Mil y una tareas más allá del préstamo de libros

Bibliotecarios. El suyo es un oficio apasionante pero a menudo invisible, más prolijo de lo que parece a simple vista, y que exige especialización

02 mar 2017 / 13:05 h - Actualizado: 02 mar 2017 / 13:07 h.
"Libros","Donde habita el conocimiento"
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Aunque asumen que en su sector hay mucho intrusismo, los bibliotecarios quieren dejar algo claro: el suyo es un trabajo que requiere especialización, y que se estudia en una carrera llamada antes Biblioteconomía y ahora Información y Documentación, con facultad en Granada para más señas. ¿Una carrera solo para rellenar fichas y prestar libros?, se preguntará alguno. Veamos en qué consisten sus tareas.

De entrada, Ana Asencio, de la biblioteca pública Pedro Laín Entralgo de Dos Hermanas, subraya que «es necesario diferenciar las categorías laborales, pues nada tiene que ver el trabajo de un bibliotecario con el de un auxiliar de biblioteca, ni la formación, aunque se desconozca para la mayoría y todos parezcan bibliotecarios, a veces hasta el conserje», dice.

El bibliotecario se encarga, para empezar, de la selección y adquisición de todos los documentos que posteriormente estarán disponibles para préstamo. Dicha selección es objetiva, y debe atender a cuatro principios: universalidad de la información, imparcialidad, diversidad de contenido, calidad y actualidad. «Haces que el usuario tenga un gran abanico de opciones de lectura, que quizás sin la ayuda de la biblioteca sería difícil llegasen a conocer», añade Asencio.

Una vez tenemos lo esencial, es decir, libros, no es menos importante la gestión de la propia biblioteca. Este apartado incluye el tratamiento técnico de cada libro –registro, sellado, catalogación, colocación en su correspondiente espacio–, así como el dar cauce a las peticiones o desideratas de los usuarios. También es conveniente, cuando el tiempo y las energías lo permiten, promocionar los libros a través de una correcta exposición de las novedades o los títulos que se desea destacar, el anuncio en tablones o la publicación de boletines de novedades, por poner algunos ejemplos. Olga Cuadrado, de la biblioteca especializada en temas del Mediterráneo de la Fundación Tres Culturas, explica que en su caso «anunciamos cada lunes en redes sociales, a modo de recomendación especial, el Libro de la Semana», comenta.

Cuadrado asegura también que las bibliotecas han asimilado en los últimos tiempos una nueva dimensión social de la atención al usuario, que va desde la alfabetización a la ayuda en búsquedas de información. «Aunque la nuestra es una biblioteca especializada, podemos tener a alguien que prepara su tesis junto a un usuario sin estudios, o incluso gente que está empezando a leer, aunque lo normal es remitirlos a las bibliotecas de sus respectivos distritos o pueblos. Por otro lado, ayudamos igual a quien quiere escribir su currículum como a quien no sabe buscar un libro en el catálogo on line».

En este sentido, los bibliotecarios invitan a no olvidar que «no todo está en Google, ni siquiera en internet. Y no todo el mundo sabe buscar. En este sentido, ayudamos a discernir qué es información primaria y qué no, porque en las redes a menudo se comparten barbaridades», agrega Cuadrado.

Por otro lado, la preocupación por el descenso de usuarios de bibliotecas ha obligado en los últimos tiempos a sus responsables a multiplicar su inventiva para hacer de estos espacios algo vivo y en constante movimiento. Fundamental ha sido en este sentido la dinamización a través de clubes de lectura –«una herramienta poderosa para atraer al público, porque si la colección no se mueve y coge polvo, se muere», afirman–, presentaciones de libros y actividades infantiles, ya que «los más pequeños hacen que vengan también los padres».

Tampoco se puede olvidar, en el caso de bibliotecas como la de Dos Hermanas, su labor de difusión de la colección local –de historia local– y su fototeca, que implica la digitalización de numerosos documentos. «De una forma muy visual, contribuyes a que la historia de aquí no se pierda. Es una forma entretenida y divertida de conocer la historia de la localidad mediante imágenes», apunta Ana Asencio.

Asimismo, las bibliotecas participan en eventos como el Día del Libro y la Feria del Libro, y en el caso de Tres Culturas incluso con varias ferias del libro de Marruecos y festivales como el de Agüimes, Granada Noir o el Hay Festival de Segovia. El año pasado, además, la fundación creó su propio evento bienal, el Tres Festival de Granada.

A todo esto se suma el trabajo en red que se desarrolla con otras bibliotecas, ya sean las andaluzas –con carnet único para todos los usuarios– o las especializadas, que poseen su propia red IDEA, una plataforma de gestión compartida. Las tareas se completan con la realización de estadísticas, memorias anuales, expurgos, etc, así como aquellas que responden a la necesidad de una formación continua a través de congresos y publicaciones, ya que el sector no para de renovarse.