales que, como Israel Galván o Patricia Guerrero, han aportado una forma de baile que conecta con nuestro espíritu contestatario y activista.
Un sello que, curiosamente, podría resumirse en la imagen que aparece más adelante de Farruco, cuyo baile desprende un desplante cargado de poderío y rebeldía. Aunque su arte se dirige directamente a las tripas del público mientras que en el vuestro la provocación tiene que ver con una de las funciones sociales del arte: zarandear las consciencias para favorecer el espíritu crítico. Y para ello no dudáis incluso en meteros con algo tan sagrado en Sevilla como el Pregón de la Semana Santa.
"Partimos de la idea de que la cultura es libre y el pregón que sacamos, de Alberto García Reyes, se editó en DVD. En ese sentido nos sentimos libres para usarlo sin pedir permiso. Además que nosotros no ocultamos nuestro activismo y nuestras ideas políticas. De hecho creemos que las prmeras reves eran algo contestario y subversivo. Hay que tener en cuenta que existe una ley en Inglaterra que prohibe las concentraciones de gente al aire libre que escuchen música repetitiva. Toda esa intención subersiva yo creo que se vuelca en el espectáculo de forma, no sé si clara, pero sí explícita, aunque también nos gusta jugar con la ambivalencia para que sea el espectador el que acabe de contruir el discurso.
Un discurso que en cualquier caso difiere bastante de lo que suele ser el flamenco tradicional ¿habéis tenido a ese respecto manifestaciones de rechazo por parte de los artistas o la crítica flamenca?
Pues la verdad es que no. A los flamencos les parece raro lo que hacemos, pero como sacamos mucho material de archivo de los artistas clásicos, que son figuras muy reconocidas en el universo flamenco, pues incluso nos valoran positivamente. Y con respecto a la crítica, la verdad es que los críticos de flamenco no suelen venir a nuestros espectáculos, y no nos parece extraño teniendo en cuenta que, en realidad, nuestro producto no tiene que ver con los recitales de cante o baile en directo que ellos suelen criticar. Por otra parte, te diré que tenemos menos problemas en acceder a los circuitos de los festivales flamencos que a los de música electrónica, que aunque parezca mentira son mucho más puristas.