La Gazapera

Tres ‘mosqueflamencos’ en el Lope

Jorge Pardo con la flauta travesera y el saxofón, Carles Benavent con el bajo y Tino Di Geraldo con la batería nos hicieron pasar este jueves una gran velada flamenca en el Lope de Vega

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
07 feb 2020 / 08:34 h - Actualizado: 07 feb 2020 / 10:41 h.
"Triana","Flamenco","Conciertos","La Gazapera","Música clásica"
  • Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera
    Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera
  • Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera
    Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera
  • Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera
    Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera
  • Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera
    Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera
  • Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera
    Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo. / Jesús Barrera

Aunque a algunos se lo parezca, lo que escuchamos anoche en el Lope de Vega de Sevilla, Flamenco Leaks (2019), del trío de músicos como Carles Benavent, Jorge Pardo y Tino Di Geraldo, no lo es tanto. Hace ya muchas décadas que el flamenco comenzó a llevarse bien con otras músicas del mundo y a interpretarse con otros instrumentos que no sean la clásica guitarra española. De hecho, cuando Estébanez Calderón describe, en 1842, un Baile en Triana, dentro de su célebre obra Escenas andaluzas, se refiere a que el Planeta y el Fillo cantaban con una orquesta de mandolinas, guitarras, violines y panderos, entre otros instrumentos.

Ya en el siglo XX, el célebre Negro Aquilino tocaba el saxofón con un aire flamenco que embelesaba, y es conocido el interés de los guitarristas clásicos en los flamencos, y al contrario. En 1925, Angelillo, el fino cantaor de Vallecas, cantó palos clásicos con toda una orquesta sinfónica y la música clásica está llena de referencias a lo flamenco, desde Mozart a Falla. Ya lo dijo Caracol: “se puede cantar hasta con una gaita”. Él no llegó a hacerlo nunca, que sepamos, pero poder, se puede. Y más si lo dijo el gran genio de la Alameda.

Con una gaita no sé, pero Jorge Pardo con la flauta travesera y el saxofón, Carles Benavent con el bajo y Tino Di Geraldo con la batería nos hicieron pasar anoche una gran velada flamenca en el Lope de Vega de Sevilla, donde se dieron cita numerosos aficionados a la música de estos tres históricos españoles, algunos con los mismos pelos que Benavent y Pardo. Fue la presentación de la obra Flamenco Leaks, en la que los tres grandes músicos dan lo mejor de ellos. Curiosamente, el concierto no tuvo programa de mano, seguramente por falta de presupuesto. O sea, que la única manera de conservar algo de esta noche histórica será en la memoria de quienes estuvimos, unas seiscientas personas, y salimos ciegos de buena música.

Tres ‘mosqueflamencos’ en el Lope
Jorge Pardo y Carles Benavent. / Jesús Barrera

Cuando Miles Davis, uno de los mejores músicos negros de la historia, presentó su célebre saeta (Sketches of Spain), alguien le preguntó que si eso era flamenco, y contestó: “Es música”. Lo mismo piensan estos tres grandes artistas que se divierten creando música sin etiquetas, aunque de alguna manera tenían que llamar a su último trabajo si lo que perseguían era acercarse una vez más al flamenco, que tanto les debe ya. Tanto o más como al mejor de los guitarristas o cantaores.

Fue uno de esos conciertos que, sin ser rotundo, quedan en la cabeza y hasta en la piel. Tocando juntos o cada uno lo suyo, con piezas conocidas o nuevas creaciones, guiños a Paco o Camarón y, sobre todo, un buen rollo en el escenario entre los tres fenómenos. Pocas veces he visto a músicos de esa envergadura artística tocar tan relajados en un teatro que, además, es más adecuado para un flamenco algo más tradicional. Estaba oyendo hacer virguerías a Jorge Pardo con su flauta travesera y me imaginaba a Mairena en el palco sudando como un pollo, pero aplaudiendo mientras enseñaba su diente de oro.

Esto que hacen Pardo, Benavent y Di Geraldo es ya tan tradicional como una soleá de Ramón el Ollero, la Rondeña de Montoya o una malagueña de Chacón. Es una música ya familiar y familiarizada con los puristas, el paisaje sonoro de una etapa de gloria para la guitarra y el cante, con Paco de Lucía y Camarón como maestros de ceremonia y espejos donde se miró el futuro de lo jondo.