Si su retoño tiene alma de Mozart vive en el lugar ideal

Sevilla es la ciudad española con mayor número de agrupaciones sinfónicas dedicadas a dar una primera oportunidad a los jóvenes aspirantes a músicos

18 oct 2016 / 07:47 h - Actualizado: 18 oct 2016 / 10:50 h.
"Música","Donde habita el duende"
  • El director titular de la Sinfónica de Sevilla, John Axelrod, se puso al frente de la joven Orquesta Sinfónica Conjunta el pasado mes de junio. / El Correo
    El director titular de la Sinfónica de Sevilla, John Axelrod, se puso al frente de la joven Orquesta Sinfónica Conjunta el pasado mes de junio. / El Correo

Afirmó en reiteradas ocasiones el compositor y director de orquesta Pierre Boulez, una de las más visionarias mentes artísticas del siglo XX, que la mejor orquesta que había dirigido en su vida era la Joven Orquesta Gustav Mahler. Podía haber preferido formaciones históricas como las de Berlín, Viena o París –pues las dirigió todas– pero siempre que tenía oportunidad recordaba que ninguna otra como esta orquesta de jóvenes para atender con pasión sus peticiones desde el podio y para desgranar sus complejas partituras.

La opinión de Boulez ha sido compartida, quizás no de forma tan taxativa, por otros grandes maestros de la batuta como Claudio Abbado o, en España, Cristóbal Halffter, cuando afirma –en su reciente libro de memorias, Una vida para la música (Almuzara)– que siempre que era llamado a trabajar por alguna joven orquesta alemana de jóvenes presagiaba que las cosas iban a salir especialmente bien. Valga todo este preámbulo para señalar cómo, al contrario que ocurre con otras disciplinas, el abrazo a la música ha de darse en edades tempranas. «Un chico o una chica, con 15 años, ya debería poseer una importante destreza interpretativa si aspira a convertirse en un buen profesional de un instrumento», decía el histórico director de orquesta Georges Szell.

Es común que un niño pida a sus padres recibir enseñanza musical, aunque lo es más aun que sean los progenitores los que decidan por él en qué momento empezar a estudiar y con qué instrumento en las manos. «Todo esto es un error que no va a ninguna parte y que acaba, en la mayoría de los casos, por alejar al pequeño de la música», dice el terapeuta Normando Palazón.

Actualmente, la música está siendo introducida en la educación de los niños en edades preescolares debido a la importancia que representa en su desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, del habla y motriz. Sin embargo, si lo que se pretende es inocular en el pequeño la afición por la música, no bastará con este tipo de contactos intuitivos, «lo fundamental es familiarizarlo con la música, llevarlo a conciertos, enseñarle los instrumentos, hacer que la música esté presente en casa y que quiera, de forma natural, formar parte de ella», indica Palazón.

La experiencia musical será mucho más positiva –y tendrá mayores posibilidades de desarrollo– en aquellas ciudades en las que existan infraestructuras para que el niño, una vez vaya creciendo junto a su instrumento, pueda desempeñarse con otros compañeros. Al fin y al cabo la imagen de una orquesta no difiere en exceso de la de un equipo de fútbol. Las dos formaciones tienen un entrenador y del buen hacer del conjunto dependerá el éxito mayor o menor. Sevilla es un buen sitio para hacerse músico, quizás no tanto para ser músico o escuchar música.

A nivel de conservatorios y profesorados, la ciudad tiene poco o nada que envidiar a otras urbes españolas. Es posible formarse óptimamente aquí, pero será la ambición la que determine si el panorama cultural hispalense es suficiente para el músico en ciernes. Sea como fuere, en las primeras etapas formativas, sorprende el número de orquestas sevillanas integradas exclusivamente por jóvenes músicos.

Desde luego, en cabeza, situaremos a la Orquesta Joven de Andalucía y a la Orquesta Sinfónica Conjunta de la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Superior Manuel Castillo. Pero también es importante la labor que realiza la Fundación Barenboim-Said, que integra a un gran número de músicos adolescentes en la Academia de Estudios Orquestales. La Orquesta Sinfónica del Aljarafe –con origen en el Conservatorio de Sanlúcar la Mayor–, a las órdenes de Pedro Vázquez, tiene temporada estable en el Auditorio Riberas del Guadaíra de Alcalá y está integrada por jóvenes. Como ella, la recuperada Orquesta Bética de Sevilla –que fundara Manuel de Falla– también se nutre de estudiantes de los conservatorios. Finalmente, la Orquesta Sinfónica de Triana es la última en sumarse a esta lista. Otros conjuntos, como la Orquesta de Mujeres ‘Almaclara’, la New OCA Orchestra, la Orquesta Barroca de Sevilla (y su hermana pequeña, la Joven Orquesta Barroca de Sevilla) y, por supuesto, la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, completan la geografía musical hispalense..