Shunske Sato y el clasicismo de la Barroca

El reconocido concertino americano-japonés dirigió por primera vez a nuestra orquesta en un programa diseñado a partir de los vértices de un singular cuarteto (***)

Shunske Sato y el clasicismo de la Barroca

Shunske Sato y el clasicismo de la Barroca / Juan José Roldán

Juan José Roldán

Director artístico de la Netherlands Bach Society y frecuentemente asociado a conjuntos de tanto prestigio como Concerto Köln o Freiburger Barcokorchester, el joven violinista nacido en Japón Shunske Sato se unió a la ya larga nómina de ilustres colaboradores de la Orquesta Barroca de Sevilla, en un concierto que celebró como auténtica válvula de escape frente a la sequía cultural que invade a la mayor parte del planeta. Por su parte los integrantes de la formación hispalense lucieron, creo que por primera vez, una corbata verde esperanza con el logotipo de la orquesta, quién sabe si queriendo decir algo con el color elegido. Director y orquesta hicieron un gran esfuerzo programando dos sesiones el mismo día, por la mañana y a primera hora de la tarde para sortear las restricciones horarias; nosotros asistimos a la segunda. En los atriles cuatro autores relacionados entre sí. Johann Baptist Vanhal, bohemio muy admirado por Mozart y Haydn y alumno de Carl Ditters von Dittersdorff. Según el famoso cantante, actor y compositor irlandés Michael Kelly, los cuatro llegaron a tocar juntos en formación de cuarteto allá por el año 1784, y con ese motivo fue diseñado el programa ofrecido en este tercer concierto de temporada, cuya premiere tuvo lugar el pasado jueves en Castellón.

La sinfonía de Vanhal con la que arrancó el concierto dejó ya clara la estética imperante a lo largo del mismo, la influencia del Sturm und Drang, ese ímpetu tormentoso ampliamente desarrollado en las artes de la segunda mitad del siglo XVIII. Fuerza desgarradora que acompañó en el allegro inicial de una Sinfonía en re menor agradable pero convencional, nada que ver con el sensacional primer concierto de los cinco que Mozart compuso para el violín como solista, y que sirvió a Sato para recrear su sonido uniforme y preciso, y desarrollar un sano pero mecánico virtuosismo, dominado como si fuese un apéndice de sí mismo, pero en el que echamos en falta una mayor dosis de expresividad. Aunque podemos afirmar que suena sincero y natural, a veces la imperfección acompañada de emoción añade más valor que una interpretación técnicamente impoluta.

De Dittersdorff se optó por una pieza de cámara, el minueto de su Cuarteto nº 5, en el que el primer violín luce muy por encima del resto de instrumentos, en este caso emulando ese Cuarteto celestial (Heaven’s Quartet) que bautizó al concierto y que hace referencia al conjunto recordado por Kelly. De esta forma la participación de Mercedes Ruiz al violonchelo, José Manuel Navarro a la viola y Leo Rossi al segundo violín fue de mero acompañamiento, frente a un rutilante Sato entregado con fuerza y energía a llevar la parte solista de la obra. Para terminar se eligió de Haydn su Sinfonía nº 45, quizás no una de las más aclamadas y representativas pero que encierra en su final el simpático juego que le merece el sobre título de Los adioses y le da significado, ya que ilustra el hartazgo de los músicos del príncipe Esterházy ante la dilatada temporada estival de 1772, y se resuelve con el paulatino abandono de los integrantes de la orquesta al final de la pieza, en ese insospechado adagio que Sato convirtió en quinto movimiento al separarlo considerablemente del presto final, y al que los músicos de la Barroca y él mismo añadieron mucha comedia. A destacar también en esta pieza el mimo con el que abordaron su elegante y delicado minueto, coronado también con un curioso e inesperado acorde final.

La ficha

OBS ***

Temporada de conciertos 2020-2021 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Shunske Sato, violín y dirección. Programa: Sinfonía en Re menor, de Vanhal; Concierto para violín en Si bemol mayor K 207, de Mozart; Menuetto del Cuarteto nº 5 en Mi bemol mayor Kr 195, de Dittersdorff; Sinfonía nº 45 “Los adioses”, de Haydn. Espacio Turina, sábado 13 de febrero de 2021

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