Cuando hace unos meses casi toda España quedó paralizada por la crisis sanitaria del coronavirus, Pastora Soler (Coria del Río, 28 de septiembre de 1978) iba a estrenar su nuevo disco «Sentir». Un disco que no pudo cantar y que ahora sí podrá hacerlo en dos conciertos en directo el 22 y 23 de diciembre en el Teatro de la Maestranza, Sevilla; un sueño para la cantante que, según nos cuenta, vuelve más fuerte y empoderada que nunca tras más de 25 años de carrera musical.
¿Cuál fue su primer trabajo musical, Pastora?
Recuerdo que mis primeros trabajos profesionales en la música fueron cuando saqué mi primer disco de coplas con quince años. Esa primera gira, tener mis primeros ahorritos... la verdad es que era muy pequeña cuando empecé a cantar en Sevilla. Siempre me apuntaba a las galas juveniles y a todo donde pudiese meter cabeza.
Hay un abismo desde ese primer trabajo a su nuevo disco «Sentir».
Totalmente. Hay mucho recorrido, mucho esfuerzo y muchas satisfacciones, además de caídas y resurgimientos. Yo creo que como debe ser cuando hay una carrera de muchos años. No hay más remedio que sea así porque es un trabajo muy complicado y con muchos altibajos, pero también muy vocacional. Para dedicarte a la música, hay que amar mucho esta profesión y tener siempre metas, ilusión y vocación. Si no hay eso, se hace cuesta arriba. Aunque, a pesar de todo, sigue habiendo muchas cosas comunes a cuando empecé. Todavía tengo sueños por cumplir. Me hace ilusión todo. Siempre intento rescatar la ilusión de aquella niña pequeña que empezaba a cantar.
¿Y cómo ha vivido el estreno de este nuevo disco?
Es algo que no hemos vivido nunca por las circunstancias sanitarias. Hace un año paré un par de meses el disco porque di a luz y, cuando justamente iba a arrancar toda la promoción de nuevo y los conciertos, nos confinaron y empezó toda esta situación que todavía nos acompaña. Es muy difícil dar vida a un disco así. Pero, incluso de esta manera, la gente se ha seguido agarrando a la música. De momento, solo he hecho un concierto con el repertorio de este último disco y ha sido súper especial. Quizás una valora más las oportunidades cuando están las cosas difíciles. Para mí va a ser un sueño cantar dos noches en Sevilla, en el Teatro de la Maestranza. Un sitio en el que nunca he cantado después de tantos años y que me hace mucha ilusión, sobre todo, por la oportunidad de cantar este disco en directo... algo insólito hasta hace unos meses, que saqué un disco y no le pude dar vida, pero ahora lo cantaré en directo.
¿Se identifica con sus canciones?
Claro que sí. A lo largo de mi carrera musical, yo he tenido que ir buscando mi identidad como artista, mi sonido, lo que me gustaba, lo que no...porque empecé muy jovencita. Según la edad, he pasado por distintas formas de entender y de querer transmitir lo que quería contar con mis canciones. En los últimos discos sí puedo decir que he encontrado mi sonido y me identifico plenamente con lo que canto.
Su canción “Sentir” lanza un mensaje de empoderamiento: “Rozando el cielo con las manos, anclando en el suelo mis zapatos, vivir sin importarme más con quién...”.
Sí, la verdad es que, en este último disco, aunque hable de una historia de amor y desamor, está siempre ese empoderamiento femenino. Afortunadamente, nosotras ahora sí podemos decir que somos autosuficientes y podemos hacer todo lo que se nos ponga por delante. La situación de la mujer ha cambiado mucho. Yo, de hecho, mi disco lo grabé embarazada, embarazadísima. Recibía y recibo muchos mensajes... pero busqué la fuerza que tenía en mi interior y que tenemos las mujeres para reflejarla en cada una de las canciones del disco.
¿Eres la mujer empoderada y fuerte que retratan sus canciones?
Ahora sí soy esa mujer empoderada y fuerte. Me ha costado, pero creo que, como todo en la vida, es un proceso. La experiencia es la que me ha dado esa seguridad. Ser madre también me dio mucha fuerza y empoderamiento y ahora sí puedo decir cien por cien que soy todo lo que cuento y lo que digo en mis canciones.
¿Cómo ha cambiado el papel de la mujer en la música?
Ha cambiado muchísimo, pero todavía hay mucho por lo que luchar, aunque de cara a la galería se diga que “hemos avanzado”. Al final, las canciones, sobre todo en mi música, siguen hablando de amor y desamor, pese a que rehúyo de las letras machistas que han existido siempre. ¡Fíjate lo que eran las coplas! Que yo las he cantado de pequeña. Ahora cuando me llega una canción, porque no tengo la suerte de ser autora, siempre busco lo que quiero transmitir, pero sigue siendo música romántica, clásica y balada. En otro tipo de música sí que hay mensajes más claros de empoderamiento femenino que con respecto a la mía.
De todo su repertorio, ¿de qué canción guardará mejor recuerdo?
Hay dos canciones que, para mí, son muy especiales y siempre necesitaré cantar: Quédate conmigo de Eurovisión y La mala costumbre, por su mensaje y todo lo que dice.
Los días 22 y 23 actuará en Sevilla, ¿qué significado tiene para usted que su último concierto de 2020 sea en su tierra?
El último y el primero porque, de momento, solo he tenido el gusto de actuar este verano en el teatro romano de Mérida, que es un sitio maravilloso. Pensaba que los dos conciertos en Sevilla no se iban a poder llevar a cabo; de hecho, en principio solo era un concierto, pero hemos tenido que dividirlo en dos para reducir el aforo a la mitad y cumplir con todas las medidas sanitarias para que así la gente esté tranquila y se sienta segura. Para mí es un sueño la verdad. Es un teatro que siempre he visto desde pequeñita y al que siempre he querido llegar. Hace dos años tuve la suerte de cantar en el Auditorio de Rocío Jurado, que también fue un sueño, pero me quedaba el Teatro de la Maestranza. Creo que va a ser muy emocionante porque todo el mundo está un poco necesitado de música y desconexión. Además, personalmente y por mis circunstancias familiares, también va a ser muy emotivo e importante. Estoy haciendo un poco de ejercicio espiritual para estar preparada.
Cantar en un concierto parecía algo inimaginable hace unos meses.
Sí, la verdad es que no me lo creo todavía. De hecho, hasta esta semana no he empezado a publicitar las pocas entradas que quedaban libres, porque al reducir el aforo y reubicar a las personas se han quedado algunos huecos. Es un concierto muy extraordinario por el año que llevamos. Pero afortunadamente sí podré cantar en directo. También hay que tener en cuenta que tenemos un toque de queda y el concierto es a las 8. Por eso me planteo no hacer un concierto muy largo, para permitirle a la gente llegar a sus casas. Podemos hacer conciertos, pero teniendo en mente las medidas. Por lo menos nos vamos a dar un ratito de alegría.
¿Qué escucharemos este martes en su concierto?
En mis conciertos siempre canto un poco de todo: canciones de discos anteriores, versiones... y en este concierto tan extraordinario también habrá una sorpresita.
¿Tiene ganas de subirse al escenario?
Muchísimas ganas. Tantas que tengo que controlarlas. Son dos días seguidos de concierto y tengo que dosificar esa energía.