Decía Borges que él siempre había imaginado que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca. Quién sabe si es verdad. En realidad, hay una íntima e histórica relación entre los árboles del Edén y los libros de la Tierra, no solo porque la mítica manzana condujese al conocimiento al ser humano, que en la realidad no ha bebido sino en los libros durante los últimos milenios, sino porque, al fin y al cabo, de los árboles ha procedido el papel sobre el que se ha asentado la soberbia del saber desde aquel infructuoso intento igualmente mítico de alcanzar el cielo con la Torre de Babel que propició, según el mito, la cantidad de idiomas desde los que se mira el mundo. También el mundo se observa desde los libros, que permiten viajar incluso al Paraíso.

Hoy se celebra en España, impulsado por la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil y con el patrocinio del Ministerio de Cultura y Deporte, el Día de la Biblioteca, ese lugar que aspira a concentrar el saber en cada época. Fue esta asociación quien creó la efeméride el 24 de octubre de 1997 para recordar el dolor por la destrucción de la Biblioteca de Sarajevo, incendiada en 1992 durante el conflicto bélico. Aquella biblioteca, que albergaba más de dos millones de volúmenes, incluidos más de 700 manuscritos e incunables, una colección única de libros y publicaciones históricas bosnias, y más de 155.000 rarezas bibliográficas, fue pasto de las llamas en solo unas horas durante la noche del 24 al 25 de agosto de 1992. El edificio que ocupaba databa de 1894, con una preciosa arquitectura que incorporaba elementos de tradición árabe y oriental, pero los nacionalistas radicales lo consideraban una impureza inaceptable que no estaba a la altura de la Gran Serbia del pasado. Sobre los escombros de aquel desaparecido paraíso en forma de biblioteca tocó su violonchelo el músico bosnioherzegovino Vedran Smailovic y sus notas llamaron la atención internacional.

Desde 1997, la asociación Amigos del Libro se ha esforzado por dar a conocer la labor de las bibliotecas, sus servicios, sus recursos profesionales y agradecer y reconocer la labor de los bibliotecarios. La asociación pretende ser la mediadora entre la Biblioteca Pública, la escuela, el hospital, la Universidad, las diferentes administraciones y los ciudadanos, además de reivindicar la figura del bibliotecario como motor cultural en la sociedad, un espacio público del conocimiento, libre y gratuito, que se hace aún más necesario dentro del nuevo entorno digital, porque busca reducir la brecha entre ricos y pobres en información.

La edición de este año, bajo el lema 'Bibliotecas, siempre a tu lado', se centra en destacar el importante papel que juegan las bibliotecas ofreciendo acceso a la cultura, al conocimiento y al entretenimiento en cualquier lugar y circunstancia. Se ha puesto en valor la capacidad que han demostrado las bibliotecas para continuar ofreciendo sus servicios en circunstancias tan complejas como las derivadas de la crisis sanitaria del COVID-19. En este sentido, se reconoce el gran esfuerzo de los bibliotecarios para adaptarse a las nuevas necesidades de los usuarios y continuar sus trabajos incluso desde sus casas.

Este difícil año se ha querido resaltar la gran labor que desempeñan las bibliotecas situadas en el mundo rural o en entornos especiales como hospitales o prisiones, así como todas aquellas iniciativas y servicios de extensión bibliotecaria que se ponen en marcha para acercar los servicios bibliotecarios a cualquier tipo de usuarios, en cualquier circunstancia y en cualquier lugar. Este planteamiento está en línea con el 'Plan de Especial Atención al Mundo Rural' del Consejo de Cooperación Bibliotecaria, que constituye una de las medidas enmarcadas en el objetivo general de fomentar la participación y la ciudadanía crítica del III Plan Estratégico 2019-2023.

Desde Santander

El acto principal se ha celebrado este año la víspera del día en cuestión, en la Biblioteca Central de Cantabria de Santander, con la participación en sendas mesas redondas de la directora general del Libro y Fomento de la Lectura, María José Gálvez Salvador. El ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodrígue Uribes, no pudo finalmente asistir por estar defendiendo un proyecto de ley.