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E.P
Se llamaba Javier Martínez Reverte, pero se hizo popular firmando con su segundo apellido. Periodista y escritor de los que se pateaba el país y el mundo para confirmar una noticia o para elaborar un reportaje tirando del hilo que Ariadna hubiera dejado por un mito, una declaración histórica u otra novela, el escritor nacido en Madrid en 1944 ha fallecido esta mañana, según confirmó su propia familia a la agencia Efe y ha anunciado el propio ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, en su propio Twitter. “Nos queda su obra, su excelente literatura de viajes, aquella trilogía maravillosa sobre África... Mi pésame a su familia y amigos. DEP”, ha escrito el ministro, uno de sus muchísimos admiradores en las últimas décadas, sobre todo después de cosechar un gran éxito de ventas con esa trilogía que formaron El sueño de África, Vagabundo en África y Los caminos perdidos de África, entre 1998 y 2002, lo que permitió a Reverte escribir solo colaboraciones puntuales en prensa y dedicarse a su sueño de ser escritor a tiempo completo. Hasta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mostrado sus condolencias.
Otro éxito fue la Trilogía de Centroamérica, formada por tres novelas cuyas tramas transcurren en Nicaragua, Guatemala y Honduras. De Grecia trajo otro libro inolvidable, Corazón de Ulises. Con Suite italiana, nos hizo viajar a Venecia, Trieste o Lampedusa.
Hasta entonces, Reverte, que ha escrito más de veinte libros de viajes –es un pionero del género en nuestro país, una decena de novelas, memorias y hasta poemarios- había ejercido el periodismo como corresponsal en Londres, Lisboa y París, además de haber sido enviado especial a otros países. También hizo apariciones en el programa En Portada, de TVE.
Reverte, que nos deja a sus 76 años, era sobre todo un invitador a la lectura y a viajar. “Viajar es descubrir que todo el mundo se equivoca”, solía decir, citando a Huxley. Fue miembro fundador de la Sociedad Geográfica Española. Su último viaje ha sido a Turquía, para preparar la que iba a ser su última obra. Tras ser incinerado, sus cenizas reposarán donde era su deseo: Valsaín (Segovia). Descanse en paz.