Amor al teatro y espíritu de experimentación, son las características fundamentales que definen a Teatro Resistente, una compañía teatral andaluza que, aunque recién creada, aloja a una serie de profesionales poseedores de un amplio y exitoso bagaje teatral.
Liderados por el dramaturgo José Luís de Blas, hace tres años decidieron reunirse sin más objetivo que el de dar rienda suelta a su vocación y su espíritu investigador, lo que no deja de ser un acto casi heroico en estos tiempos, que no se caracterizan precisamente por valorar y apoyar al teatro. Y para comenzar eligieron trabajar con uno de los textos más emblemáticos de Chéjov: El Jardín de los Cerezos, su última obra. En ella se retrata una sociedad rural que muere para dar paso a otra en la que los hijos de los que fueron siervos se hacen con las riendas. Apunta, por tanto, a una interesante reflexión sobre la perdida de poder de la aristocracia en Rusia, poco antes de la revolución que la convirtiera en una república comunista, aunque ese dato ni siquiera se vislumbra. En realidad, más que sobre los profundos cambios sociales que estaban sucediendo en su país a principios del siglo XX, lo que a Chéjov le interesaba volcar en esta obra era su obsesión por el tiempo y la brevedad de la vida, que se nos echa encima sin que podamos hacer nada por evitarlo.
Esta versión de José Luis de Blas incide también en el desarraigo al que se enfrentan los personajes por su nueva posición social. Para ello ha situado la historia en Andalucía durante la transición democrática, a principios de la década de los 80. Todo un acierto, teniendo en cuenta que el sector primario en nuestra tierra, aunque tímidamente, también comenzaba a sufrir una serie de cambios que acabarían liberando a los campesinos y jornaleros andaluces de la miseria a la que hasta entonces estaban abocados. Pero salvo el habla y algunos nombres que aluden a la geografía andaluza, lo cierto es que el relato no acaba de remitir a la Andalucía agraria. No obstante, da gusto asistir a una representación teatral donde predomina el andaluz con sus diferentes acentos, demostrando que el habla andaluza se puede llevar al escenario sin correr el más mínimo riesgo de falta de entendimiento.
Claro que para ello la puesta en escena cuenta con dos formidables músicos (que tocan en directo) y un plantel de nueve magistrales actores y actrices que derrochan talento, dominio y vis cómica. Como Juanfra Juárez, que aporta a su personaje la medida justa de comicidad y patetismo concebida por Chéjov, o Paqui Montoya y Joserra Leza, que despiertan la risa de público nada más salir a escena. Frente a ellos Lola Botello imprime al personaje de la aristócrata un aire de delicadeza que incide en su anacronismo vital; Arturo Parrilla, Rocío Hoces y José Luís Bustillo, colman de matices sus papeles y Nieve Castro rebosa frescura y entrega. Lástima que ninguno se proponga reflejar la idiosincrasia del andaluz, con la excepción de la tata, genialmente interpretada por una Carmen León en estado de gracia.
Obra: Los árboles (un Chéjov andaluz)
Lugar: Teatro Central 15 de febrero
Compañía: Teatro Resistente
Texto y dramaturgia: José Luis de Blas
Coordinación musical: Lola Botello
Movimiento escénico: Natalia Jiménez
Coach de actores: Eva Rodríguez
Intérpretes: Lola Botello, José Luís de Bustillo, Nieve Castro, Rocío Hoces, Juanfra Juárez, Carmen León, Joserra Leza, Paqui Montoya y Arturo Parrilla.
Músicos en escena: Daniel Abad, Chiqui García
Calificación: Tres estrellas