Murillo sale a las calles de Sevilla por primavera

Cinco actividades que combinan calle, espacios destacados de la ciudad y mucho aire popular se hacen cargo de la celebración de la efeméride hasta las exposiciones de otoño

02 may 2018 / 16:11 h - Actualizado: 02 may 2018 / 22:44 h.
"Cultura","Año Murillo"
  • Antonio Muñoz e Isabel Ojeda, junto a los artífices y responsables de las actividades de primavera del Año Murillo. / El Correo
    Antonio Muñoz e Isabel Ojeda, junto a los artífices y responsables de las actividades de primavera del Año Murillo. / El Correo

Quien viviendo en esta tierra llegue al 31 de diciembre próximo sin saber quién era Murillo, cómo era la Sevilla de su tiempo, qué se comía, qué se cantaba y demás perejiles ya puede felicitar al arquitecto que le haya hecho el búnker: no bien han terminado las principales exposiciones y demás citas programadas durante el invierno con ocasión del 400 aniversario del nacimiento del artista sevillano cuando llegan las actividades de primavera. Que, por ser los paisanos –y sus gobernantes– tan partidarios de no hacer nada bajo techo pudiendo evitarlo, tendrán como escenario principalmente la calle y espacios abiertos. La idea la clavó este miércoles el responsable municipal de Cultura, Antonio Muñoz, cuando se fue a la Plaza del Cabildo con la directora de Cultura, Isabel Ojeda, y todos los participantes en el invento para presentar el calendario y el contenido de lo que viene de aquí a finales de verano: «Que Sevilla huela a Murillo. Que haya una programación extensa, amplia, y que cuando uno llegue a Sevilla, más allá del disfrute habitual de sus gentes, se note que esta ciudad está de fiesta, está celebrando, está reivindicando la figura de uno de sus hijos ilustres». Fiesta y Sevilla: señoría, no hay más preguntas.

Van a ser cinco atracciones murillescas las que cumplan con este cometido en la faceta más popular y cercana de la conmemoración de la efeméride. La primera comienza ya este sábado próximo y se titula Tras las huellas de Murillo. Es una idea de Arcadiantiqua, que contempla distintos escenarios de la ciudad y que está comisariada por la periodista Eva Díaz Pérez. Consiste, como explicó esta, en «rescatar y recrear la Sevilla de Ultramar, es decir, la importancia que tenía América en esa Sevilla del pintor. Vamos a pasear con Murillo, vamos a escuchar las músicas de la época de Murillo, vamos a recordar, el paseante se convierte en un viajero en el tiempo, y vamos a recorrer lugares emblemáticos».

Gratia Plena es otra de las actividades, dirigida en este caso por Rafael Villalobos. Una especie de auto sacramental o, como explicó Muñoz, «auto desacralizado», que combina textos clásicos y nuevos con música sacra y electrónica. Tirando de palabreo cultureta, se trata, dice el folleto, de ir «refundiendo el imaginario plástico barroco desde una perspectiva contemporánea y desacralizada». O sea, lo dicho. El fondo de todo esto es el dogma inmaculista, ese Sin pecado concebida que está en las entrañas de toda la producción pictórica religiosa de Bartolomé Esteban Murillo. Esto será en la calle Santiago, en el antiguo convento de Santa María de los Reyes.

De allí a los jardines del convento de Santa Clara, junto a la Torre de Don Fadrique, escenario de Los niños de Murillo, de José María Roca y organizado por la compañía Imperdible. Esto es, así dicho de golpe: danza, arte en vivo y mapping en directo. Lo que se quiere aquí es mostrar el lado más entrañable y canalla, el de los «pilluelos harapientos y piojosos», como se explica en el programa, «que se reparten un melón robado, juegan a los dados o comparten almuerzo en aquella Sevilla. Un universo mágico que cobrará vida».

Atención a un espectáculo especialmente delicioso que contará con la actriz sevillana Eloína Marcos (Bandolera, El Príncipe, Allí abajo), quien también estuvo presente en la Plaza del Cabildo para adelantar –cantando– parte del contenido de esta idea de Viento Sur Teatro: Romances de las niñas de Murillo. Es exactamente eso: una pieza teatral para todos los públicos sobre la vida de Murillo, que mediante la música y los instrumentos del siglo XVI va contando aquel tiempo mediante romances, cantares populares e historias de los chiquillos que jugaban por las plazoletas de aquella Sevilla que oscilaba entre la grandeza de su sueño de universalidad y poder y la miseria colateral que ese tipo de derroches suelen atraer y dejar a su paso. Bajo la dirección de Maite Lozano y Javier Ros (responsable además de la dramaturgia), son 60 minutos de ensueño que lo mismo se podrán vivir en el Antiquarium que en los centros cívicos.

La quinta pata de este banco son las ya conocidas visitas nocturnas teatralizadas en el Alcázar, con textos de Alfonso Zurro en un espectáculo dirigido por Juan Motilla e interpretado por la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla, en otra peculiar visión de un viaje en el tiempo, que es lo que se pretende con este lote de acciones primaverales.

Que nadie se piense que acaba ahí el Año Murillo. La directora de Cultura del Ayuntamiento, Isabel Ojeda, se apresuró a aclarar en la presentación que «toda esta programación que va a abarcar todo el verano dará luego paso a las exposiciones que se incorporarán en el otoño, que será la Antológica del Bellas Artes y la que estamos preparando de Materialismo, Charitas y Populismos con Pedro G. Romero en Santa Clara y otros cuatro espacios más de la ciudad. Y luego también tendremos un ciclo de música para cerrar el Año Murillo, La Europa de Murillo, que tendrá lugar en el Espacio Turina». Pues eso: que felicidades al autor del búnker, si uno pasa por 2018 sin enterarse de nada de esto. No se podrá echar en cara a la autoridad y a los artistas de Sevilla la falta de empeño.

Cuándo y dónde

Tras las huellas de Murillo se podrá disfrutar todos los fines de semana de mayo. Los sábados, los pases serán los siguientes: Plaza de la Contratación (11 y 13 horas), Casa de la Moneda (11.30 y 13.30) y Plaza del Cabildo (12 y 14). Los domingos, en la Plaza de la Contratación (11.30 y 13.30), Casa de la Moneda (12 y 14) y Hospital de la Caridad (12.30 y 14.30). Siempre con entrada libre; en el caso del hospital de la Caridad, hasta completar aforo.

El auto sacramental fusión Gratia Plena se desarrollará en el número 33 de la calle Santiago del 30 de mayo al 3 de junio próximos, durará 70 minutos y tendrá un precio de 18 euros por cabeza, aunque habrá también una entrada reducida de 10 euros para mayores de 65 años, parados y estudiantes debidamente acreditados.

Quienes quieran ver esa mezcla de mapping y de arte en vivo llamada Los niños de Murillo tiene que ir al Convento de Santa Clara. Será de miércoles a sábado, desde el 6 de junio hasta el 28 de julio. Los miércoles y jueves, a las 22 horas, con la fresquita; los viernes y sábados, a las 22.30 y a las 23.30. Dura 30 minutos y tiene un precio de 6 euros la entrada (hay descuento a grupos).

Quienes no tendrán que pagar nada serán los que acudan a vivir esos Romances de la niñas de Murillo que se estrenan el 28 de septiembre en el Antiquarium y que irán girando por los centros cívicos, de lo cual se irá dando cumplida cuenta en estas páginas. Historias moriscas, de guerras fronterizas, de amores lejanos, de cuentos andaluces...

En cuanto a las visitas nocturnas teatralizadas, este retroceso en el tiempo hasta distintas épocas del pasado de Sevilla tiene una entrada única de 14 euros.

Se mantiene como está

El consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, informó este miércoles en comisión parlamentaria de que la exposición Murillo y los Capuchinos de Sevilla ha sido visitada por un total de 267.767 personas desde su inauguración el pasado 28 de noviembre hasta su clausura el domingo 1 de abril, con lo que se convierte no solo en la muestra más visitada de la historia del Museo de Bellas Artes de Sevilla (doblando las 132.292 visitas de la Colección Casa de Alba de 2009), sino en una de las más vistas de las celebradas en la ciudad de Sevilla. Vázquez comentó que debido al gran éxito de la exposición, el Museo de Bellas Artes va a mantener la práctica totalidad del conjunto pictórico en su actual museografía, a excepción de tres lienzos que han de volver a sus centros de procedencia: El ángel de la guarda, que regresa a la Catedral de Sevilla; San Miguel Arcángel, que vuelve al Kunsthistorisches Museum de Viena; y La Santa Faz, que regresa al Ashmolean Museum de Oxford. De esta forma, coincidirá con la exposición antológica Murillo y Sevilla en la que ya está trabajando el Museo de Bellas Artes de Sevilla y que se inaugurará el 29 de noviembre.