Quienes estos días se acercan a la Alhambra están disfrutando de una experiencia única, poder pasear por sus estancias y jardines y admirar sus encantos prácticamente en la intimidad, sin aglomeraciones de turistas ni premuras de tiempo. Un privilegio de la gente de Granada y quienes se hayan atrevido a viajar del resto de Andalucía, a quienes quizás podamos añadir gente que haya vivido el confinamiento en la hermosísima ciudad aunque no sean de allí. Pero las fronteras se abrirán en breve y aunque cabe esperar que la prudencia evitará las masificaciones de antes de la pandemia, ese recogimiento que han podido experimentar quienes hayan protagonizado las primeras visitas desaparecerá. La consigna es salvar el turismo, objetivo que a veces parece más relevante que el de la propia salud. El planeta está lejos de superar esta enfermedad, no obstante le abrimos las puertas para salvar el que parece sea el bastión fundamental de nuestra economía. ¿No sería quizás más inteligente y afortunado reinventarse, utilizar esa imaginación que nos distingue de otros seres vivos para buscar otras alternativas que permitan conciliar salud y bienestar social con parámetros más aceptables? De cualquier modo la mal llamada nueva normalidad, si es que existe algo denominado anormalidad, está ya aquí y agentes y programadores culturales no se resisten a poner en marcha eventos y espectáculos que en otras épocas potenciaron aún más la magia del verano. Si se respetan las normas de seguridad y protección, éste también podrá recuperar su magia.

El próximo jueves 25 de junio arranca oficialmente la edición número sesenta y nueve del Festival de Granada, en la que domina con todos los honores la celebración del doscientos cincuenta aniversario del nacimiento de Beethoven, y donde se dará un protagonismo especial al piano. Tras un concierto benéfico extraordinario que se celebrará en la Catedral ese día 25, y en el que a modo de homenaje a las víctimas del coronavirus la Orquesta, Coro y Coro Joven Ciudad de Granada, junto a su director titular Andrea Marcon y voces tan celebradas como las del contratenor Carlos Mena y el barítono Carlos Álvarez interpretarán el Réquiem de Mozart, el festival arranca los primeros días en modo virtual, con una serie de conciertos englobados bajo la marca Digital Granada Festival. La guitarra del internacional Pepe Romero desde el Patio de los Arrayanes, con un programa centrado en la ciudad de la Alhambra, la cantaora Rocío Márquez desde el Patio de la Acequia en el Generalife, Cañizares interpretando obras suyas desde La Casa del Chapiz en el Palacio de Dar al-Bayda, Javier Perianes paladeando a Debussy, Falla y Albéniz desde el Pórtico del Palacio del Partal en el Albaicín, Jordi Savall dialogando entre músicas cristianas, judías y musulmanas alrededor del Mare Nostrum y haciendo acopio de instrumentos tan exóticos como un rebab de finales del siglo XIV o una lira y una viola da gamba italianas de mitad del siglo XV, y Fabio Biondi desde la Fundación Rodríguez Acosta interpretando una sonata y dos partitas de Bach, serán quienes protagonicen del 28 de junio al 7 de julio el lujoso cartel de bienvenida a un festival que no se conforma con ofrecerse de forma virtual, sino que a partir del jueves 9 de julio recupera su formato habitual, aun manteniendo todas las normas de seguridad recomendables y prescritas.

Mucho Beethoven

Será en el Palacio de Carlos V, escenario de las citas más solicitadas, cuando ese día 9 arranque la integral de sinfonías de Beethoven con la Orquesta Ciudad de Granada, auténtico salvavidas del certamen ante la imposibilidad de invitar grandes formaciones extranjeras garantizando su seguridad, haciéndose cargo de la Novena, ofrecida en formato participativo. Dos sesiones con todas las entradas agotadas, al igual que el Réquiem inaugural, que dirigirá Miguel Gómez Martínez y contará con las voces de Raquel Lojendio y Gustavo Peña entre otros. Las sinfonías 2 y 5 ocuparán tan emblemático escenario con la Orquesta Nacional de España y su director principal David Afkham al frente, mientras de las 6 y 8 se encargará la Orquesta de la Comunitat Valenciana dirigida por Thomas Hengelbrock. La número 4 será oficiada por la orquesta granadina dirigida por el legendario pianista Krystian Zimerman, que además tocará (y dirigirá por primera vez) los cinco conciertos beethovenianos en ésta y dos citas más, en lo que constituye uno de los grandes atractivos de esta edición. La Sinfónica de Galicia y Juanjo Mena se encargarán de la Sinfonía nº 7, en un concierto en el que además destaca la interpretación del Concierto para violín a cargo de la joven granadina María Dueñas, toda una revelación al instrumento. La misma orquesta pero bajo la dirección de su actual titular Dima Slobodeniouk completará el ciclo con las sinfonías 1 y 3. Todas se ofrecerán también en los arreglos para piano de Liszt, tal como se hizo en el Maestranza hace dos años y casi con el mismo plantel de pianistas de nuestro país, en el Corral del Carbón. El madrileño Eduardo Fernández, el canario Javier Negrín, el excelente pianista vasco Miguel Ituarte, el granadino Juan Carlos Garvayo y la residente en Nueva York Enriqueta Somarriba son los y la artistas convocadas.

El homenaje al músico de Bonn se completa con el estupendo violonchelista español Adolfo Gutiérrez y el célebre pianista alemán Christopher Park dando vida a sus sonatas en el patio de los Mármoles del Hospital Real el miércoles 15 de julio, el Cuarteto Quiroga con los cuartetos 15 y 16 desde el Patio de los Arrayanes es otra de las citas agotadas, como también lo es al día siguiente, domingo 20 de julio, la del extraordinario pianista alemán de origen ruso y muy comprometido políticamente Igor Levit, que interpretará las tres y prodigiosas últimas sonatas de Beethoven. Y por último la superestrella, avalado por ser el primero en agotar entradas en un tiempo récord, Daniel Barenboim, que aunque veterano en el festival será una de las pocas veces que ofrezca un recital de piano en solitario, con las Variaciones Diabelli, de las que es un consumado e indiscutible especialista, y una mirada distinta e insustituible a la Sonata nº 31, el viernes 24 del mes próximo, a dos días de terminar el festival, en el Palacio de Carlos V por supuesto.

Grandes pianistas

Grandes nombres del instrumento rey se darán también cita en esta edición, empezando por Grigory Sokolov, que el sábado 11 interpretará obras de Mozart así como el Bunte Blätter de Schumann en el Auditorio Manuel de Falla, Elisabeth Leonskaya, que junto a Josep Pons y la Orquesta Nacional de España interpretará el Concierto nº 20 de Mozart. El conjunto además ofrecerá las sinfonías 27 y 40 del compositor de Salzburgo. Martha Argerich, por primera vez en Granada desde hace cuarenta y un años, interpretará junto al violinista Renaud Capuçon, cuyo hermano Gautier está este año en el ojo del huracán por su cotizadísimo caché a pesar de la pandemia, sonatas de Schumann, Prokofiev y por supuesto Beethoven. Igor Levit añade a su recital en solitario otro junto al aclamado tenor inglés Ian Bostridge entonando Winterreise de Schubert; y finalmente el francés Bertrand Chamayou demostrará su magisterio en Liszt, cuyo Años de peregrinaje ha sido muy celebrado, combinado con Preludios de Debussy y Reflejos (Mirroirs) de Ravel. Otros virtuosos, como el violonchelista donostiarra Iagoba Fanlo, que estrenará en el Hospital Real obras de Alfredo Aracil junto a otras de Bach y Britten con las que se interrelacionan, o los cantaores Miguel Poveda celebrando a Lorca desde el Teatro del Generalife y Carmen Linares celebrando cuarenta años de carrera desde el Palacio de los Córdova, con ambos conciertos agotados, además del sorprendente y extravagante Niño de Elche, también se darán cita en esta edición del Festival de Granada.

Sevilla, eje de la música antigua

La aportación sevillana se enmarca dentro de la Música Antigua, con la Accademia del Piacere estrenando Gugurumbé, uno de esos espectáculos tan del gusto de Fahmi Alqhai que combina barroco con flamenco y danza, y en esta ocasión también ritmos africanos, como extensión de la conmemoración de la primera vuelta al Mundo. La soprano Nuria Rial y la cantaora Rocío Márquez participan en el evento. Por otro lado Vandalia, con Rocío de Frutos y Gabriel Díaz entre sus integrantes, recuperarán la Misa de Bomba del compositor granadino Pedro Bermúdez, contextualizándola con obras de Mateo Flecha y Francisco Guerrero, maestros de la polifonía del Siglo de Oro. Será en los conciertos matinales de la Capilla Real y la Iglesia de Santos Justo y Pastor que también acogerán recitales de Lina Tur Bonet y Musica Alchemica, alternando la armonía de Bach con la exuberancia de Biber, o la tradición polifónica inglesa de Tenebrae, que el sábado 11 en el Monasterio de San Jerónimo interpretarán obras antológicas como el Miserere de Allegri o la Misa de Réquiem de Tomás Luis de Victoria. Así se completa un cartel esperanzador y cuando menos milagroso en estos dramáticos tiempos que corren.