Ocurrió en EE.UU. en 2016. Una discoteca gay de Orlando fue tiroteada por un terrorista. Murieron 50 personas y otras 58 resultaron heridas. El Estado islámico reivindicó el atentado, y aunque supuso una auténtica masacre contra el colectivo LGBT el FBI no consideró que estuviera directamente relacionado con la homofobia. Esta obra, inspirada en ese atroz ataque, parte de la premisa contraria.
Al principio la historia parece centrarse en el dolor. Amelia, la protagonista, sostiene que es el dolor, o mejor dicho la consciencia del dolor, lo que distingue al ser humano. Ella ha perdido a su único hijo y sabe bien de lo que habla. Sin embargo su tono es frío y distante, tanto que resulta chocante. La puesta en escena contribuye a esa atmósfera de frialdad con una escenografía y una iluminación meramente descriptivas y un espacio sonoro un tanto contenido. Pero la dramaturgia no tardará en dar un giro inesperado que llevará la obra hacia un laberinto de emociones, cargado de denuncia y compromiso, que nos acaba pellizcando el alma y removiendo nuestras consciencias a un tiempo.
Teniendo en cuenta la excesiva sobriedad de la puesta en escena, todo ello no sería posible sin la magnífica actuación de los dos intérpretes. Dafnis Balduz colma de ternura a su personaje con una soltura y dominio sorprendente, teniendo en cuenta que era su estreno como sustituto de Felix Gómez. Su interpretación supone una magnífica réplica para Carmen Maura, quien, con el talento que la caracteriza, describe a la perfección el conflicto emocional de su personaje, cuya aparente frialdad esconde un auténtico tormento de dolor y culpa que solo puede afrontar distanciando sus emociones. Un personaje complejo al que esta genial actriz imprime la medida justa para situar en el mismo plano emoción y denuncia.
Obra: La Golondrina
Lugar: Teatro Lope de Vega, 26 de septiembre
Texto: Guillem Clua
Música: Iñaki Salvador
Dirección: Josep María Mestres
Intérpretes: Carmen Maura y Dafnis Balduz
Voz en canción: Ángel Ruíz
Calificación: ****