Un festival en el que no se sabe qué va a pasar

Contenedores cumple 18 años celebrando, del 7 al 9 de junio, varios eventos en la Casa de las Sirenas a la sombra de Cage

30 may 2018 / 16:40 h - Actualizado: 30 may 2018 / 23:21 h.
"Teatro","Arte","Música contemporánea"
  • Un festival en el que no se sabe qué va a pasar
  • Un festival en el que no se sabe qué va a pasar
  • Un festival en el que no se sabe qué va a pasar
  • Un festival en el que no se sabe qué va a pasar

No debe haber muchos festivales en el mundo en los que no se sepa qué va a pasar. Es más, aquí ni siquiera tiene certezas su director, si acaso solo una ligera idea. Si acaso. Parece claro que es una fiesta (dos, en estricto sentido), pero tampoco son fiestas al uso. En todo caso, y parafraseando a Robert Filliou, Rubén Barroso, responsable del Festival Contenedores, invita a «una celebración permanente del arte». Ese sentido de conmemoración es el que vehícula la 18 edición de un certamen que se celebrará, del 7 al 9 de junio, en la Casa de las Sirenas, en plena Alameda.

«El asunto principal es el de celebración, por aquello de festejar el 18 cumpleaños venía muy al caso», dice Barroso. «Y, al fin y al cabo, todos los movimientos de vanguardia en los que nos miramos se desarrollaban en torno a veladas, actos, reuniones, bares, eventos...», reflexiona. Esta edición, considerablemente más ambiciosa que la de los años inmediatamente anteriores, propone «una gran reunión de amigos» a la que están invitados todos los que quieran sumarse. Porque la fiesta, en Contenedores, siempre ha sido gratis.

Uno de los momentos más importantes se vivirá en la tarde del día 7, cuando a partir de las 20.30 horas y durante más de tres horas se recreará el Musicircus (1967) de John Cage. Este no es otra cosa que la invitación que hizo el compositor norteamericano a tocar, a tocar lo que cada músico (o no músico) quiera, y a hacerlo todos a la vez, compartiendo un mismo espacio (el palacete de las Sirenas en este caso) y un mismo tiempo; buscando una sorprendente simultaneidad de acontecimientos. El Musicircus de Contenedores será, posiblemente, distinto a otros que se han hecho anteriormente, desde luego nunca en Sevilla. El último se llevó a cabo en el Espacio de Arte Contemporáneo de Castellón hace diez años. «El nuestro no será estrictamente musical», advierte Barroso. Habrá músicos, desde luego, como el conjunto vocal ProyectoeLe, pero también habrá arte sonoro, arte de acción y hasta ruidosas maquinas. «Me parece mucho más divertido así, juntando simplemente elementos que suenan», indica el director de una cita en la que participarán, entre otros, Gisela Hochuli, Denys Blacker, María Alcailde, Aure Gallego, Bartolomé Ferrando y Truna.

Evento nº2 es el parco título que se la ha dado al singularmente extraño acontecimiento con el que se clausurará Contenedores el sábado 9 de junio. Doce artistas cenan en Sevilla. Las derivas que tome el refrigerio son insospechadas. «La cena es una excusa para que sucedan cosas. Pero no sé qué va a pasar, porque esto no es una función al uso con un guión al uso, aquí nunca se sabe lo que va a pasar y, en buena medida, esa es una de las ideas que más me gustan del festival», reconoce Barroso. Para enjaretar el ágape se ha contado además con la coproducción del festival Acción!MAD. En noviembre de 2007 tuvo lugar en una bodega de Jerez de la Frontera un almuerzo análogo a la cena que ahora se ha programado. En ella participaron varios artistas de la performance española. Y, desde entonces, Barroso ha acariciado la idea de hacer «una segunda cena». Aquí está.

Al margen de estas dos actividades habrá varias otras de carácter más marcadamente formativo. «La didáctica es clave, diría incluso que todo el festival está concebido alrededor de un eje educacional por el que se concibe la práctica artística como un elemento didáctico de primer orden; es una pieza muy relevante dentro de todo este engranaje», confirma su director.

Es así como se fundamenta el ciclo No necesitamos educación, un laboratorio acerca de los comportamientos didácticos de las múltiples derivas de la acción y su aplicación en diferentes campos de la educación artística paralela y de la práctica artística como modelo didáctico de investigación paralelo (!) Un ciclo que indaga de nuevo en esa «difusión de lo difuso».