Acababa de terminar el verano el año pasado cuando el realizador madrileño Esteban Crespo estrenaba en nuestro país su segundo largometraje Black Beach. La película es un enmarañado y enérgico thriller en el que además de entretener denunciaba la maquinaria totalitaria del régimen del dictador de Guinea-Ecuatorial Teodoro Obiang Nguema. En ella se mostraban las complicidades con el sátrapa de las grandes corporaciones empresariales, los poderes políticos occidentales y de la Organización de las Naciones Unidas.
Esta última se fundó en 1945 con los objetivos de mantener la paz y la seguridad internacionales, brindar asistencia humanitaria a quienes la necesitan, proteger los derechos humanos y defender el derecho internacional.
Objetivos que no se cumplieron cincuenta años más tarde en la denominada Guerra de los Balcanes, 1991-2001. Fueron las Naciones Unidas las que declararon zona segura la región de Srebrenica en 1995. Fue la organización de los cascos azules la que permitió que el general Ratko Mladiæ, Jefe del Estado Mayor del Ejército de la República Srpska (VRS) cometiera uno de los genocidios más doloroso cometido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Miles de bosnios, la mayoría hombres de religión musulmana, murieron masacrados por orden de tan despreciable militar.
La directora bosnia Jasmila Zbanic ya le había puesto cara a las secuelas de tragedia de la Guerra de los Balcanes en Grbavica (2006), y ahora con Quo Vadis, Aida baja su cámara al centro del conflicto, concretamente al día 11 de julio de 1995 y a la tragedia que está por suceder. Para ello se centra en el trabajo de Aida como traductora de la ONU en el campamento de refugiados de Potoèari, situado cerca de la ciudad de Srebrenica y en la pretensión de salvar a su marido y dos hijos jóvenes de la muerte.
Acompañar a Aida en este viaje, supone meterse en una espiral de emociones que van brotando una tras otra hasta dejarnos al borde de la perplejidad, del abatimiento. En el recorrido vamos pasando por fases que pasan de la incredulidad al asombro, de la impotencia, al desconcierto, de la esperanza a la desesperación o sufrimos todas juntas. Mérito de un guión dotado de un ritmo ágil, virtuoso.
Está protagonizada por una mujer, excelente Jasna Djuricic, el ser humano de este mundo preparado y capaz de negociar, pactar, acordar, concertar y ceder. La acompañan decenas de hombres, muy lejos, situados todos al otro lado.
Es una película intensa, enérgica, un grito de dolor que no deja respirar.
Quo Vadis, Aida? ****
Bosnia y Herzogovina, Austria, Rumanía, Alemania, Polonia 2020 110 min.
Dirección Jasmila Zbanic Intérpretes Jasna Djuricic, Izudin Bajrovic, Boris Ler, Dino Bajrovic, Joes Bauers.
Drama