Un esteticista y luminoso viaje al Olimpo

Malandain homenajea al la cultura clásica helénica con el este ballet, que abrió ayer la temporada de danza en el Teatro Maestranza, ya sin limitaciones de aforo

Un esteticista y luminoso viaje al Olimpo

Un esteticista y luminoso viaje al Olimpo / Dolores Guerrero

Dolores Guerrero

Partiendo de su amor a la naturaleza y la vida en el campo, con la la 6ª sinfonía, ‘Pastoral’, Bethoven se propuso, no tanto describir los sonidos de la naturaleza, sino los sentimientos que le suscitaban la vida en el campo, no vano subtituló esta sinfonía como Recuerdos de la vida campestre. De la misma manera, Thierry Malandain idealiza a la naturaleza mediante un homenaje a la antigua cultura helénica, determinando un ballet en el que prima el esteticismo, la búsqueda de la belleza de los cuerpos en movimiento.

Para ello divide la obra en dos partes claramente diferenciadas. La primera se sirve de un entramado de tubos que, a manera de jaulas, encierra y limita el movimiento de los bailarines. Una y otra vez sus cuerpos chocan con los tubos, o se deslizan entre ellos buscando una salida que por momentos encuentran, aunque en poco tiempo vuelven a estar atrapados. La danza se torna fragmentaria, pero más que brusquedad o angustia nos transmite serenidad y dulzura. Para ello, Malandain dispone una curiosa combinación de solos, números de pareja, tríos y quintetos que se van sucediendo a media que la música avanza, hasta incluir a todo el cuerpo de baile al final.

En la segunda parte, una vez levantados los tubos, Malandain sitúa a los 20 intérpretes en un Olimpo radiante, apoyado por el diseño de iluminación de François Menou y al vestuario de Véronique Murat y Charlotte Margnoux, que pasa del gris al blanco radical con unos trajes que remiten a la Grecia clásica. Aquí la coreografía, de corte secuencial, transita entre el clásico y el neoclásico con una suerte de sucesiones de los números corales que mantiene a los bailarines en continuo movimiento, entrando y saliendo de escena con llamativa fluidez. Tal vez demasiada, porque llega un momento en que el juego de entradas y salidas se torna un tanto monótono y reiterativo, aunque con ello no resta belleza al juego de encuentros circulares que describen los números corales.

Cabe destacar el elevado grado de nivel técnico de los intérpretes, y el contrapunto que la danza ejerce sobre la música, delicada e impactante, al igual que los movimientos y figuras de los bailarines, que van de la calidez del círculo a la frialdad de la recta, descritas por el movimiento de los brazos en algunos pasajes que rompen con la hermosa impresión de unidad que prima en el grupo. Una impresión que llega a su máxima expresión al final, cuando los bailarines cambian los trajes blancos por unos maillots color carne que brillan discretamente.

Título: ‘La Pastorale’

Lugar: Teatro Maestranza, 17 de octubre

Compañía: Malandain Ballet Biarritz

Coreografía y dirección: Thierry Malandain

Música: Ludwig van Beethoven (6ª sinfonía ‘Pastoral’)

Intérpretes: Claire Lonchampt, Frederik Deberdt, Irma Hoffren, Mickaël Conte...

Calificación: ***

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