Ni danza, ni circo, ni teatro, sino todo lo contrario

Phia Ménard presentó este fin de semana en el Teatro Central su última propuesta, una perfomance impregnada de ritualidad que denuncia los excesos del neolibarismo

19 mar 2023 / 14:32 h - Actualizado: 19 mar 2023 / 14:34 h.
  •  Ni danza, ni circo, ni teatro, sino todo lo contrario

Un escenario donde una mujer, simbólicamente ataviada como una guerrera de otros tiempos, pasea por el escenario alrededor de un suelo cubierto de cartones ensamblados. Es el comienzo de esta obra, una trilogía que reúne lo que su autora, Phia Ménard, describe como tres cuentos modernos para un mundo en crisis que supone una demoledora crítica al neolibarismo y sus excesos, tanto con la economía como con el medio ambiente.

La primera parte de la trilogía, Maison Mère vuelca su mirada en Atenas, la madre de nuestra cultura occidental, y se centra en denunciar los desastres medioambientales que nos llevarán, al igual que a la gran polis griega, a la destrucción de todo lo que hemos construido. Así, toda esta pieza gira en torno a un edificio de cartón que el personaje de la guerrera se empeña en construir, con un gran esfuerzo y voluntad. Pero en un momento dado una gran masa de agua en forma de lluvia la destruye, en mucho menos tiempo de lo que ha tardado en construirla. Se trata, sin duda de una pieza experimental poseedora de una brutal carga crítica que, aunque por su duración pone a prueba la paciencia del espectador, posee una gran potencia visual, sobre todo en el momento de la lluvia, que nos brinda algunas imágenes sumamente hermosas.

La segunda pieza, Temple Père, se centra en la construcción de una suerte de Torre de Babel, que según la autora refleja el poder del patriarcado y el neoliberalismo. Esta pieza se dirime como una suerte de ritual sadomasoquista protagonizado por una diosa contemporánea, cuya interpretación, a cargo de la genial cantante islandesa Inga Huld Hakonardottir, envuelve la atmósfera en un ambiente hipnótico y cautivador, junto a la fantástica iluminación de Eric Soyer y el continuo ir y venir de los cuatro personajes que, a la manera de esclavos, se entregan a la construcción de la torre en una suerte de carrera con el tiempo que reta los límites de la gravedad y nos recuerda el origen circense de Ménard.

En la última pieza, La Rencontre Interdite , vemos de nuevo a la guerrera, que no es otra que la propia Phia Ménard. Está desnuda y se desliza sigilosamente por la torre. Una vez en el suelo se encuentra con un gran telón de plástico con el que ella se enfrenta, reivindicando así nuestra capacidad de rebeldía y resiliencia.

Se trata, sin duda, de un interesante trabajo perfomativo, una gran producción que no puede calificase dentro de un género concreto. No es danza, ni circo, ni teatro, aunque recoge la capacidad sugestiva, el desafío y el espíritu crítico de todos esos géneros. Lástima que, dada su excesiva duración, acabe resultando un tanto reiterativo y cansino.

Obra: La Trilogie des Contes Immoraux (pour Europe) - Partie 1: Maison Mère - Partie 2: Temple Père - Partie 3: La Rencontre Interdite

Lugar: Teatro Central 18 de marzo

Compañía: Compagnie Non Nova

Idea original, dramaturgia y dirección: Phia Ménard

Dramaturgia: Jonathan Drillet

Dramaturgia y dirección de escena: «Maison Mère» Phia Ménard y Jean-Luc Beaujault

Música: Ivan Roussel

Iluminación: Eric Soyer asistido por Gwendal Malard

Vestuario: Fabrice Ilia Leroy asistido por Yolène Guais

Creación y performance: Fanny Alvarez, Rémy Balagué, Inga Huld Hákonardóttir, Erwan Ha Kyoon Larcher, Elise Legros, Fragan Gehlker, Phia Ménard

Calificación: ***