Toy Story 4: demasiado estudiada, tan milimétricamente pensada que se asfixia a sí misma

La tercera, estrenada en 2010, la más sincera y emotiva de las tres, se presentaba como la conclusión de la saga.

22 jun 2019 / 16:53 h - Actualizado: 22 jun 2019 / 16:56 h.
"Cine"
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Toy Story (1995) fue la primera cinta de animación digital de la historia y el primer gran éxito de Pixar Animation Studios. En ella se dieron a conocer el vaquero Woody y el astronauta Buzz Lightyear, juguetes que ya forman parte del imaginario colectivo de varias generaciones. Esta primera entrega y las dos que le han seguido forman una trilogía y ya son historia del cine de animación.

La tercera, estrenada en 2010, la más sincera y emotiva de las tres, se presentaba como la conclusión de la saga. Los años habían pasado entre una y otra y era inevitable que convertido ya en un joven a punto de entrar en la universidad, se produjese la desvinculación de Andy con sus compañeros y compañeras de juegos de infancia.

Dueña de los estudios cinematográficos de Pixar desde el 2006, la todopoderosa Disney no podía permanecer ajena al éxito de taquilla de Toy Story 3, más de mil millones de recaudación en todo el mundo, así que en el año 2014 anunciaba la producción de Toy Story 4.

Esta cuarta entrega es el resultado de una brainstorming entre John Lasseter, Andrew Stanton, Valerie LaPointe, Rashida Jones, Will McCormack, Martin Hynes, Stephany Folsom y Josh Cooley. Este último con el resultado, selecciona lo más adecuado y la dirige.

Aceptado el antropomorfismo de los juguetes, ahora toca construir un entramado que parezca original y además guste. Para ello aprovechan la estructura y la marca que ya les reportó gloria, le añaden varios conceptos eficaces y le suman alguno novedoso. Como ideas fuerza toman como base la crisis personal, las dependencias, los miedos, los temores y la necesidad de adaptarse a los tiempos actuales y a las nuevas realidades. Para solidificarlas se ayudan de las anteriores y de guiños e ideas de otras películas. Siguen explotando el concepto de amistad junto a un indiscriminado y calculado uso de la acción y la aventura. Como nuevo, aprovechan el movimiento Me Too y venden como moderna seña de identidad el empoderamiento femenino. Tampoco olvidan incorporar nuevos personajes, y como viene siendo habitual, reservan espacios a los agradecidos y necesarios momentos de comicidad. Tocan demasiadas teclas en un afán de agradar, convencer y vender lo máximo con la bonhomía que les caracteriza.

Poco que añadir, al final todo está muy encorsetado, demasiado estudiado, tan milimétricamente pensado que su desarrollo no invita al disfrute y a la reflexión. Abusa de mensajes potentes que agotan al respetable y que por reiterativos terminan por asfixiarse a sí mismos. No le presta demasiada atención a los personajes clásicos; Mrs. y Mr. Potato, Hamm, Rex, Slynky.... Para el cronista ha sido como entrar en la calle del infierno de la feria y ver idénticas casetas y los mismos cacharros de siempre, pero esta vez con otros diseños, más colores y otros protagonistas.


Toy Story 4 **

Estados Unidos 2019 100 min.

Dirección Josh Cooley

Animación