Tras los pasos del mayor escultor del siglo XX

Un documental recorrerá la vida del marchenera Coullaout-Valera, figura esencial para entender el arte de la escultura en España, con obras por todo el territorio

11 feb 2022 / 08:49 h - Actualizado: 11 feb 2022 / 08:51 h.
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La productora sevillana Metrosoneto recogerá en un documental la vida del escultor Lorenzo Coullaut-Valera, nacido en Marchena en 1876 y considerado uno de los mejores en su trabajo en el mundo, con obras como el monumento a Cervantes, en Madrid, o a Pardo Bazán, en La Coruña. A día de hoy, este artista sigue siendo un referente mundial a la hora de entender la progresión de la escultura en el mundo moderno de entreguerras.

El documental, patrocinado por la Fundación Unicaja, se ha comenzado a rodar con escenas, entre otros lugares, en la localidad natal del escultor, Marchena, donde existe el único museo en su memoria, según ha informado a Efe el Ayuntamiento de la localidad, que gestiona el museo a través de su área de Turismo.

La idea es elaborar una obra de algo menos de una hora de duración, mediante un trabajo global que se quiere completar con una exposición de mupis representando los monumentos más emblemáticos del autor marchenero.

Supondrá el primer gran recorrido por la obra del autor de obras tan emblemáticas como el Monumento a Bécquer en el parque de María Luisa de Sevilla o La Inmaculada de la Plaza del Triunfo.

Sede de la exposición

El Ayuntamiento de Marchena espera que la localidad natal del escultor sea uno de los lugares donde se pueda ver la exposición de los mupis, con la idea de que se puedan ver en la calle San Pedro, justo frente al museo.

Se espera, salvo retrasos, que el documental pueda ver la luz la próxima primavera.

Mientras tanto, visitar el museo supone dedicado al escultor supone toda una experiencia para ver en vivo, entre otras cosas, algunos de los impresionantes bocetos que le sirvieron de base a su obra.

Entre otros, el de bronce realizado en 1915 para el futuro monumento a Cervantes en la Plaza de España de Madrid. Procede del conjunto que ganó frente a los 53 mejores escultores de la época, en el Concurso Nacional de Bellas Artes, para la ejecución del monumento al escritor.

Las obras de este majestuoso e imponente monumento fueron terminadas en 1957 por su hijo, Federico Coullaut-Valera Mendigutia, debido al repentino fallecimiento de su padre en 1932.

Los personajes más ilustres del autor, Don Quijote y Sancho Panza, tienen también sus monumentos en ciudades como San Sebastián, en España, y Bruselas, en Bélgica.

La Cancionera de Lorenzo

Tras los pasos del mayor escultor del siglo XX

Si se mira con atención el museo, se viene a la vista otra obra de arte entre las incontables que lo forma, y es el caso de ‘Cancionera’. Es una obra de bronce realizada hacia 1915, que representa a la cancionera andaluza de la época, vistiendo el traje típico andaluz. Se cubre los hombros con un fino mantón y con la cabeza levemente inclinada, luce un artístico moño.

Con la mano derecha sujeta una guitarra que apoya en el suelo.

La obra es llamada así por la amistad del escultor con los Hermanos Álvarez Quintero que escribieron una obra con el mismo nombre.

Una vida que dejó huella

Tras los pasos del mayor escultor del siglo XX

Lorenzo Coullaut-Valera tuvo ocho hijos y dos hijas, y cuatro de ellos se dedicaron al arte, así como sus hijos. Su hijo Federico heredó su arte y los encargos inacabados así como su red de relaciones, especializándose en imágenes para Semana Santa repartidoas por toda España.

Su nieto llamado Covatelo se dedicó a la escultura abstracta, y su bisnieto Federico hoy es un reputado arquitecto y dibujante de Segovia. Uno de sus descendientes compró hace una década la casa familiar, del siglo XV en Marchena, la Casa del Ave María.

Otro es Enrique Iniesta, que se se convirtió en biógrafo de Blas Infante y pilar del Andalucismo. Una calle de Marchena lleva hoy su nombre. La cara de su madre es una de las tres mujeres del monumento a Bécquer.

Aparte de obras más conocidas, hizo más de 30 monumentos en las principales ciudades de España, y también en Uruguay y El Salvador. También hizo obras para las exposiciones de 1929 de Sevilla y Barcelona. Además, hizo un boceto también inédito para la Semana Santa de Sevilla, el paso de las Negaciones de San Pedro, que luego aprovecharía su hijo.

Como ocurre con muchos artistas, su vida fue complicada, y en el Madrid de 1902 pasaba incluso necesidad para salir adelante. Trabajaba para subsistir de día, y de noche se dedicaba a la escultura así que no tardó mucho en caer enfermo. “Había tenido que irme de la casa de huéspedes porque no podía pagar. Pero como el sereno me conocía, por diez céntimos me abría la puerta de madrugada, claro que tenía por cama un peldaño de la escalera”, recuerda en unos audios recuperados de la época.

Aunque tenía un tío influyente, Juan Valera, no usó esa influencia, fueron dos personas de su círculo los Alvarez Quintero quienes lo ayudaron encargándole el monumento a Bécquer para el que posaron tres vecinas de Marchena, familia del escultor.

La ayuda de la prensa

Y en la España de principios de siglo, la prensa de la época fue su salvación económica. Un amigo le propuso vender bocetos a La Ilustración Española y Americana, que reproduciría sus trabajos por 15 duros de la época. Esos primeros relieves fueron publicados en varios periódicos de Madrid.

Así comenzó a ser conocido. En adelante, tuvo relación preferente con los periodistas, gracias a los cuales poco a poco fue adquiriendo fama y prestigio. De hecho el director de ABC, Torcuato Luca de Tena, financió su monumento a Colón en Sevilla para la Expo del 29.

Contaba el escultor que su principal obra había sido el monumento a Cervantes, proyecto pensado para la Plaza de America de Sevilla y finalmente instalado en Madrid. Su obra más difícil fue la Dulcinea.