María Moreno triunfó ayer en la Bienal de Flamenco con el estreno de su última propuesta, cuyo título en inglés alude a un juego de palabras con su nombre, además de dejar entrever su intención de seguir creciendo como artista.
Para ello la joven bailaora gaditana ha optado por dejarse dirigir por Rafael R. Villalobos quien, aunque sumamente reconocido en el mundillo de la Ópera, nunca había trabajado con el flamenco. Al igual que el diseñador Palomo Spain, que se encarga del vestuario, y todo lo contrario que los músicos, los guitarristas Oscar Lago y Juan Requena, el percusionista Roberto Jaén y los cantaores Pepe De Pura e Ismael De La Rosa. Un soberbio elenco que arrancó más de un olé del respetable.
Rafael R. Villalobos parece regirse por el principio de menos es más. Así, con solo algunos elementos de atrezzo y mobiliario (sillas, barreño, cajón flamenco...) y una gran pantalla al fondo, recrea una exquisita puesta en escena que se centra en la composición escénica mediante la colocación de los músicos y la bailaora en diferentes zonas del escenario, dando prioridad a las esquinas, y conformando diferentes planos en complicidad con la iluminación, con la que Antonio Valiente perfila una atmósfera intimista y cálida, incluso en los momentos en que, como la escena del tanguillo, se torna diáfana.
El vestuario de Palomo Spain contrasta con esa aparente sencillez de la puesta en escena, intercalando los vistosos batines, blanco y negro que María viste al principio y al final del espectáculo, con una barroca bata de cola blanca con grandes flores, una conjunto de blusa y falda canastera en tonos granate y un pantalón de patas elefante que se aleja de la estética flamenca.
Se trata, sin duda, de un llamativo vestuario, aunque no acaba de lograr que el cuerpo de María brille como se merece. Claro que tampoco es necesario, porque con lo que María se luce, y aquí lo hace por todo lo grande, es con la velocidad y el virtuosismo de su taconeo, su poderío técnico y la gracia de sus quiebros y remates por bulerías, por tarantas, alegrías y tangos, un palo que bailó sentanda en un cajón, simulando la complejidad y la alegría de un ensayo que guarda la ilusión de poder seguir creando en estos aciagos tiempos de pandemia. El público disfrutó de lo lindo con esta escena, en la que Villalobos consigue romper la diégesis sin la más mínima brusquedad gracias a Roberto Jaén, que se atreve a rapear un tanguillo de Cádiz que alude a la Bienal con delicioso humor gaditano. Y todavía quedaba la soleá, con la que María da rienda suelta a ese baile suyo que recoge el antes y el ahora del flamenco con una fuerza técnica y una entrega emocional, que nos encogió el alma y nos puso en pie al término del espectáculo.
Obra: More (No) More
Lugar: Teatro Central/Bienal de flamenco, 18 de septiembre
Dirección, coreografía y baile: María Moreno
Cante: Pepe De Pura, Ismael De La Rosa,
Dirección artística y espacio escénico: Rafael R. Villalobos
Música: Oscar Lago, Juan Requena, Rafael Riqueni
Guitarra: Oscar Lago, Juan Requena
Percusión: Roberto Jaén
Vestuario: Palomo Spain
Calificación: 4 estrellas