La Gazapera

Un Potaje más gitano

Utrera reconoce en este evento a quizá el cantaor más genial de este tiempo, con una carrera larga y jalonada por innumerables éxitos artísticos en todo el mundo

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
10 ene 2020 / 11:11 h - Actualizado: 10 ene 2020 / 11:19 h.
"Flamenco","Ópera","Arte","Historia","La Gazapera"
  • El Pele. / El Correo
    El Pele. / El Correo

El 64 Potaje Gitano de Utrera estará dedicado este año al cantaor cordobés Manuel Moreno Maya El Pele, quizá el más genial de este tiempo. Utrera reconoce de esta manera una carrera larga y jalonada por innumerables éxitos artísticos en todo el mundo. Tenía 2 años el cantaor gitano cuando echó a andar la cita jonda de la localidad sevillana, en 1957. La ópera flamenca comenzaba a dar sus últimos coletazos y Utrera abrió una nueva etapa alternativa, la de los festivales de verano. Fue en la Hermandad de los Gitanos donde entendieron que no había mejor manera de celebrar su primera salida, que organizando un potaje flamenco. Nadie pensó en que aquella primera cita con el arte gitano tendría continuidad, pero la tuvo, salió tan bien en los siguientes años que se institucionalizó, con lo que fue Utrera quien marcó el nuevo camino para el arte de enamorar con el pellizco gitano. Más de sesenta años apostando por el cante, el baile y el toque en un pueblo muy flamenco, de artistas, sin el que casi no se podría entender la historia de este arte en la provincia de Sevilla. ¡Cómo se iba a entender sin Perrate, Curro de Utrera, el Niño de Utrera, Fernanda y Bernarda, María la Perrata, Pepa la de Benito, Pepa la Feonga o Bambino, entre otros y otras artistas. Ninguno de estos artistas vive ya, pero los flamencos nunca mueren y basta andar por las estrechas calles del pueblo para darse cuenta que en Utrera hasta el aire huele a soleares de la Sarneta, cantiñas de Pinini o bulerías de Perrate. A Utrera se le mueren los artistas, pero siguen en las piedras de sus calles y la cal blanca de sus casas y patios. Es un perfume que nunca se va del todo. Y hablando de perfumes, el Pele es pura esencia de gitanería cordobesa adobada con aromas caracoleros y juantalegueros. Un cantaor que en un solo tercio es capaz de sintetizar toda una antología del cante jondo más añejo. Es nuevo, fresco, pero hunde su quejío en el fondo de la tierra. Un gran acierto, sin duda, este reconocimiento a tan brillante artista, que le habrá llegado al alma porque sé lo que le gustan los artistas de este pueblo viejo y sabio. Este año, el Potaje será más gitano, sin duda. De una gitanería distinta.