Ser editor, entre la filantropía y el recibo de la luz

Poesía y economía. Proliferan en Sevilla las nuevas editoriales que empiezan con pasión y buscan el éxito para quedarse

17 may 2017 / 18:06 h - Actualizado: 18 may 2017 / 11:53 h.
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Ser editor puede significar obtener un extraordinario plus de felicidad. Al fin y al cabo, es una dedicación que conlleva dos satisfacciones radicalmente humanas; ser quien mueve los hilos y recibir una continua gratificación por parte de escritores y lectores. En todo caso nadie se hace editor por casualidad; como ninguno se abre camino con la idea de empapelar su casa con billetes. «El romanticismo tiene que ir de la mano de la visión comercial», dice Cecilia Ojeda, de Maclein & Parker. Unos y otros editores (sevillanos; aunque probablemente daría igual que fueran murcianos o gerundenses) coinciden en que la edición es un trabajo de largo recorrido. En ocasiones el camino es tan largo que la compaginación con otras tareas es fundamental.

La competencia no es pequeña. Además, es inalcanzable. Zacarías Lara, de Barrett, reconoce que nunca se podrá adelantar en precio a las grandes compañías, «capaces de editar ediciones de bolsillo de obras que venden miles de ejemplares». Por eso las pequeñas compiten en la presentación; y en la originalidad de las obras editadas. Al fin y al cabo, los libros hoy son un fetichismo más, como los discos de vinilo o las cassettes que, no casualmente, están resucitando.

Maclein & Parker y Barrett, pero también Padilla, Triskel, En Huida, Algaida, la emblemática Renacimiento, La Isla de Siltolá, Alfar, El Rancho y Autores Premiados representan un buen número de editoriales cien por cien sevillanas. Luego, a la hora de ver el vaso medio lleno o medio vacío, hay opiniones diversas. Jesús Moracho, de Autores Premiados, prefiere apuntar alto y para sí mismos; «de las editoriales de Sevilla actuales somos de los que más lejos está llegando, con unas cifras de facturación actuales en Ferias del Libro de Andalucía similares a la editorial Almuzara», dice.

Y dado que la distribución por encima de las fronteras de Despeñaperros constituye uno de los escollos más difíciles a solventar, parte del éxito de las editoriales pequeñas corre de la mano del buen entendimiento con el librero; otra especie no en extinción pero que no lo tiene fácil y que se está reinventando en la ciudad con espacios como Caótica, La Fuga Librerías, Casa Tomada, Un gato en bicicleta, Rayuela, etc... Librerías en las que los que se abren camino tienen senderos más amplios –estanterías, menos literariamente– que los títulos de las grandes mayors de la edición en España. Porque, lo que puede comenzar siendo una afición de cierto coste, acabará derivando, si se quiere ser tenido en cuenta, en una empresa más o menos oficiosa. Al final, y con toda la lírica que se le quiera poner, la factura de la luz llega también para el esforzado y filantrópico editor.



Triskel

«Para nosotros que un libro funcione bien supone rozar los 1.000 ejemplares»

La idea de Rafael Velis fue la de convertir su afición en su profesión. Y en ese noble proyecto dio vida a Triskel, editorial que inició sus pasos en 2013. Además de publicar los libros, los que ellos deciden, ofrecen servicios complementarios de maquetación y corrección. Para Velis y su compañero en la aventura –Pablo Campos– que un libro funcione «bien» significa «rozar las 1.000 unidades». Hoy día en el mercado ninguna editorial pequeña habitúa a superar esa cifra. «Buscamos asentarnos y ser reconocibles, no estamos cruzados de brazos esperando que uno de nuestros libros sea un bombazo», reconoce Velis.

El buque insignia, en cuanto a géneros, de Triskel es la ciencia ficción, «con poso, con crítica». Por eso se sienten especialmente orgullosos del primer libro que alumbraron, El rey tras el cristal oscuro, de Pablo Felder. Otra novela fantástica, Ontromus, de Celia Corral, también es importante por otro motivo. «Está escrita por una mujer, y hay muy pocas autoras dentro de la literatura de fantasía», dice. Esta constatación les ha animado a convocar la primera edición del Premio Ripley –en homenaje a la famosa teniente que protagoniza la película Alien, el octavo pasajero–.

En otro código se mueve la principal novedad que presentan estos días, Raíces y puntas, de Alejandro Luque, una compilación de ensayos periodísticos; mientras que con Héroes rotos, de Joaquín Dholdan, una fábula social sobre unos supuestos jóvenes superhéroes en Montevideo (Uruguay), la editorial vuelve por su fueros literarios habituales. No tienen claro si su contexto, Sevilla, les ayuda o no. Pero reconocen que, por la temática central que abordan, «en Barcelona tendríamos más espacios en los que darnos a conocer».



Maclein & Parker

«Editamos lo que queremos, compartimos nuestros gustos»

«No hemos publicado nada por compromiso», dicen orgullosos Cecilia Ojeda, Antonio Aval y Rosa Montero Glz, editores de Maclein & Parker. Crearon el sello en 2013. «Todo lo hacemos nosotros, excepto la imprenta», dicen poniendo en valor las respectivas carreras previas de ambos, como periodista y editor gráfico. Se miran en editoriales pequeñas pero señeras como Impedimenta y Libros del Asteroide. «Hacemos esto por satisfacción personal; cada uno de nosotros tiene sus trabajos, pero estamos viendo que vamos a más, hemos ido doblando el número de libros cada año», cuentan.

«Nuestra filosofía no pasa por esperar un bombazo editorial; confiamos en que la gente vaya conociéndonos y valorándonos», asegura Ojeda. En la Feria del Libro de Sevilla estarán presentes, junto con la editorial Triskel, con una caseta propia. Y además del fondo de catálogo, traen varias novedades como el poemario ilustrado Raíz olvido, de Jesús Cárdenas y Jorge Mejías; también alumbran Extraordinarium, un relato ilustrado y escrito por Sergio Pavón. «Editamos lo que queremos; al fin y al cabo buscamos compartir nuestros gustos con los demás», concluyen.


Martín Lucía, de En huida. / Pepa Ponce

Ediciones en Huida

«Lo difícil es que tus libros estén en Madrid y Barcelona»

A principios de 2010, Martín Lucía autoedita bajo el sello Ediciones en Huida su primer libro, Desperfectos, de poesía. Trabajaba como geógrafo y la idea de no dejar la editorial en una anécdota se hizo más y más fuerte. «¿Que donde termina hoy el proyecto? Pues lo hace cada mes cuando pago la factura de la luz», ironiza. Efectivamente, el empeño creció y hoy le permite trabajar (y pelearse) al menos por algo que le gusta. «Llevo ocho años, durante los primeros cuatro cada mes no tenía claro si al siguiente podría continuar. Ahora incluso podría resistir una mala primavera», comenta. Pero mejor que no venga.

Lucía cree que la estabilización de una editorial llega cuando ya no solo se depende de las novedades, «el fondo de catálogo sigue presente y tira hacia arriba de las cuentas». No obstante, y como aviso a navegantes, advierte que nada en esto es sencillo. «La distribución local y regional es asequible, sí, lo difícil es que tus libros estén presentes en librerías de Madrid y de Barcelona, para lo que tienes que optar por una distribuidora que se quedará con el 60% de la venta de cada libro. Y ahí no han terminado los impuestos para el papel», relata sin perder el optimismo. En la caseta que desde hace siete años tiene en la Feria del Libro –la número 7– harán este año unas 50 actividades entre recitales, presentaciones, mesas redondas (sobre literatura fantástica, con la editorial Triskel, y sobre libros de temática LGTB) y algunos pequeños conciertos. «El editor actual, el que tira solo de su empresa, es como un hombre orquesta que tiene que estar en múltiples frentes», dice. Por eso atiende a los medios, lee manuscritos, se pone tras el mostrador en la Feria y viaja arriba y abajo para intentar que En Huida esté cada vez más presente. Pero el tiempo, de María Domínguez del Castillo; el poemario La muerte nada quiere con los tristes, de MPimentaL y Llegó el ayer, de Tomás Sánchez Rubio son algunas de las novedades que presentan esta primavera.



Padilla Libros

«Regresamos a la Feria del Libro tras 20 años ausentes»

Seguramente Padilla Libros sea uno de los iconos culturales más reconocibles por los sevillanos; desde su primer y longevo establecimiento en la calle Laraña, pasando por su exilio en Feria y ahora, radicados en la calle Trajano. «Por fin tenemos un gran espacio físico que nos permite hacer muchas presentaciones, recitales y pequeñas exposiciones», cuenta Manuel Padilla, quien rememora los casi 50 años que su familia lleva presente en la ciudad vendiendo libros.

Hacía 20 años que Padilla no estaba físicamente en la Feria del Libro, a la que vuelven en este 2017 como librería. «Iremos con un fondo muy amplio; tenemos casi 1.000 títulos publicados. Estamos muy ilusionados porque creemos que, de esta forma, la ciudad, y quienes nos tenían algo desubicados, nos va a recuperar», explica su máximo responsable. Las ediciones de Padilla son casi tan emblemáticas como sus Ex Libris. «Tenemos varios best-sellers; uno de ellos lo acabamos de reeditar», avanza. Se refiere a El culo, una recopilación entre la erudición y la guasa «de frases, dichos y palabras que tienen que ver exclusivamente con el trasero».

A Manuel Padilla le ilusiona sin embargo especialmente la edición de Los novios de Sanlucar y otros textos encontrados entre corondeles, de Amelia Corradi de Van Halen. «Fue una escritora y periodista del siglo XIX muy avanzada a su tiempo; el libro incluye su poesía y un manifiesto en favor de los derechos de la mujer», detalla. Resulta de especial crudeza su historia sobre Los novios en Sanlúcar, donde los tintes folclóricos sirven para teñir hábitos brutales, o la descripción desapasionada de El contrabandista, retrato descarnado de un desalmado profesional, que muchos ensalzan como un personaje romántico. Finalmente, y sin abandonar la poesía, en la caseta de Padilla también se dispondrá, y se defenderá, el libro Sobre la ternura, de Kostas Tsiropulos, publicado en Atenas en 1956. «El texto es una reivindicación de la ternura por la vida, la naturaleza, los libros, la lengua griega y la dignidad del ser humano», concluye su editor.



Barrett

«Queremos ser como el amigo que te recomienda un libro»

«Nuestra intención es vivir de la edición de los libros», dice sin medias tintas Zacarías Lara, uno de los responsables de la joven editorial sevillana Barrett. «Esto es lo que nos gusta; lo que nos apasiona, de hecho tenía un trabajo que dejé por esto. Hay que leer muchísimo y tener en cuenta una gran cantidad de cosas», detalla. El estar radicados aquí y no en Murcia, Segorbe o Barcelona es indiferente: «Podríamos estar en un pueblo perdido, hoy todos estamos conectados», opina Lara, quien ansía que cuando el lector entre en una librería distinga el logo de Barrett y sea una señal, parecida a «cuando un amigo te recomienda un libro». Por eso, además del contenido, se empeñan en cuidar al máximo el exterior, el embalaje. «Es nuestra forma de competir con las grandes editoriales, dar un valor importante al objeto», explica. Por eso sus contraportadas ya son famosas en el mundo editorial al incluir todas ellas un pequeño juego para llamar la atención.

Con solo tres libros editados, Zacarías Lara ya considera haber pasado un entrenamiento importante como editor. «Te das cuenta de que un manuscrito que recibes es malo con solo leer el primer capítulo; aquel que lees entero no suele ser malo», indica. Al contrario que otros colegas ellos no estarán presentes en la Feria del Libro. «Es un evento montado por una asociación que forman librerías; nosotros nos hemos presentado con otras pequeñas editoriales y nos han dejado fuera», lamenta. A pesar de esto, Barrett tendrá sus ediciones a disposición del público en la caseta de la editorial (y librería) La Isla de Siltolá.

El objetivo es «funcionar sí o sí», porque no barajan plazos de éxito. Para ello confían, sobre todo, en su principal baluarte, los libros. El próximo lanzamiento, en junio, será una novela gráfica que está concebida por el cantante del grupo Manos de Topo. Además, en marzo lanzaron la novela El último milagro, del escritor argentino Horacio Convertini, con prólogo de Jorge Valdano. Se trata de una novela negra con toques de ciencia ficción ambientada en el mundo del fútbol que ha sido ganadora del Concurso de Novela Negra Extremo Negro-BAM!